Un estudio sugiere que un zorro extinto de gran tamaño era un compañero apreciado de los humanos hace 1.500 años

  • Dusicyon avus vivió desde hace unos 2.6 millones de años hasta hace unos 500. 
  • Era del tamaño aproximado de un pastor alemán pero mucho menos voluminoso.
Los restos del ejemplar casi completo obtenidos en el yacimiento han permitido identificar la especie, su dieta y cuándo vivió.
Los restos del ejemplar casi completo obtenidos en el yacimiento han permitido identificar la especie, su dieta y cuándo vivió.
Autores y The Royal Society
Los restos del ejemplar casi completo obtenidos en el yacimiento han permitido identificar la especie, su dieta y cuándo vivió.

El Dusicyon avus era un cánido que compartía similitudes en tamaño con un coyote moderno y tenía un peso de alrededor de 15 kilogramos. Se trata de un carnívoro cuya dieta abarcaba presas que iban desde los 5 hasta los 60 kilogramos. Esta especie habitó la región del centro y sur de América del Sur, abarcando las épocas desde el Pleistoceno superior hasta el Holoceno tardío, con evidencias de su presencia aún hace aproximadamente 500 años en la región de Tierra del Fuego.

Todas las especies del género Dusicyon están actualmente extintas. El Dusicyon australis, también conocido como lobo de las Malvinas, desapareció debido a la caza intensiva por parte de los británicos por sus pieles, y se extinguió en 1876. Su pariente más cercano conocido era el Dusicyon avus, que habitaba desde el sur de Brasil hasta el sur de Chile.

La causa de su extinción sigue sin estar clara. Se han propuesto diversas hipótesis, desde cambios ambientales asociados al Holoceno hasta la hibridación con perros domésticos introducidos por los colonizadores europeos. Esta teoría de la hibridación con perros ha sido descartada recientemente al realizar análisis de ADN a los restos de la especie extinta, cuyos resultados concluyen que la descendencia entre Dusicyon avus y perros domésticos no habría sido fértil.

No obstante, se considera que la presencia de los perros introducidos tras la colonización pudo haber jugado un papel importante en el declive de estos cánidos. Al compartir una dieta similar, los perros podrían haber competido por los recursos alimenticios. Además, los perros podrían haber actuado como portadores de enfermedades que afectaron negativamente a la población de esta especie de zorro americano.

Ahora, un nuevo descubrimiento en el ámbito de la paleontología ha arrojado luz sobre la interacción entre cazadores-recolectores y los Dusicyon avus. Los restos fósiles analizados de un ejemplar casi completo, que datan de hace unos 1.500 años, sugieren que este tipo de zorro fue domesticado y utilizado como compañero por las poblaciones humanas de la Patagonia argentina.

Análisis de ADN, radiocarbono y examen del colágeno

El estudio, publicado en la revista Royal Society Open Science y y liderado por las investigadoras Ophélie Lebrasseur de la Universidad de Oxford y Cinthia Abbona del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina, recoge los resultados tras analizar el material obtenido de una excavación realizada en 1991 en un cementerio prehispánico, en la región de Cañada Seca, Argentina. 

Inicialmente identificado como un zorro de la especie Lycalopex, el nuevo análisis genético más exhaustivo de los restos ha desvelado que pertenecían a un Dusicyon avus, en lo que ha sido definido como un ‘hallazgo raro e inusual’ por el equipo de investigadores. 

El análisis del ADN antiguo y la datación por radiocarbono confirmaron que el zorro vivió hace unos 1.500 años, coincidiendo con la presencia humana en el área. Además, la colocación del esqueleto del animal en la tumba prehispánica y que se encontrara fuera de su distribución geográfica previamente documentada, junto con sus características dietéticas y físicas indican una relación muy estrecha con los habitantes del sitio, lo que lleva a concluir que seguramente tenía un comportamiento muy manso o al menos estar bajo la influencia humana.

Enterrado junto a un individuo y bien alimentado

Según Ophélie Lebrasseur, una de las coautoras del estudio, el zorro fue enterrado junto a un individuo en un grupo de 21 enterramientos funerarios. No presenta marcas de corte en los huesos, por lo que no fue consumido, su tamaño era algo más pequeño de lo que se conoce sobre la especie y su dieta era sorprendentemente similar a la de los humanos enterrados en el mismo sitio, incluyendo el consumo de maíz. Esto sugiere que el cánido pudo haber sido alimentado directamente por los humanos o haberse alimentado de sus desechos, lo que igualmente implica que estuvo estrechamente asociado a la presencia humana en el mismo lugar.

"O se trataba de un animal simbólico para aquella población, o fue enterrado junto a sus dueños, o con la persona con la que tenía una relación particularmente especial", explicó la coautora Ophélie Lebrasseur a The Guardian como posibles interpretaciones del contexto.

Este hallazgo se suma a otros descubrimientos paleontológicos que muestran enterramientos de zorros junto a seres humanos en Europa y Asia. Por ejemplo, en España, se encontraron enterramientos en las tumbas de la Edad de Bronce de Can Roqueta, Barcelona, y en Minferri, Lleida, donde se hallaron docenas de perros y cuatro zorros dispuestos en las tumbas de manera similar. Esto sugiere que los zorros también eran considerados compañeros importantes por estos grupos humanos ubicados en nuestra región.

Referencias:

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