Un agente infiltrado, una factura de la luz y una carta anónima: todas las claves sobre el crimen de Manuela Chavero

En el verano de 2016, dos desapariciones de alto riesgo tuvieron en vilo a la Guardia Civil. La primera, en julio, la de Manuela Chavero, residente en Monesterio (Badajoz) y de 42 años, que desapareció de su casa dejando la luces y la televisión encendidas.
En el verano de 2016, dos desapariciones de alto riesgo tuvieron en vilo a la Guardia Civil. La primera, en julio, la de Manuela Chavero, residente en Monesterio (Badajoz) y de 42 años, que desapareció de su casa dejando la luces y la televisión encendidas.
En el verano de 2016, dos desapariciones de alto riesgo tuvieron en vilo a la Guardia Civil. La primera, en julio, la de Manuela Chavero, residente en Monesterio (Badajoz) y de 42 años, que desapareció de su casa dejando la luces y la televisión encendidas.
Aacusado del asesinato y violación de Manuela Chavero se enfrenta a un jurado popular esta semana.
Carlos G. Kindelán - ATLAS

En el verano de 2016, dos desapariciones de alto riesgo tuvieron en vilo a la Guardia Civil. La primera, en julio, la de Manuela Chavero, residente en Monesterio (Badajoz) y de 42 años, que desapareció de su casa dejando la luces y la televisión encendidas. La segunda, la de Diana Quer, desaparecida en A Pobra do Caramiñal (A Coruña) y hallada muerta más de un año después en una nave de Rianxo. En este último caso, Enrique Abuín, El Chicle, cumple prisión permanente revisable por asesinato y violación tras confesar lo que había hecho con la joven de 18 años. 

En el caso de Chavero tuvieron que pasar cuatro años para que Eugenio Delgado, vecino de la mujer y que esta semana será juzgado tras estar en prisión provisional desde 2020, confesara y llevara a la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil al lugar donde había enterrado el cadáver. Fue en septiembre del citado año cuando el acusado, entonces de 28 años, relató lo que había pasado con su vecina, sin reconocer, nunca, haberle dado muerte. Según él, fue un accidente.

Cuatro años de incógnitas que se resolvieron gracias a una carta anónima que apuntaba a Delgado como autor del crimen y a una factura de la luz de una de sus viviendas. El hombre había dicho que la noche de la desaparición estaba en su casa del centro y no en la que se encontraba junto a la de Chavero, en la calle Cerezo y que pertenecía a sus padres. Estas son las principales claves de este crimen

La desaparición 

Chavero desapareció la madrugada del 5 de julio de 2016 y solo dejó tres cosas tras de sí: la televisión y las luces encendidas, una última conexión a WhatsApp y su teléfono móvil encima de la mesa del salón. 

La mujer había estado esa tarde con una amiga, regresó a su domicilio y estuvo hablando con sus dos hijos, que se encontraban en Sevilla junto a su exmarido. También había estado viendo la tele y mandando algunos mensajes a un chico de 21 años del pueblo con el que mantenía relaciones esporádicas. El último, a las dos menos cinco de la mañana.

Cuando las autoridades llegaron a casa de Chavero supieron que no era una desaparición voluntaria. La puerta estaba abierta y no había sido forzada, por lo que se pensó que había abierto a alguien conocido. La desaparición, desde el principio, fue tachada de inquietante

La búsqueda

El joven de los mensajes se convirtió en el principal sospechoso, mientras la Guardia Civil, con la investigación bajo secreto de sumario, hacía batidas por la zona para tratar de hallar a la extremeña. Delgado, el ahora imputado por el asesinato, dijo que aquel joven había rondado la casa de la mujer aquella madrugada, lo que le puso más en el foco. Fue interrogado en varias ocasiones y registraron sus vehículos, pero finalmente fue descartado.

El actual procesado testificó hasta en cuatro ocasiones ante agentes de la Guardia Civil a quienes contó que había pasado ese día en la playa en Huelva y que no había estado en la vivienda de Cerezo. 

