Uso puntual de mascarilla, no trabajar con trancazo o limitar visitas al médico: la "covidización" tras la pandemia

  • El Gobierno habla de un plan para "gripalizar" la pandemia, pero los expertos creen que hay elementos que deberían quedarse para afrontar otras enfermedades respiratorias.
  • ​Esperan que la crisis sanitaria recupere la costumbre de lavarse las manos y aumente la tasa de vacunación contra la gripe.
Pasajeros con mascarilla salen de un vagón en la estación de Metro de Atocha, en Madrid (España), a 22 de junio de 2020.
Pasajeros con mascarilla en el Metro de Madrid.
Marta Fernández Jara - Europa Press
Pasajeros con mascarilla salen de un vagón en la estación de Metro de Atocha, en Madrid (España), a 22 de junio de 2020.

Con los contagios cayendo en picado desde hace semanas y sin la aparición por el momento de ninguna nueva variante que dé la vuelta a la situación, parece que la pandemia está remitiendo definitivamente. En este escenario, el Gobierno plantea la próxima etapa con la tarea de "gripalizar" la Covid, es decir, convertirla en una enfermedad respiratoria como la gripe, con la que se convive todos los años sin alteraciones sustanciales en la vida cotidiana. Sin embargo, expertos en Salud Pública y Epidemiología advierten de que también debe considerarse el proceso inverso, la "covidización" en la prevención y en la forma de encarar la gripe y otras enfermedades respiratorias. Creen que la Covid ha dejado lecciones de las que se podría aprender, como el uso puntual de la mascarilla, que no es necesario ir al médico ante el menor síntoma o fiebre o que se debería acabar eso de ir al trabajo con un "trancazo". En su lugar, deberíamos guardar "reposo" unos días, de modo que para esas ocasiones estaría bien el teletrabajo que se generalizó durante lo peor de la crisis sanitaria.

"Hemos aprendido mucho de la Covid, hay cosas que hay que covidizar", dice Salvador Peiró, investigador de la Fundación de Investigación Sanitaria Biomédica de la Comunitat Valenciana (FISABIO), que discrepa del concepto "gripalización" con el que se da a entender que la Covid pasará a ser algo tan leve como la gripe. "Llamarlo así es un error, la gripe nos satura los hospitales todos los años", dice. El presidente de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene (Sempsph), Rafael Ortí, concede que el término puede usarse "de manera coloquial" pero "técnicamente no, desde luego".

Sea como fuere, al proceso de "gripalización" estos y otros dos expertos contraponen el de "covidización" para que el aprendizaje o las buenas costumbres que impuso la pandemia no se desvanezcan. En realidad, ninguna es nueva, pero la población las olvidó y los preventivistas no habían logrado hasta ahora que la población volviera a ellas. Una es tan simple como mantener la consabida "higiene de manos", que se generalizó tras la epidemia de gripe de 1919 pero luego fue decayendo, a pesar de que es una de las cuestiones básicas que los médicos preventivistas intentan inculcar en los talleres que dan en los colegios.

Una de las principales medidas que tendrían que quedarse tiene que ver con el uso de la mascarilla, uno de los elementos que más ha marcado la pandemia, para bien y para mal. Los expertos creen que no deberíamos olvidarnos de ella.

"No siempre", apunta el investigador en la Universidad de Leicester y asesor Covid de la Generalitat de Cataluña, Salvador Macip, que apuesta por "recomendar" su uso se mantenga para ir en transporte público. Más que una obligación, debería crearse una "costumbre" que está muy arraigada en países orientales como China o Japón. "Podíamos pensar que es por la contaminación, pero también por las pandemias" con otros virus respiratorios, apunta Ortí, que incide en otra costumbre que se perdió y que debería recuperarse, utilizar la mascarilla cuando vayamos a un hospital o a un centro médico.

Su mantenimiento debería ser puntual e indicado particularmente para los meses de la gripe y en personas vulnerables, por edad o por tener enfermedades que podrían provocar complicaciones por esta dolencia.

Reposo en casa

De momento, no se sabe cuándo se irá la Covid y se sospecha que se quedará con nosotros como otras enfermedades respiratorias. Para el futuro, sea cual sea o incluso ante un simple catarro, la actitud de los ciudadanos también debería cambiar.

