Juan Luis Saldaña Periodista y escritor
OPINIÓN

Otro concurso de hamburguesas

Aprieta, que algo queda.
Aprieta, que algo queda.
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Aprieta, que algo queda.

El mismo tipo que habla tanto de vida sana, de madrugar, de crossfit y de los estoicos se permite, sin embargo, darse de vez en cuando al vicio de la hamburguesa. Es el que más sabe, controla la carne, distingue si es buena, si está bien hecha, si lleva buena compañía, recomienda los mejores locales y está siempre a la última. No lo verás en un establecimiento de hamburguesas tradicionales de comida rápida.

Cada vez más, este tipo de personaje se ve abducido por algún que otro concurso de hamburguesas en el que hay incomodidad, igualdad de precios, alguna foodtruck de atrezzo y mucho cartón. La democracia encumbra a la mejor hamburguesa, pero a casi nadie le importa porque lo relevante es tener algo que hacer, matar el rato, comer y beber lo que toque como buenos reclusos.

La vida se convierte en un mercado medieval, en la búsqueda constante de una excusa para hacer algo. Cualquier argumento nos vale para hacer el idiota en grupo de un modo razonable, que no nos dé demasiada vergüenza. Hay una uniformidad que asusta, quizá la moda siempre fue así, pero la ausencia, cada vez más triste, de tribus urbanas nos lleva a esta inercia de clones.

Hay una uniformidad que asusta, quizá la moda siempre fue así, pero la ausencia, cada vez más triste, de tribus urbanas nos lleva a esta inercia de clones.

Barbudos con tatuajes, mazados levanta-ruedas de tractor, ositos saludables ultra motivados por un madrugón son la carne picada con la que se fabrican estos concursos de hamburguesas que van de aquí para allá. Antes fue el concurso de tapas, omnipresente e identitario, con su diminutivo y su elaboración. Ahora la hamburguesa es la reina de la moda y explora los límites sin rubor. Superó la barrera de los diez euros, camina hacia los quince y otea ya los veinte.

La idiotez no tiene control. La idiotez se paga. Sin embargo, a veces, la idiotez es gratis si eres capaz de comerte no sé cuantas guarradas en no sé cuánto tiempo. Esa es otra. También se está poniendo de moda hacer el animal y ver quién revienta antes a base de apretarse, de un modo literal, hamburguesas y patatas como si comer fuera vivir. Pídeme una Kanalla XL Premium Plus con curry y plátano, anda.

Periodista y escritor

Colecciono coca colas falsas en lata y hago fotos a las bolsas de plástico en los árboles. He publicado libros de poemas y relatos. Mi última novela es "Hilo musical para una piscifactoría". Se llevó al cine bajo el título de "Miau". He sido redactor en prensa, presentador en tele y radio y ahora me piden que opine. Licenciado en derecho, MBA, máster en periodismo y doctor en comunicación e información. He tenido una agencia de marketing, alguna experiencia de éxito en comercio electrónico y doy clases en algún máster sobre esto.

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