También se rastreó la única antena de telefonía que cubre la población; se inspeccionaron las cámaras de comercios y gasolineras cercanas; se revisó el pantano de Tentudía, a cuatro kilómetros de la casa de Chavero y se interrogó a un gran número de habitantes de la localidad para reconstruir sus últimos movimientos. Fue imposible saber qué había pasado con ella

La confesión

Cuatro años después y con Delgado en el punto de mira desde hacía tiempo, la investigación dio un vuelco. Una carta anónima enviada a Emilia Chavero, hermana de la desaparecida, una factura de la luz del piso de Delgado en la calle Cerezo y un agente de la UCO infiltrado, que se hizo amigo del sospechoso y al que había dado algunos detalles, hicieron tensar los hilos hasta el punto de que el sospechoso acabó hablando.

Delgado fue detenido el 18 de septiembre de 2020 y contó que Chavero, a la que conocía de siempre y que había ido a su casa a recoger una cuna, se golpeó la cabeza accidentalmente al sufrir un resbalón y que, al ver que había fallecido, decidió enterrar el cuerpo por miedo. Así, transportó el cadáver en la pala de su tractor hasta una finca de su propiedad llamada La Dehesa, donde lo ocultó en una madriguera de zorros

Los agentes de la UCO y la defensa de la familia de Chavero apuntan a que fue un crimen sexual. Delgado habría intentado violarla y al resistirse acabó con su vida. Es más, las pruebas forenses que se hicieron al esqueleto de la mujer determinaron que tenía los dientes y cinco costillas rotos. Delgado, por su parte, lo niega y dice que todo eso se produjo postmortem, cuando el cuerpo fue trasladado en el tractor. 

Asesinato vs muerte accidental

Los indicios de que Delgado era un hombre peculiar ya habían llegado antes de su detención. La UCO encontró mensajes con prostitutas en los que pedía prácticas violentas extremas y los vecinos aseguraron que era solitario y tenía dificultad para relacionarse con las mujeres. 

En la reconstrucción de los hechos cuando fue arrestado, el hombre explicó que el día del suceso fue a la casa a dejar pescado en un arcón congelador y vio luz en la vivienda de Chavero. Entonces se acercó a decirle que le devolvía una cuna y que le ayudara a transportarla. Según él, ella se tropezó hacia atrás con una chancla, cayó y se golpeó contra la cama

Al comprobar que estaba muerta y no saber qué hacer, acabó envolviendo el cadáver con una sábana y con un albornoz. Limpió sangre que había en el suelo, metió el cuerpo en el maletero de su coche y lo dejó en la casa de aperos de la finca. 

Al día siguiente y tras dormir, dice que regresó, desnudó el cadáver y lo echó en una zanja con la pala de su tractor. Después quemó la ropa de Chavero en la chimenea. El cuerpo estaba atado y envuelto en una sábana.

El juicio

Este lunes, en el primer día de juicio, el acusado ha justificado los mensajes a prostitutas señalando que "por el teléfono móvil se dicen muchas burradas" y ha apuntado a que nunca quedó con una de estas mujeres. También insiste en que no mantuvo relaciones con Chavero. 

Tanto la Fiscalía como las tres acusaciones particulares piden prisión permanente revisable para el hombre por un delito de asesinato subsiguiente a un delito contra la libertad sexual. La defensa de Delgado, por otro lado, aboga por la absolución por tratarse de un accidente. En el proceso, en el que decidirá la sentencia un jurado popular compuesto por nueve personas, se contará con la declaración de 68 peritos y 20 testigos.

Redactora '20minutos'

Licenciada en Periodismo por la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) y Técnico Superior en Desarrollo de Aplicaciones Informáticas. He desarrollado mi vida laboral a caballo entre la última hora digital y el periodismo local para distintos medios de prensa escrita. Entré a formar parte de la mesa digital de 20 Minutos en junio de 2023, desde donde elaboro reportajes y artículos de actualidad. Me gusta escribir sobre temas humanos y sucesos.

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