Por ejemplo, debería terminarse eso de ir al trabajo con un trancazo, como si nada. "Antes íbamos al trabajo tan panchos", dice Ortí. Lo deseable es que la persona pudiera estar unos días de "reposo" en su casa, que sería una especie de nuevo aislamiento, y ante la sospecha de síntomas o de tenerlos, usar mascarilla. No hacerlo "debería resultar ofensivo", opina.

Esta costumbre debería extenderse también al personal médico, que como los ciudadanos en general perdieron el hábito de llevarla en los centros sanitarios, particularmente en época de gripe. José María Molero, portavoz de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (SemFYC) reconoce que, de la misma manera que hasta ahora era normal ir al trabajo congestionados, estornudando o con mocos, los médicos pasaban consulta también estas condiciones, algo que debería modificarse para que se cumpla otro elemento "deseado" de la covización, "la necesidad de proteger a los profesionales sanitaros y a estos frente a la población".

Médico por teléfono

Aunque es algo que levanta suspicacias, Molero también espera que la pandemia asiente algo que ya recomendó la Organización Mundial de la Salud (OMS) "hace 20 años" y que Ministerio y comunidades han empezado ahora a tomar más en serio, la "teleasistencia" médica. "Con una llamada hay cosas que se pueden resolver", afirma. Añade que la Covid nos ha proporcionado un conocimiento acelerado de cómo funciona una gripe, qué síntomas son leves y que lo que hace falta en la mayoría de los casos es "sentido común, analgésicos y reposo" y no acudir al centro médico ante el menor síntoma o aparición de fiebre.

"La mayoría de las enfermedades infecciosas no requieren antibióticos y se van a curar con medidas conservadoras, en el 85% de los casos, con reposo y analgésico y sin ningún tipo de intervención sanitaria", dice Molero, que espera que la "covidización" contribuya de esta manera a no saturar aún más la Atención Primaria.

Más vacunación

Sin salir de los centros médicos, otra consecuencia 'positiva' que podría tener la Covid es el aumento de la confianza de la población en las vacunas, que se ha demostrado en la vacunación masiva -el 91% de la población mayor de 12 años tiene pauta completa- y que los médicos de familia querrían ver también en la campaña de la gripe. En este caso la cobertura no suele superar al 60% de las personas mayores de 65 años y entre el 30-40% de los enfermos crónicos que podrían sufrir complicaciones. 

"Hemos aprendido que, si no de la enfermedad, las vacunas sí protegen frente a la gravedad. Los sabíamos hace muchos años pero nos costaba que la gente lo entendiese y ahora se ha visto claramente" con la vacuna contra la Covid, dice Molero.

Teletrabajo y ventilación

Con el Covid llegó el "autocuidado", el aislamiento de positivos y la cuarentena de contactos estrechos y en el mundo de después de la pandemia debería permanecer algo que permitió todo eso, el teletrabajo. "A nivel práctico funciona muy bien, si la gente es responsable y su trabajo lo permite", afirma Macip.

Otro elemento que, a ojos de los expertos, debería figurar en el paquete "covidización" no está tan anclado en el sistema sanitario, pero sí en los medios de evitar la expansión de nuevos virus respiratorios y tiene que ver con la calidad del aire que respiramos en los lugares cerrados.

Antes de la Covid, los brotes de la bacteria de la legionella que se extendían mediante los conductos de aire acondicionado no dejaron mejoras en este aspecto y esperan que esto cambie tras la crisis sanitaria de los dos últimos años. La mala calidad del aire puede inutilizar una UCI, pero también debería plantearse para mejorarla en lugares de trabajo y hasta en los hogares y los vehículos.

"La calidad del aire interior es un reto que tenemos desde hace mucho tiempo, no solo por infecciones respiratorias. Tener un aire oxigenado, que no tenga hongos oportunistas o con otras infecciones es un clásico", apunta Ortí sobre una necesidad de momento aplazada.

También lo cree Peiró, que añade que en los próximos meses y años habrá que "hacer una nueva regulación" y dedicar inversiones para que sea tan obligatorio tener una buena calidad del aire en un espacio cerrado como su nivel de aislamiento sonoro. "No puedes tener todo insonorizado y con gente gritando y el aire acondicionado sin filtros y una ventilación razonable".

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