El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, cierra filas con la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, frente a las protestas de Unidas Podemos por sus supuestas injerencias en la negociación de la reforma laboral. Después de que este viernes por la mañana los morados exigieran una reunión con el PSOE para aclarar la supuesta invasión por parte de Calviño de las competencias del Ministerio de Trabajo Sánchez respaldó que su vicepresidenta primera intervenga en unas conversaciones que hasta ahora ha pilotado la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz. "No hay intromisión, lo que hay es colaboración, coordinación y aporte", sostuvo el presidente del Gobierno.

Sánchez respondió así a la polémica desatada en la mañana de este viernes, cuando la secretaria general de Podemos, Ione Belarra, pidió públicamente un encuentro con el PSOE para mostrar su disgusto con el papel de Calviño en los últimos días, un movimiento que ha contado con el beneplácito de Díaz. Desde Bruselas, donde se encuentra reunido el Consejo Europeo, el presidente del Gobierno evitó criticar a Unidas Podemos. Pero también rechazó en repetidas ocasiones señalar a Díaz como la ministra que debe llevar la batuta -como ha hecho desde el pasado mes de marzo- de la negociación con sindicatos y patronal sobre la reforma laboral.

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La reforma del mercado de trabajo, argumentó Sánchez, es "una reforma estructural" que "afecta a muchísimos ministerios, al menos a cinco": los de Trabajo, Economía, Hacienda, Seguridad Social y Educación. Y, por tanto, "no hay intromisión" cuando Calviño intenta asumir un papel en la negociación, sino que únicamente existe "colaboración, coordinación y aporte por parte de todos los ministerios para que salga adelante una reforma que necesitan trabajadores y empresarios", espetó el presidente.

De esta forma, Sánchez da luz verde a su vicepresidenta económica para intervenir en unas negociaciones con patronal y sindicatos que, hasta ahora, ha pilotado Díaz. El presidente, de hecho, hizo hincapié en que la reforma laboral que se ha comprometido a aprobar no es fruto únicamente del Ministerio de Trabajo, sino del "Gobierno de España", y por tanto es ese órgano el que "negocia" y no únicamente uno de sus departamentos. "Todos los ministerios afectados tienen que aportar su visión para llegar a la mejor reforma laboral", y la "orden" que ha partido de Moncloa hacia Trabajo, Economía y el resto de departamentos es la de "colaborar", zanjó Sánchez.

Un apoyo que molesta a Unidas Podemos

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El apoyo mostrado por el presidente del Gobierno a Calviño supone la confirmación de que la vicepresidenta económica, que ha mantenido en los últimos días varios rifirrafes con Díaz que no han alcanzado trascendencia pública, actúa con el respaldo de la Moncloa. Esa es una de las cosas que más profundamente ha molestado a Unidas Podemos, que entiende que Sánchez busca que Economía -con una visión económica mucho más ortodoxa- tome las riendas de la fase final de las negociaciones sobre la reforma laboral. 

Las tensiones internas de los últimos días entre PSOE y Unidas Podemos en torno a este asunto quedaron reflejadas el pasado jueves, cuando Calviño afirmó en el congreso de CCOO que la reforma laboral debe ser "equilibrada" y aseguró que, hasta ahora, tan solo ha habido "contactos preliminares" con los agentes sociales y no se ha iniciado la fase de negociación y concreción de ese paquete "equilibrado" de reformas. "A partir de estas próximas semanas tenemos que empezar a trabajar intensamente con los agentes sociales", sostuvo, pese a que Trabajo, sindicatos y patronal llevan manteniendo reuniones desde marzo y han avanzado sustancialmente en asuntos como la reforma de la subcontratación o la ultraactividad de los convenios.

Sánchez, eso sí, aseguró que existe pleno acuerdo en el Gobierno a la hora de cumplir los plazos comprometidos con Bruselas para derogar la reforma laboral, algo que se prometió hacer antes de fin de año. Asimismo, el presidente afirmó que hay entendimiento con Unidas Podemos en lo relativo al "contenido" de esta reforma del mercado de trabajo, que debe "eliminar definitivamente muchos de los males del mercado laboral de nuestro país que la reforma del PP agravó".