Poca importancia se ha dado al avance del independentismo en Galicia. Poco se ha comentado que Otegi haya doblado a PP+Cs en el pueblo de Miguel Ángel Blanco. O que uno de cada tres vascos hayan votado a los que nunca han condenado a ETA. Ni siquiera el hundimiento de Podemos y el encogimiento del PSOE sobrevivirá en los titulares si Sánchez persiste en su gobierno de coalición. El triunfo de Feijóo ha sido tan aplastante que ha arrasado con cualquier análisis colateral sobre el incierto horizonte de la España constitucional.
Y es que la cuarta mayoría absoluta del PP no solo ha agigantado a Feijóo, sino que ha aminorado a Casado. Ese es el mantra y el morbo que se ha instalado en la opinión.
Pero la historia no hace más que girar sobre sí misma. Gigantesca fue la sombra de Esperanza Aguirre sobre Rajoy, penitente en el desierto frente a Zapatero durante siete largos años.
Y larga fue también la sombra de Mario Conde sobre José María Aznar hasta que este logró torcer el brazo a Felipe González. Ni Conde –desde fuera– ni Aguirre ni Feijóo –desde dentro del partido– se decidieron a dar el paso en el momento decisivo. Al gallego solo le queda una bala –y muy incierta– si Casado pierde contra Sánchez.
Comentarios
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que 20minutos.es restringirá la posibilidad de dejar comentarios