Una de cada cuatro chicas adolescentes dice haber sufrido violencia sexual en el último año, el 6,6% durante el noviazgo

Pancarta durante una manifestación convocada por el Sindicato de Estudiantes por el Día Internacional de la Mujer, 8M, en la Puerta del Sol, a 8 de marzo de 2024, en Madrid (España).
Pancarta durante una manifestación convocada por el Sindicato de Estudiantes por el Día Internacional de la Mujer, 8M, en la Puerta del Sol, a 8 de marzo de 2024, en Madrid (España).
Matias Chiofalo / Europa Press
Pancarta durante una manifestación convocada por el Sindicato de Estudiantes por el Día Internacional de la Mujer, 8M, en la Puerta del Sol, a 8 de marzo de 2024, en Madrid (España).

El 17,8% de los jóvenes españoles de 14 a 17 años ha sufrido algún tipo de violencia sexual en el último año, siendo esta mucho más prevalente entre las chicas. El primer estudio realizado en España con una muestra representativa sobre victimización sexual en la adolescencia arroja un dato preocupante: una de cada cuatro chicas adolescentes fue víctima de violencia sexual en los últimos 12 meses; frente al 11,2% de los chicos, que, aunque presentan un porcentaje más bajo, reportan con mayor frecuencia formas muy graves de violencia sexual, incluyendo la penetración o el sexo oral por parte de adultos. 

La investigación, impulsada por la Universidad de Barcelona (UB) y presentada este jueves en CaixaForum Madrid en el marco de la jornada 'Radiografía y prevención de la violencia en adolescentes', ofrece los resultados obtenidos a partir de las respuestas de más de 4.000 adolescentes escolarizados en 70 centros educativos de todo el país. "Debemos conocer la magnitud del problema si realmente queremos afrontarlo. Y este trabajo de hoy debe repetirse periódicamente, no puede quedarse como una fotografía estática de un momento determinado", ha reivindicado Noemí Pereda, responsable del estudio y directora del Grupo de Investigación en Victimización Infantil y Adolescente (GReVIA) de la UB.

Según ha explicado en el acto, los adolescentes pueden haber sufrido entre una y once experiencias de violencia sexual, con una media de dos, lo que, sostiene, implica que "para algunas chicas y chicos, la violencia sexual es una experiencia vital crónica, no puntual".

Violencia digital, la más frecuente

Tras categorizar las formas de victimización sexual más frecuentes entre la adolescencia española, el estudio revela que la más frecuente es la violencia sexual electrónica, que han sufrido el 12,1% de los encuestados en el último año y que afecta en mayor medida a las chicas (18,3%) que a los chicos (5,9%). De hecho, desglosando aún más, el 17,1% de las chicas aseguran que recibieron solicitudes sexuales a través de internet (frente al 5,2% de los chicos); y el 4,2% reportó grooming online, es decir, que un adulto se haga pasar por un menor para que le envíe contenido sexual (1,8% de los chicos). De forma similar, las chicas sufrieron más explotación sexual por generación de materiales sexuales (1,2% frente al 0,6% de chicos).

Después de la violencia sexual electrónica, la victimización sexual por pares, esto es, entre iguales, es la segunda forma de violencia sexual más frecuente (8,8%), afectando a un 5,9% de los chicos y un 11% de las chicas. Destaca, en este sentido, que el 6,6% de las chicas adolescentes asegura haber sufrido violencia sexual en el noviazgo (frente al 2,3% de los chicos). "Debemos plantearnos cómo el acceso a determinados contenidos sexuales en edades tempranas puede estar incidiendo en este resultado, normalizando la violencia sexual", ha subrayado Noemí Pereda.

Además, el 4,2% de los encuestados asegura que ha sido objeto de tocamientos por parte de un menor de edad conocido; y el 1,3% ha sufrido violencia sexual con penetración o sexo oral sin consentimiento por alguien conocido en edad parecida. 

