La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, se ha comprometido este lunes a "acelerar las competencias del Estado" para luchar contra la grave sequía en Andalucía y Cataluña, para acompañar a las competencias en manos de los dos gobiernos autonómicos. Aunque no ha pronunciado la palabra "trasvase", esto es algo que desde hace días vienen pidiendo la Generalitat catalana y la Junta andaluza y es una decisión que debe tomarse en las confederaciones hidrográficas, que dependen de su Ministerio.
"Desde el Ministerio se viene trabajando con la Generalitat y la Junta en equipos técnicos, las Confederaciones Hidrográficas, la Dirección General del Agua y la Secretaría de Medio Ambiente para dar seguimiento y poder acompañar las competencias propias de las comunidades y acelerar las del Estado", ha asegurado en un mensaje de vídeo difundido ante la "preocupación" por el estado de los embalses en Cataluña y Andalucía, por debajo del 17% de su capacidad y a punto de obligar a la Generalitat y la Junta a pasar a un estadio más de medidas y restricciones.
"Por parte del Ministerio, creemos que es imprescindible acompañar en sus competencias a las dos comunidades autónomas, en el abastecimiento de agua a la población, búsqueda de soluciones de infraestructuras que no fueron preparadas a tiempo", ha afirmado Ribera por medio de un vídeo con este mensaje ante la situación de sequía en Andalucía y Cataluña.
"Sabemos que en estos momentos la disponibilidad de agua en estos territorios está por debajo del 17% y que, por tanto, la adopción de medidas excepcionales, la llamada a la cautela, la colaboración entre administraciones y la búsqueda de soluciones cada uno en el marco de sus competencia pero también apoyándonos unos a otros, es fundamental", ha afirmado.
Ribera ha reiterado la disponibilidad del Gobierno central a acompañar las medidas que tomen contra la grave sequía Cataluña y Andalucía, cuyos dirigentes contemplan desde hace días la posibilidad de hacer trasvases desde otras cuencas, que tendrían que autorizar las Confederaciones Hidrográficas de cada río afectado, que dependen del Ministerio para la Transición Ecológica.
La primera fue la Generalitat, que en una reunión con regantes de la zona del Priorat explicó que tenía hechos estudios de dos alternativas para hacer llegar agua desde el río Ebro, una posibilidad que rechazó el Gobierno de Aragón.
Días después, el presidente andaluz, Juanma Moreno, pidió la "implicación" del Gobierno central y contempló la posibilidad de hacer trasvases de agua entre provincias, comunidades e, incluso, países, en alusión a Portugal. Fue en un duro mensaje a los andaluces, a los que trasladó que la situación es "muy compleja" y "crítica" y consideró "inevitables" que en verano haya cortes de agua en Sevilla, Málaga o Córdoba. De momento, ya se está estudiando reducir la presión del agua en Sevilla a determinadas horas de la noche, insistió en aplicar "medidas de ahorro" en hogares, comercios e industria y anunció nuevas infraestructuras en regeneración de agua, desalación y nuevos sondeos de agua. En caso de "necesidad extrema" se habilitaría la llegada de barcos con agua para la población.
Ribera se ha sumado a la gravedad de la situación en un mensaje en el que ha recordado a los dirigentes autonómicos que tendrían que haber tomado medidas antes con respecto a las infraestructuras hídricas y en el que, a pesar de considerar "fundamental" tomar "medidas excepcionales" no se ha pronunciado la palabra "trasvase" como una de ellas.
"Estamos a punto de empezar febrero, debería haber empezado a llover en octubre, teníamos que contar ya con una capacidad de almacenamiento importante en prácticamente todas las cuencas y, sin embargo, tras tres años de sequía, nuestra preocupación por la disponibilidad de agua en en el sur y en Cataluña es importante".
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