Vox es tercera fuerza política en el Congreso, "ha venido para quedarse" y no piensa "consentir" que otros grupos parlamentarios los releguen al "gallinero", la parte más alta del hemiciclo, con mucha menor visibilidad. Así de claro lo dejó el único miembro de la formación en la Mesa de la Cámara, el vicepresidente cuarto Ignacio Gil Lázaro, este miércoles antes de la primera reunión del órgano.

Gil Lázaro fue el único de los nuevos miembros de la Mesa, elegidos el martes, que habló antes del encuentro. Y lo hizo para asegurar que no van a permitir que "ni unos" -la izquierda- "ni otros" -el PP-, que forman parte según Vox del mismo "consenso progre",  "menosprecien" al partido de ultraderecha. Ese primer órdago se va a poner a prueba con la asignación de los escaños a los diferentes grupos, cuando se constituyan, algo que ocurrirá probablemente la próxima semana.

"La fase de los gallineros se ha acabado", sostuvo Gil Lázaro, que ofreció un importante detalle sobre la "estrategia" que va a seguir su grupo a la hora de intentar elegir asientos en el Congreso: Vox tratará de sentarse "en la posición que antes ocupaba otro grupo parlamentario".

Pese a que el dirigente no quiso concretar a cuál se refería, lo lógico es pensar que hablaba de Ciudadanos, que la pasada legislatura tenía 57 diputados que se sentaban ocupando el ala derecha del hemiciclo, compartiendo bancada con el PP. De conseguirlo, Vox saldría del gallinero que ocupaba hasta ahora y al que quedó relegado tras un pacto entre PSOE y Unidas Podemos.