La victimización sexual con contacto físico por parte de personas adultas alcanza el 3,1% de la muestra y, a diferencia de las demás categorías, este tipo de violencia sexual afecta de forma similar a chicos y a chicas, y tiene como principales perpetradores a los padres o a otra figura familiar adulta. "La variable género en este caso no parece ser tan importante, porque es la asimetría de edad lo que marca la violencia sexual en este grupo", ha explicado Pereda.

Ellos reportan situaciones más graves

Además, si bien las chicas sufren más formas de tocamientos sexuales por parte de figuras adultas, sean conocidas o no; ellos reportan situaciones más graves, incluyendo la penetración, también independientemente de que sean desconocidos o conocidos. Un resultado que, según ha reconocido Pereda, "puede parecer contradictorio", pero que sostiene que está "relacionado justamente con la visión patriarcal", en el sentido de que el hombre es interpretado como una persona fuerte, "como alguien que va a soportar estas formas de violencia más graves" y no va a pedir ayuda porque no siente ese apoyo en la sociedad hacia el sexo masculino. Asimismo, ha detallado, "en chicas, el temor al embarazo es un factor que puede estar influyendo también a que se produzca una menor penetración". 

También es similar la prevalencia de la explotación sexual —el intercambio de sexo por recompensas, como obsequios, dinero, alcohol o drogas—, que afecta a un 2,6% de los adolescentes españoles; aunque sí que hay diferencias en las formas específicas: ellas reportaron haber producido más contenido de carácter sexual a cambio de regalos, dinero o recompensas; mientras ellos han sufrido más violencia a través de la penetración o el sexo oral.

Otro de los factores de riesgo más allá del género que, según Pereda, hay que tener en cuenta, es la mayor prevalencia de la victimización de jóvenes de minorías sexuales que han vivido otras experiencias de violencia, especialmente en el entorno familiar, y que consumen alcohol y pornografía. "Debemos tenerlo en cuenta en los programas de prevención", ha instado, la investigadora, quien también ha insistido en que "la evidencia muestra que la violencia sexual es un problema grave para los jóvenes", y que ha ido ampliándose a otros ámbitos con el uso de las tecnologías. 

Prevención e intervención

Tras la presentación de los resultados han intervenido varias expertas y portavoces de asociaciones de protección de la infancia, y todas han coincidido en la importancia de fortalecer la formación de los profesionales que están en contacto con los menores para mejorar la prevención y la intervención en casos de violencias sexuales. 

"Cuando hablamos de violencia contra la infancia todo lo que no sea prevención es llegar demasiado tarde, cuando el niño ha sido maltratado y abusado", ha defendido Emliy Rivas, responsable de Políticas de Infancia en Save the Children. Rivas también ha subrayado la relevancia de formar correctamente al profesorado, que cumple un "papel fundamental" en este ámbito. "Es muy importante la formación en detección y en los circuitos de derivación y protocolos a seguir para que sepan actuar", ha aseverado. Rivas ha hecho hincapié también en el acceso temprano a la pornografía, que, asegura, genera "desinformación sexual" en los adolescentes. "Por eso son cada vez más importantes los programas de prevención", ha insistido

Para Amanda Martín, gerente del Programa de Protección de la Infancia en Emergencias en Unicef, los datos de esta investigación hace un "llamado urgente" a la urgencia de desarrollar la ley de protección a la infancia, aprobada en 2021. "Tiene que implementarse en todo aquello que va a tener un impacto en lograr que, dentro de unos años, cuando este tipo de encuestas se repita, las cifras muestren que el trabajo realizado con la inversión sostenida con recursos públicos ha tenido un impacto significativo y los mecanismos de rendición de cuentas puedan ponerle una buena nota", ha señalado. 

Por su parte, Almudena Escorial, responsable de Incidencia Política en Plataforma de Infancia, ha reivindicado los "entornos seguros" como espacios a los que pueda acudir un menor que haya sufrido violencia. "Sigue habiendo en nuestra sociedad una consideración de que lo que pasa con los niños es un asunto privado, como pasó en su momento con la violencia de género", ha aseverado, Escorial, quien insiste en resaltar que la violencia en la infancia "nos incumbe a todos" y no es una cuestión que deba relegarse al ámbito privado.

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