Pese a que el plan inicial del PSOE era tener Gobierno antes de Navidad, los socialistas se están haciendo a la idea de que cada vez parece más difícil que ese plazo se cumpla. Así lo admitió este miércoles la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, que reconoció que es "complicado" que pueda haber un pleno de investidura en la Cámara Baja antes de fin de año.

Las declaraciones de Batet se produjeron tras la primera reunión de la Mesa del Congreso después de su elección el martes, que se celebró tras el encuentro de la presidenta con el rey Felipe VI para informarle oficialmente de la constitución de la Cámara. Batet señaló que "no es imposible" que haya una investidura antes de Navidad, pero dejó claro que lo ve "complicado" por lo "ajustado" de los tiempos.

Batet justificó este posible retraso del pleno de investidura recordando que este mes hay varios festivos y que "muchos grupos" -un total de 19 formaciones- tienen que ser recibidas por el rey en su ronda de consultas. No obstante, lo cierto es que desde hace días la dirección socialista ha comenzado a asumir que la investidura de Pedro Sánchez puede ser más tarde de lo que preveían, y el PSOE apuesta ahora por dar tiempo y no presionar a ERC para conseguir su abstención.

De hecho, pese a la buena sintonía de las últimas reuniones del PSOE con ERC -en la de este martes ambos partidos incluso consensuaron el comunicado que hicieron público tras el fin del encuentro- y a que Unidas Podemos o el PNV han apremiado a cerrar el acuerdo, los propios republicanos han dejado claro que no tienen prisa. Hace unos días, el vicepresident de la Generalitat, Pere Aragonés, afirmaba que "es preferible un buen acuerdo que un acuerdo rápido". Y el PSOE asume que ERC necesita tiempo.

Los grupos, hasta el miércoles

En otro orden de asuntos, Batet también informó de que el plazo de constitución del los grupos parlamentarios estará abierto hasta el próximo miércoles, lo que implica que, al menos hasta la semana próxima, no se fijará la fecha de la ronda de consultas del rey ni el reparto de escaños en el hemiciclo. Un reparto para el que Vox ya ha exigido salir del gallinero y pasar a ocupar un espacio central en el Congreso.

En la Mesa, igualmente, la minoría que representan PP y Vox (tres votos de los nueve del órgano) votó en contra de la validación de la lista de diputados al entender, como ya criticaron ambos partidos el martes, que algunas de las fórmulas utilizadas para acatar la Constitución por parte de grupos independentistas, nacionalistas o de izquierdas no fueron correctos. La mayoría de PSOE y Unidas Podemos aprobó la lista sin problemas, aunque PP y Vox ya han anunciado que emprenderán acciones legales contra estos juramentos.