Los opositores nacidos de las crisis: "Siempre he sido un poco reticente a trabajar para el Estado, pero necesito cierta estabilidad"

Miguel García prepara sus oposiciones en su cabina de conserje.
Miguel García prepara sus oposiciones en su cabina de conserje.
Jorge Paris
Miguel García prepara sus oposiciones en su cabina de conserje.

Todas las mañanas, la misma rutina. Meter los cubos de basura dentro del portal, barrer las hojas de la acera, echar amoniaco en los bordes de la fachada para evitar que orinen los perros y fregar la zona de la entrada.

La jornada laboral de Miguel García, de 32 años, es como la de cualquier otro conserje, salvo que, por la tarde, se sienta en su cabina con sus apuntes delante y dedica todo el tiempo que puede a prepararse para el examen de oposición de técnico de calidad y consumo del Ayuntamiento de Madrid.

"Siempre he sido un poco reticente a meterme en ese barco porque en mi cabeza quería alejarme de la organización del Estado por haber visto muchas cosas que no me han gustado dentro de ese sector, pero, al fin y al cabo, a día de hoy, necesito cierta estabilidad y eso es lo que me permitiría tenerla", reflexiona García.

El funcionariado nunca fue, según afirma, una vocación para él. Licenciado en Sociología, posteriormente cursó un máster, pero nunca llegó a ejercer de nada relacionado y su vida laboral ha sido una cadena de contratos temporales en telemarketing u otros trabajos muy por debajo de su cualificación académica. El de su empleo actual como conserje ha sido el primer contrato indefinido que ha firmado en su vida.

"El hito para mí fue cuando, a mi abuelo, que me decía de siempre aquello de 'tú estudia, que eso te asegura un buen trabajo', porque era la lógica aplastante de su época, le tuve que decir que eso ya no se cumplía", declara García. "Tienes esa frustración, porque crees que estás formado o podrías hacer cosas de un nivel superior, pero también eso se pelea con la situación que nos ha tocado vivir de crisis tras crisis".

"¿Qué hay más seguro que estar cobrando mes a mes?"

En sociología, su situación se define como "desclasamiento social educativo", es decir, está ejerciendo una profesión de una cualificación muy inferior a su formación académica. Un fenómeno muy extendido desde la incorporación masiva de la población joven a la educación universitaria a finales del siglo pasado y, especialmente marcado en España, donde uno de cada cuatro universitarios sigue en paro tres años después de titularse.

El acceso al empleo público, por otra parte, está siendo un camino que cada vez más personas tratan de tomar en España. Solo para la Administración General del Estado, 193.195 personas se han inscrito en 2021 para hacer oposiciones frente a las 71.283 que lo hicieron el año pasado, según datos de Hacienda.

"La estrategia de reproducción social se basa en mejorar o mantener la posición social que uno tiene, según (Pierre) Bourdieu", explica Victoria Bogino, profesora de sociología de la Universidad Pública de Navarra.

"Según los recursos que uno tiene, puede adoptar unas estrategias u otras. Si uno viene de una clase más elevada, podría pedir dinero a los padres para pagarse una reconversión, mientras que este tipo de estrategia de buscar un empleo público se da más en las clases más bajas porque, al final, también carecen de otros recursos como puede ser un capital social más importante, contactos que les permitan abrirse paso dentro del sector privado", añade Bogino.

Raúl -nombre ficticio- proviene de una familia de clase trabajadora. Su padre es conserje y su madre, empleada del sector de la limpieza. Tras estudiar Magisterio de Educación Física y cubrir un par de sustituciones, decidió hacer un curso de desarrollo de aplicaciones. Ninguna de las dos titulaciones le permitió tener un trabajo estable.

"Vas tocando palos y ves que no encuentras nada estable, que todo es como temporal hasta que ya decides, pues eso, probar a opositar", declara este madrileño de 33 años, que lleva un mes trabajando como administrativo interino por primera vez, cuatro años después de haber aprobado la oposición.

"Vas buscando algo ya que te dé estabilidad, que digas que mes a mes estás ingresando para independizarte y poner tus cimientos en la vida, porque es lo que quieres, crear cosas y, ¿qué hay más seguro que estar cobrando mes a mes?".

Un camino largo y frustrante

El camino hasta alcanzar la ansiada meta del empleo público puede ser largo y frustrante, una prueba de constancia que muchos no logran superar. Olga -nombre ficticio- se desencantó pronto de la profesión para la que había estudiado en la universidad: el periodismo.

"Veía que el mundo del periodismo era un mundo muy estresante, poco gratificante en el sentido económico. Me empecé a asustar con el ámbito laboral y las expectativas laborales que había y tampoco estaba segura de si era realmente lo que yo quería", declara Olga, de 33 años.

Empezó entonces un giro en su carrera académica con un máster en relaciones internacionales ya orientado a opositar para acceder al cuerpo diplomático. "Las oposiciones al cuerpo diplomático son muy caras y requieren, encima, una dedicación continua y total de tiempo, así que no te quedaba más opción que vivir con tus padres y a una edad bastante adulta, sin tiempo y sin dinero, una situación realmente precaria y desesperante", rememora Olga.

Tras cinco años y varios intentos frustrados, decidió que el esfuerzo no merecía la pena. "Estaba viendo que no era muy coherente lo que hacía con lo que yo era como persona y llegó un momento que me dije: 'No me compensa un año más de mi vida ni siquiera el aprobado'", declara Olga, que ahora trabaja como gestora de proyectos en una empresa de construcción.

- ¿Sientes una sensación de fracaso?

- "Cuando opositas es algo que se hace público y todo el mundo conoce que has renunciado a todo por un objetivo y, cuando no se consigue, los demás creen que has fracasado. Se pasa muy mal cuando te preguntan por los exámenes y dices: 'No lo he conseguido otro año más, he dedicado otro año de mi vida y vuelvo a empezar de cero'. Es muy frustrante desde el plano social y genera muchísima angustia, pero en el plano personal, lo que más siento ahora es liberación".

REPORTAJES QUE TE PUEDEN INTERESAR:

Si quieres contactar con 20minutos o realizar alguna denuncia o alguna corrección sobre algún tema, puedes enviarnos un mail a zona20@20minutos.es. También puedes suscribirte a las newsletters de 20minutos para recibir cada día las noticias más destacadas o la edición impresa.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento