La celebración del Día Internacional de la Mujer cada 8 de marzo responde a una serie de movimientos y luchas feministas para conseguir la igualdad salarial y de derechos laborales y sociales entre hombres y mujeres a finales del siglo XIX y principios del XX. Entonces no derecho al voto, ni control sobre sus cuentas bancarias, ni acceso a educación superior del mismo modo que los varones, ni mucho menos derechos laborales. 
Fue en Estados Unidos donde las mujeres comenzaron los primeros movimientos y huelgas para revertir esta injusta situación que más tarde se trasladarían a Europa, en el contexto de la Primera Guerra Mundial y la Revolución Rusa, en 1917. Ese año, y tras importantes protestas, el gobierno ruso concedió a las mujeres el derecho al voto (a España no llegó hasta 1931, durante la Segunda República). 
Era 23 de febrero de 1917 según el calendario juliano usado en Rusia. Fecha que correspondía exactamente con el 8 de marzo en el calendario gregoriano, que fue sustituyendo paulatinamente al anterior.
​Hoy, con derechos consolidados y algo del camino recorrido que iniciaron aquellas mujeres trabajadoras en el S.XIX, seguimos avanzando y por eso cada 8 de marzo reivindicamos el papel de la mujer en todos los ámbitos de la vida con los mismos derechos y libertades que los hombres. Hay mucho hecho y mucho por hacer.