Los ministros republicanos también tendrán que prometer lealtad al Rey

Pedro Sánchez promete ante el Rey su cargo como Presidente del Gobierno
Pedro Sánchez promete ante el Rey su cargo como Presidente del Gobierno en 2018.
CASA DEL REY
Pedro Sánchez promete ante el Rey su cargo como Presidente del Gobierno

El inédito Gobierno de coalición que tomará posesión la próxima semana, según hizo público este martes el PSOE, generará situaciones novedosas a diario durante sus primeros pasos.

La primera de ellas, será el juramento ante el Rey Felipe VI de los nuevos ministros integrantes del Ejecutivo presidido por Pedro Sánchez, varios de ellos abiertamente republicanos.

El futuro ministro de Consumo, Alberto Garzón, que suele referirse al monarca como “ciudadano Borbón”, no tendrá que llegar a jurar “sumisión y obediencia al Rey”, tal y como se exigía, por ejemplo, en el reglamento del Congreso de 1876, pero sí estará obligado a ajustarse a la fórmula aprobada por real decreto en 1979.

“Todo ministro que tome posesión ante el rey debe prometer y jurar al menos tres cosas: cumplir la Constitución, hacerlo con fidelidad al Rey y mantener en secreto las deliberaciones del Consejo de MInistros”, explica Carlos Fuente, director de la escuela de protocolo International School of Event Management & Communication (ISEMCO).

“Eso viene regulado por real decreto y es obligatorio sí o sí, no sería válida la fórmula si se dejasen de utilizar esas tres expresiones”, añade el experto en protocolo.

La fórmula que dicta el real decreto incluye jurar o prometer “lealtad al Rey, y guardar y hacer guardar la Constitución como norma fundamental del Estado”.

También para la profesora de Derecho Constitucional de la Universidad Pontificia Comillas Isabel Álvarez Vélez, el juramento “deber incluir la fórmula de lealtad al Rey, sin ninguna duda”.

Las innovaciones de 2018

Estando la obligatoriedad de prometer fidelidad al Rey fuera del debate, sí que podría haber innovaciones mediante anexos o coletillas que se añadieran al final de la fórmula, tal y como ya se vio en la toma de posesión de algunos diputados en el Congreso.

“Podrían decir por imperativo legal o lo que quieran, supongo que en eso el Rey, conociéndole como es, no pondrá ningún impedimento”, opina Fuente.

Fuentes de Zarzuela, por su parte, aseguran no tener constancia, por el momento, de que se vaya a producir ninguna nueva modificación en el protocolo, aunque aceptan que este “tiene flexibilidad”.

La última toma de posesión de un nuevo Gobierno tuvo lugar en 2018, tras la moción de censura que llevó al poder al ahora reelegido presidente Sánchez.

Entonces, el presidente y sus ministros eliminaron de la ceremonia por primera vez los tradicionales elementos religiosos: la Biblia editada en 1791 y dedicada a Carlos IV, sobre la que se posaba la palma de la mano en el momento de pronunciar el juramento, y el crucifijo que se situaba junto a la misma.

De manera, parece ser, improvisada, la vicepresidenta Carmen Calvo, introdujo otra novedad en la formulación, acorde con la composición mayoritariamente femenina de aquel Ejecutivo.

Calvo prometió “mantener el secreto de las deliberaciones del Consejo de Ministras y Ministros”, una fórmula que imitaron 13 de las 17 ministras y ministros que prometieron su cargo ese día.

La inclinación y el besamanos

Otra de las tradiciones habituales en la ceremonia que tiene lugar en el Palacio de Zarzuela es la inclinación ante el monarca del ministro antes y después de realizar el juramento, un gesto que, sin embargo, no está legislado ni es de obligatorio cumplimiento.

“Es un acto de respeto y deferencia ante el Jefe del Estado e importante en protocolo”, opina la profesora Álvarez Vélez. “Probablemente es formal pero creo que las formas son esenciales”.

Para Fuente, sin embargo, “cuando un Ejecutivo es fuente de una votación que sale del Congreso, inclinar la cabeza ante el Rey, aunque sea en un acto de cortesía, está fuera de lugar en el siglo XXI”.

En cualquier caso, los futuros ministros del Ejecutivo de Sánchez que así lo estimen oportuno sí podrán saltarse este gesto, que forma parte de la tradición, pero no es obligatorio.

Para cerrar la ceremonia, es de esperar que se vuelva a repetir la última de las innovaciones introducidas en la toma de posesión de 2018, el saludo formal, “una especie de besamanos”, tal y como lo describe Fuente, que se realizó al finalizar el acto.

El Rey se coloca en el centro de la sala y va saludando individualmente a todos los ministros, de manera que pueda haber una instantánea de cada uno de ellos estrechando la mano del monarca. Otra imagen que los ministros republicanos tampoco podrán evitar.

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