Ricardo Javier González es el juez que emitió un voto particular en el caso de La Manada, pidiendo la absolución de los cinco acusados. Su historial no es ni mucho menos ejemplar: en el año 2001 fue sancionado por retrasos injustificados y reiterados en sus funciones y suspendido durante seis meses. Entre otros retrasos, el magistrado tardó 14 meses en redactar un fallo sobre un divorcio.
Ricardo Javier González pedía en su voto discrepante la absolución de los cinco integrantes de La Manada, que han sido condenados por abusos sexuales, y no por agresión o violación, a una joven madrileña durante los Sanfermines de 2016.
En el referido expediente del CGPJ se tuvieron en cuenta otras sanciones seguidas contra este magistrado, entonces juez de primera instancia de Bilbao. La resolución del CGPJ de 2001 fue confirmada por sentencia del Supremo en noviembre de 2003.
Las citadas sanciones previas a la suspensión se concretaron en multas por retrasos cometidos en los últimos años de la década de los 90.
Fuentes del Consejo General del Poder Judicial han informado que el juez González no ha sido expedientado o sancionado en los últimos cuatro años.
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