Mercados interdependientes, escalada del gas... El polvorín energético que impulsa el encarecimiento de la luz

¿Cómo llega el gas a España?
¿Cómo llega el gas a España?
Henar de Pedro
¿Cómo llega el gas a España?

Un día más, hacer una lavadora o poner el lavavajillas se convierte en España, y buena parte de Europa, en una actividad de riesgo para la economía doméstica. Durante los últimos meses los ciudadanos españoles han tenido que convivir con un aumento constante del coste de la electricidad, superando en decenas de ocasiones el máximo histórico, que llegó hasta los 288 euros el megavatio hora (Mwh) el pasado jueves siete de octubre. Este lunes 18, el precio medio de la electricidad en el mercado mayorista se ha situado en los 227,45 euros el megavatio hora (MWh), lo que supone un aumento del 8,5 % respecto al precio fijado para este domingo. Es el quinto precio más alto desde que existen registros.

Detrás de esta escalada de precios se encuentran tanto la subida de los derechos de emisión de CO2, como el encarecimiento del gas en los mercados internacionales, donde el precio se ha disparado un 25% debido al aumento de la demanda.

La temporada de calefacciones arrancó el pasado 1 de octubre con unos precios del gas de 92,7 euros el megavatio hora (€/Mwh) y entre octubre y diciembre el coste promedio previsto del gas podría llegar a los 95,7 €/Mwh, seis veces más que en 2020.

La electricidad se produce con la ayuda de diferentes fuentes de energía: de origen renovable (solar, eólica, hidráulica y geotérmica) o por combustibles fósiles (carbón, petróleo o gas). En España, el origen para producir la electricidad proviene en buena medida del gas, marcando las subidas de la electricidad. Cuando el gas se multiplica, el precio eléctrico se multiplica.

"Los mercados de gas y electricidad son interdependientes"

El precio de la electricidad en el mercado mayorista lo marca la última unidad necesaria para producir, algo que en España suele depender del gas, dado el proceso de descarbonización en la que está sumido el país.

Cada hora del día tiene una previsión de consumo concreta y esa energía hay que fabricarla mediante una de las múltiples formas con las que se cuenta. El orden en el que entra la energía es el siguiente: primero la nuclear, luego solar, eólica, hidráulica, cogeneradoras, y por último el ciclo combinado (el gas) y el carbón. Cuando la demanda es muy poca, por ejemplo durante la madrugada, la energía la pueden cubrir fuentes más baratas, como hidráulicas o eólicas. Sin embargo, durante el día hay horas de mayor demanda y consumo, por lo que hay que poner todas las energías a funcionar. Si no hay viento o sol, entra mucho más gas, que al tener un precio mayor, aumenta el precio de la electricidad.

"Los mercados de gas y electricidad no son lo mismo, pero es cierto que son interdependientes. España necesita contar con una potencia instalada de ciclos combinados (26.000 GW) para poder garantizar el suministro eléctrico en nuestro país. Cuando no hay viento, ni sol, no llueve o la nuclear está parada para atender su mantenimiento, los ciclos de gas son siempre la tecnología de back-up del sistema", explica a 20minutos Julio Cesar Pérez, director de comunicación de Sedigas, la Asociación Española de Gas.

Además, fuentes del mercado consultadas por este medio aseguran que a la subida del gas hay que sumarle la subida del precio de los derechos de emisión de CO2. Este es un mercado creado por la Unión Europea en 2005 con la intención de alcanzar sus objetivos de reducción de emisiones acordados en el marco del Protocolo de Kioto, imponiendo un límite de emisiones de CO2 a cada país, donde aquellos Estados que los superen pueden comprar derechos de emisión de otros países que no llegan al máximo que tienen marcado.

¿Por qué ha aumentado el precio del gas?

El incremento del precio del gas en los mercados internacionales viene provocado entre otros factores por la demanda mundial de energía durante la recuperación de la actividad económica tras el parón de la pandemia. Además, la demanda asiática de gas natural, especialmente de China, está teniendo un fuerte impacto en los mercados globales, puesto que reduce la oferta disponible para Europa.

"Después del periodo más duro de la pandemia todo el mundo se ha puesto a producir y consumir y eso ha provocado un aumento de la demanda de manera brutal", afirma a 20minutos Pablo Abejas, consejero delegado del Grupo Visalia, que añade que esta demanda se produce después de que "durante el confinamiento mundial se cerraran inversiones en fracking y pozos, por lo que las reservas de gas son inferiores a las que había antes de la pandemia", generando una subida de los precios.

Además, el frío invierno sufrido en 2021 en varias regiones del mundo (España sufrió la tormenta Filomena), también ha ayudado a provocar un descenso pronunciado de las reservas, algo que afecta a la subida de los precios.

"En relación con el precio del gas, este se determina en función de la oferta y la demanda en los mercados internacionales. El precio de la molécula de gas fluctúa además por la relación con la evolución de otras materias primas energéticas, como por ejemplo el petróleo. No están totalmente correlacionados, pero se puede observar cómo el precio del Brent también ha subido de forma exponencial en los últimos meses. Es un mercado abierto, global y competitivo. No son las compañías o el Gobierno quien fija sus precios, sino que son el resultado de la interacción de oferentes y demandantes a escala global", añaden desde Sedigas.

¿Seguirá subiendo el precio?

El aumento del gas se produce en un contexto de incremento del precio de otras materias primas vinculadas a la energía, como el petróleo o el carbón, y de conflicto entre Marruecos y Argelia, que podría afectar a España en la medida en que este último es el principal exportador de gas de la Península.

El pasado mes de agosto, el ministro de Energía de argelino dejó caer en un comunicado que el gasoducto que pasa por Marruecos y lleva gas a España no renovaría su concesión, por lo que quedaría inutilizado. De producirse finalmente el cierre España perdería uno de los dos gasoductos que le conectan con Argelia.

El Gasoducto Magreb-Europa, el conducto que el Gobierno argelino quiere cerrar, transporta anualmente unos 10.000 millones de metros cúbicos de gas a la Península. Tanto Argelia como el Gobierno español han asegurado que en ningún caso se producirá un desabastecimiento, aunque al perder uno de los gasoductos España tendrá que suplir esa demanda de gas por otras vías de importación más caras, como son los barcos metaneros, lo que podría aumentar todavía más el precio del gas.

Las previsiones de normalización de los precios del gas apuntan a la primavera de 2022, por lo que los elevados precios de la electricidad se mantendrán en invierno, una de las épocas del año donde hay más demanda eléctrica. El gas jugará en los próximos meses un papel fundamental en la vida de los ciudadanos españoles, que ven como sus facturas aumentan imparables.

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