Catalá, el ministro que llegó con “discreción” al Gobierno y a quien pierden sus declaraciones

  • Llull denunció ante Llarena los “vaticinios” de un ministro que sabía lo que iba a suceder en la instrucción del procés.
  • En Semana Santa, presenció junto a Cospedal, Zoido y Méndez de Vigo la procesión del Cristo de la Buena Muerte.
El exministro de Justicia, Rafael Catalá Polo, en una imagen del mes de abril.
El exministro de Justicia, Rafael Catalá Polo, en una imagen del mes de abril.
EFE/Zipi
El exministro de Justicia, Rafael Catalá Polo, en una imagen del mes de abril.

Los supuestos "problemas singulares" del juez Ricardo González de los que el ministro de Justicia ha hablado este lunes no constituyen la primera vez que Rafael Catalá se pone en la picota por declaraciones polémicas relacionadas con un ámbito, el de la Justicia, especialmente sensible por la separación de este Tercer Poder del Estado del primero que él representa, el Ejecutivo. No en vano, Catalá es uno de los cinco ministro del Gobierno reprobado en lo que va de legislatura por el Poder Legislativo, en el Congreso.

Hace casi justo un año, el 16 de mayo de 2017, el Congreso el PSOE logró sumar a todos los grupos menos al PP para reprobar a Catalá por supuestas injerencias en la acción de los fiscales para intentar a proteger a cargos de su partido implicados en casos de corrupción, en concreto al expresidente madrileño Ignacio González por su implicación en el presunto desfalco del Canal de Isabel II. El PSOE le calificó entonces de "arma letal, un killer" con los fiscales.

Hasta el PNV, a quien gusta permanecer ajeno a este tipo de iniciativas, se sumó para reprobar a Catalá, por contribuir a "la percepción ciudadana de la particialidad de la Justicia por presiones políticas y para favorecer a investigados por corrupción", según dijo entonces el diputado vasco Mikel Legarda.

Además, por primera vez, la reprobación de un ministro, iba acompañada de toda la cúpula judicial, puesto que el Congreso también censuró la conducta del entonces Fiscal General del Estado, José Manuel Maza, y del por aquellos días fiscal jefe de Anticorrupción, Manuel Moix.

Moix se vio obligado finalmente a dimitir apenas quince días después al descubrirse que era titular de una empresa offshore en Panamá, al hilo de cual Catalá pronunció otra de sus polémicas frases cuando, tras su renuncia después de semanas de cuestionamiento del fiscal anticorrupción, afirmó que "no veía ningún motivo para de legalidad para promover su cese".

Sustituto de Gallardón

Catalá entró en el Gobierno en septiembre de 2014, en sustitución en el Ministerio de Justicia del muy notorio Alberto Ruiz Gallardón, que terminó abandonando después de que Moncloa remendara y retirara después su polémica ley del aborto.

El nuevo ministro de Justicia llegaba con un perfil técnico y, quizá por desconocimiento o en contraposición con Ruiz Gallardón, discreto. De él se dijo que era afín a la hoy presidenta del Congreso y amiga personal de Mariano Rajoy, Ana Pastor, de quien fue secretario de Estado en Fomento y a la que sustituyó entre julio y noviembre de 2016 como ministro de Fomento en funciones cuando ella fue nombrada presidenta del Congreso. Catalá se encargó de llevar los asuntos corrientes del Ministerio mientras también era titular de Justicia.

Dentro del Gabinete de Rajoy, a Catalá pronto se le situó en el bando de los afines a la ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, entre quienes destaca el ministro de Interior, Juan Ignacio Zoido.

Precisamente junto a ellos dos, y también al portavoz y ministro de Educación, Íñigo Méndez de Vigo, Catalá había vivido su polémica más reciente, antes de hablar este lunes de los "problemas singulares" del juez del voto particular de la Manada.

La pasada Semana Santa, estos cuatro miembros del Gobierno viajaron a Málaga para presenciar y cantar a voz en grito en algún caso, la procesión del Cristo de Mena, más conocido como el Cristo de la Buena Muerte, que es llevado a pulso por los legionarios mientras se canta El novio de la muerte.

Si esta fue una de las últimas, una de las primeras polémicas que rodearon a Catalá tiene que ver con la no renovación en el puesto de Fiscal General del Estado de Consuelo Madrigal, a quien Catalá habría pedido directamente determinados nombramientos en la Fiscalía y a los que ella se opuso, unas presiones que él negó.

Tras su salida y el nombramiento de Maza, se produjo también la designación de Moix. Ambos reprobados junto al ministro el año pasado.

Vaticinios en Cataluña

Sobre el proceso independentista en Cataluña, Catalá no sólo no dudó en criticar recientemente a los exconselleres Josep Rull y Raül Romeva por acusar al juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena de convertirles el presos políticos, sino que se permitió anticipar lo que esas declaraciones podrían acarrearles. "Ofender" al juez, dijo "no les va bien" ni les va a dar "muchos réditos".

Además, Rull denunció ante Llarena la capacidad de "vaticinio" del ministro de Justicia, quien en una declaraciones en febrero ya dio por hecho que el expresidente Carles Puigdemont y los exconsellers huidos serían suspendidos para ostentar cargo público, tal y como sucedió después y se desmostró en el auto de procesamiento que dictó Llarena.

Montoro y Cifuentes

La semana pasada, el ministro de Justicia corrigió al titular de Hacienda, Cristóbal Montoro, que en una entrevista negó rotundamente que se hubiera desviado dinero público para pagar el proceso independentista, lo que anularía el delito de malversación por el que serán procesados, entre otros, Puigdemont y el expresidente Oriol Junqueras.

Aunque concedió que Hacienda tiene un sistema que garantiza que no se desvían fondos, Catalá marcó el camino de Montoro al añadir que "otra cosa es si antes de que el Ministerio de Hacienda pusiera ese sistema se han podido desviar fondos de manera ilícita y es lo que investiga un juez".

Montoro no es el único compañero de partido a quien Catalá ha reprendido, siempre con buenas maneras. Más de una semana antes de su dimisión y cuando aún se contemporizaba con la situación de Cristina Cifuentes, Catalá envió un mensaje desde una entrevista radiofónica, al admitir que, frente a lo que se sabía en los primeros días después de que saltara el escándalo de su máster, ahora "hay elementos que han añadido incertidumbre" sobre las certezas en torno a la ya expresidenta de la Comunidad de Madrid.

Además de la virulenta respuesta que sus declaraciones de este lunes han provocado entre las asociaciones de jueces, Catalá ha sido censurado en varias ocasiones desde dentro del ámbito judicial.

Por ejemplo, el Sindicato de Secretarios Judiciales denunciaba en 2015 que el ministro funcionaba "como una simple agencia de colocación" en el nombramiento de cargos desde que llegó al Ministerio, con la designación y sustitución de cargos en las salas de los tribunales.

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