El PNV logra retener el Gobierno Vasco en alianza con el PSOE pero EH Bildu empata en escaños con un resultado histórico

Así queda el nuevo Parlamento Vasco.
Así queda el nuevo Parlamento Vasco.
Carlos Gámez
Así queda el nuevo Parlamento Vasco.

Vuelco histórico en el Parlamento Vasco, aunque previsiblemente no en el Gobierno de Euskadi. El PNV ganó este domingo las elecciones autonómicas en la comunidad, pero por primera vez no será primera fuerza en solitario en la cámara legislativa: ese puesto lo compartirá con EH Bildu, ya que ambas formaciones obtuvieron 27 diputados, la mejor marca histórica de los abertzale. La izquierda independentista, no obstante, tiene prácticamente imposible gobernar, puesto que los 12 escaños obtenidos por el PSOE, sumados a los 27 del PNV, permiten a ambos partidos alcanzar la mayoría absoluta en el Parlamento Vasco, fijada en los 38 parlamentarios.

Como lleva ocurriendo desde la reinstauración de la democracia en todas y cada una de las elecciones autonómicas que se han celebrado, el PNV volvió a ser el partido más votado con un 35,2% de los votos. EH Bildu se quedó cerca de su primera victoria electoral en el País Vasco y alcanzó un 32,5%, aunque ese porcentaje se traduce en los mismos 27 escaños que tendrán sus adversarios nacionalistas. El PSE, por su parte, alcanza los 12 diputados con un 14,3% de los votos, y el PP crece hasta los 7 escaños con un 9,2%. Vox, igualmente, retiene su única acta por Álava con un 2% de las papeletas a nivel autonómico.

En el espacio de izquierda no nacionalista a la izquierda del PSOE, por su parte, la lucha cainita entre Sumar y Elkarrekin Podemos se traduce en un batacazo para ambos, aunque no de las mismas dimensiones. La coalición que lidera Yolanda Díaz logra salvar los muebles con un escaño (por Álava) y el 3,3% de los votos. Por el contrario, los morados se quedan fuera del Parlamento Vasco con un 2,2% y suman otra cámara autonómica en la que pierden la representación, tras las de Canarias y la Comunidad de Madrid el año pasado.

En comparación con hace cuatro años, es EH Bildu a quien mejores noticias ha traído el domingo electoral. La candidatura liderada por Pello Otxandiano gana seis escaños con respecto a 2020, cuando el candidato fue Arnaldo Otegi, quien ya entonces obtuvo el mejor resultado de la historia para la izquierda abertzale. Otxandiano, además, logra ser primera fuerza en Guipúzcoa y Álava y romper con mucha comodidad la barrera del 30% de los votos a escala autonómica, aunque no consigue poner la guinda a estos números porque se queda a las puertas de su principal objetivo: ganar las elecciones en porcentaje de votos.

El PNV, por su parte, respira de alivio por partida doble. En primer lugar, la lista liderada por Imanol Pradales ha conseguido ser la más votada en las elecciones, como lleva ocurriendo desde los primeros comicios de 1980, si bien tan solo logra la victoria en Vizcaya, la provincia más poblada del País Vasco. En segundo término, además, el PNV alcanza con relativa comodidad la mayoría absoluta en alianza con el PSOE, por lo que no necesitará de la participación de terceros partidos en el Parlamento Vasco para sacar adelante leyes y presupuestos. No obstante, con respecto al resultado de 2020, entonces con el lehendakari saliente Iñigo Urkullu como candidato, Pradales pierde cuatro diputados.

Ligera subida del PSOE, hundimiento a su izquierda

La extrema competencia en el bloque nacionalista entre PNV y EH Bildu, no obstante, ha llevado al espacio nacionalista que ambos comparten a sumar 54 escaños: su mejor dato histórico. Por el contrario, los dos principales partidos nacionales se quedan más o menos igual que en 2020. El PSE, federación vasca del PSOE, gana algo de oxígeno y pasa de 10 a 12 diputados, aunque seguirá siendo el socio minoritario del Gobierno Vasco. Por su parte, el PP pasa de los seis diputados que obtuvo en las anteriores elecciones a siete; lejos de los hasta nueve diputados que le pronosticaban las encuestas más favorables, pero sobre todo sin capacidad de influir en el nuevo Ejecutivo autonómico.

Sin lugar a dudas, el bloque que resiste peor una comparativa con hace cuatro años es el de la izquierda no nacionalista a la izquierda del PSOE. La ruptura del espacio que estaba en 2020 agrupado en Elkarrekin Podemos en dos candidaturas tiene unos resultados catastróficos: de seis escaños que logró la coalición hace cuatro años pasa a tan solo uno, que rasca Sumar por los pelos. Y ese diputado ni siquiera es la candidata a lehendakari de la formación, Alba García, que se presentaba por Vizcaya y que no consiguió acta, sino el líder del PCE en el País Vasco, Jon Hernández.

La otra cara de la moneda del monumental batacazo del espacio, Podemos, no logra superar a Sumar en ninguna de las tres provincias vascas. Los morados se hacen con un 2,25% de los votos por el 3,3% de Sumar, pero en ningún momento del escrutinio estuvieron cerca de lograr un diputado, pese a que las últimas encuestas les daban opciones de tener representación.

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