España es actualmente el epicentro de la producción y la exportación de la marihuana en Europa. Mafias de todo el continente y también de China llevan años instalándose aquí, especialmente en Barcelona y Málaga, para llevar a cabo un negocio que se ha convertido en una amenaza para la paz social y preocupa especialmente a los cuerpos policiales.
El fenómeno comenzó hace unos 15 años en Cataluña, aunque fue hace cinco cuando se dio el ‘boom’ y se extendió en otras comunidades. Desde entonces, la producción no ha dejado de aumentar, y tampoco la acción policial.
La policía catalana ya ha intervenido 500.000 plantas este año (hasta noviembre), el cuádruple que en 2016, cuando se intervinieron 125.200. El número de detenidos también ha ido incrementando, y este 2021 ya supera los 1.500 arrestos, mientras que en 2016 se produjeron 964 detenciones, según datos de los Mossos d’Esquadra consultados por 20minutos.
La droga más conflictiva
Si bien la marihuana es una droga bastante aceptada socialmente, y la que menos lesión crea con respecto a otras -aunque es igualmente perjudicial-, es precisamente esta la que más conflictos está generando a los Mossos d'Esquadra; mucho más que la cocaína o la heroína, por ejemplo. El problema no es el consumo en sí, sino todas las derivadas está provocando: violencia, armas de fuego, blanqueo de capitales, corrupción policial, e incluso trata de seres humanos.
La violencia asociada a la marihuana deriva de los narcoasaltos o ‘vuelcos’ que las bandas tienen entre ellas. Las mafias roban las plantaciones de la competencia para que el producto les salga gratis, y este es un hecho constante que hace que pierdan mucho dinero. Como no pueden llamar a la policía, se defienden fuera del sistema legal con armas de fuego.
La marihuana está provocando la entrada de armas de fuego a España de manera "alarmante"
Las mafias colocan a una o dos personas para que vigilen las plantaciones todo el día, y les proveen de armas de fuego para defenderse, ya que normalmente los asaltantes son grupos de entre cinco y 15 personas. Esto hace que se esté disparando la compra de armas de fuego de forma "alarmante y preocupante", según ha explicado el inspector Ramón Chacón, jefe de la División de Investigación Criminal (DIC) de los Mossos d’Esquadra, en una entrevista con este diario.
De hecho, los Mossos encuentran armas de fuego al 50% de las organizaciones que desarticulan, y también las han hallado en el 12% de las plantaciones en las que han entrado. Un porcentaje “altísimo”, que no han encontrado en ninguna de las otras drogas, asegura el inspector.
Los Mossos d'Esquadra encuentran armas de fuego al 50% de los clanes de la marihuana que desarticulan
La entrada masiva de armas está provocando que en Cataluña se produzcan entre tres y cinco homicidios anuales relacionados con la marihuana, y entre cuatro y cinco más provocados indirectamente por esta droga.
También se da el caso de que algunas mafias trafican con seres humanos, a quienes traen engañados de sus países, les quitan el pasaporte y les encierran en plantaciones interiores para esclavizarlos.
Otro problema derivado del negocio de la marihuana es la narcoeconomía. El hecho de que salgan toneladas y toneladas de esta sustancia hacia Europa -se exporta el 70% de la producción-, significa que también entran millones de euros a España. No obstante, se trata de un dinero que no crea riqueza en el país.
El 70% de la marihuana que se produce en España se exporta al resto de Europa
"Solo terminan enriqueciéndose los narcotraficantes, y estos además terminan haciendo competencia desleal a otras empresas", apunta Chacón. Esto se da porque, cuando los narcotraficantes obtienen mucho dinero con la droga, abren 'negocios tapadera' para blanquear el capital. Estas nuevas empresas juegan con ventaja porque su financiación es “gratis” gracias a la marihuana. Así, algunos ‘negocios tapadera’ acaban siendo verdaderamente competitivos y afectan directamente al comercio local, que no puede competir contra él.
Al hilo del dinero del cannabis surge otro conflicto: la corrupción, especialmente la policial. "Las mafias de la marihuana conocen a los policías que patrullan sus calles, e intentan corromperlos con su dinero", apunta el inspector. De hecho, cuenta que ya se han dado casos de corrupción en todos los cuerpos: Guardia Civil, Policía Nacional, Mossos d’Esquadra y Policía Local.
Así, los policías que se corrompen, explica, acaban ayudando a las mafias y les pasan información, les dicen cuándo les están investigando, protegen sus plantaciones e incluso llegan a invertir en ellas. Un caso que recientemente se hizo público es el caso de cuatro policías que fueron detenidos por estar presuntamente implicados con el tráfico de marihuana en Llinars del Vallès (Barcelona).
Por ahora, los casos de corrupción policial que se han dado son “puntuales”, pero es un asunto que preocupa: “La tolerancia con esto es cero y hay mucho esfuerzo dedicado a que esta corrupción no arraigue ni vaya a más. En el momento en que detectamos que podría haber una conducta irregular, actuamos rápido para cortarlo”, asegura el inspector Chacón.
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