La Atención Primaria se queda sin médicos jóvenes: "Hay gente con vocación que elige otras especialidades"

Un hombre con un megáfono durante una manifestación de médicos y pediatras desde la Consejería de Sanidad hasta la sede del Gobierno regional, a 30 de noviembre de 2022, en Madrid (España).
Un hombre con un megáfono durante una manifestación de médicos y pediatras desde la Consejería de Sanidad hasta la sede del Gobierno regional, a 30 de noviembre de 2022, en Madrid (España).
Gabriel Luengas / Europa Press
Un hombre con un megáfono durante una manifestación de médicos y pediatras desde la Consejería de Sanidad hasta la sede del Gobierno regional, a 30 de noviembre de 2022, en Madrid (España).

En España faltan aproximadamente 5.000 médicos y 15.500 enfermeros en la Atención Primaria. Hay puestos en los centros de salud públicos que se están quedando sin cubrir, y la previsión es que el problema vaya a más debido al envejecimiento de las plantillas. ¿La causa? Los graduados en Medicina optan cada vez más por otras especialidades que les ofrezcan mejores condiciones laborales. La vocación pasa a segundo plano cuando son conscientes del desgaste que sufren los médicos de familia y que, de no abordarse, acabará colapsando un sistema que ya viene tensionándose desde hace décadas. El reto está, por tanto, en volver a hacer atractiva una especialidad que representa el primer nivel asistencial de los ciudadanos. 

"La Atención Primaria no ha recibido el trato ni el refuerzo que se merecía durante tantos años, siendo la puerta de entrada de la salud y la puerta de resolución del 95% de los procesos que tienen los ciudadanos", explica a 20minutos la presidenta de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), Pilar Rodríguez. Eso se ha traducido, al final, en un burnout de los profesionales que las jóvenes generaciones contemplan y ven que no ocurre lo mismo en otras especialidades. "Nadie quiere sufrir innecesariamente", asevera Rodríguez. "Y entonces cuando van a elegir una profesión, que no una especialidad, porque es una profesión para el resto de sus vidas, prefieren elegir una que comporte menos sufrimiento y menos lucha interna", añade. 

El relevo generacional de esta especialidad es un problema que, además, va a ir en aumento en los próximos años. Actualmente, seis de cada diez profesionales tienen más de 50 años; y un tercio más de 60. Ello implica que en pocos años, una parte muy importante de la plantilla va a jubilarse, agravando esa brecha que hay entre la oferta y la demanda en la medicina de familia. Es, de hecho, la especialidad con peores pronósticos de déficit en ese sentido: un 10% para 2028, según las proyecciones del Ministerio de Sanidad.

Es la pescadilla que se muerde la cola: no se cubren las vacantes que van quedando libres a medida que los médicos de familia se van jubilando, lo que aumenta la carga de trabajo de los profesionales y, por ende, hace menos atractiva esta vía profesional para los nuevos graduados. Su problema es, además, singular, pues se trata de la única especialidad que no consigue completar sus vacantes: los últimos datos revelan que en la última convocatoria del MIR quedaron 202 puestos sin cubrir en medicina familiar.

¿Qué prefieren los nuevos graduados? "Especialidades que o bien tengan una buena privada, que eso supone ingresos extra, o que tengan unas demandas laborales más adecuadas a lo que quieren para su futuro, como no tener guardias que ni siquiera computan para la jubilación", explica Rodríguez. Muchos también rechazan esos puestos porque son plazas ofertadas en localidades rurales o muy alejadas, no tanto porque no quieran desplazarse, sino porque la compensación por ese esfuerzo es mínima o inexistente. 

"Es otro componente más de este conjunto de síntomas que hace que la medicina de familia, como profesión, pueda verse relegada y se elijan otras especialidades. Es muy triste, porque hay muchas personas que podrían tener vocación de médico de familia que acabarán haciendo otras especialidades que no son las primeras que hubieran elegido", lamenta la presidenta de SEMG. 

Un Pacto de Estado para atajar el problema

La raíz del problema viene de lejos y acabar con ella requiere cambios estructurales profundos. "Siempre pensamos en invertir en tecnología, en hospitales… pero nunca en Atención Primaria", denuncia Rodríguez. La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que para que el sistema sanitario de un país funcione adecuadamente, se debe invertir el 25% de su presupuesto sanitario en Atención Primaria. "En España seguimos moviéndonos en un término medio de alrededor del 14%. Nos falta mucho recorrido", añade. 

Pero están también las condiciones de los trabajadores, con cargas de trabajo cada vez más grandes, por esa incapacidad de llevar a cabo un relevo generacional que permita ir cubriendo las plazas de quienes se jubilan. "La falta de recursos humanos hace que los profesionales tengan que asumir el trabajo de dos o tres personas. El tiempo por paciente varía mucho según el entorno, pero se sigue luchando, ya no por los 10 minutos por persona, sino por los cinco. Y eso son tiempos extremadamente cortos. Hay gente que está trabajando con una media de 60, 70 y 80 pacientes diarios", asegura la presidenta de SEMG. 

En el Gobierno ya han ido impulsando varias medidas para paliar con esta situación. En diciembre de 2022, el Ministerio de Sanidad y el de Inclusión lanzaron un proyecto de jubilación activa para médicos y pediatras de Atención Primaria. Impulsaron una reforma para incentivar que los pensionistas combinen la jubilación con horas de consulta. Aunque, en verdad, no es una medida que ataje la base del problema, que es la incapacidad para atraer a las nuevas generaciones hacia la medicina de familia. También en 2022 el Ejecutivo anunció un "récord histórico" de oferta de plazas de formación sanitaria: 11.500, de las cuales 2.455 eran para medicina de familia. 

Medidas que, para Rodríguez, siguen siendo innecesarias. Para la sanitaria, las modificaciones que se impulsen tienen que hacerse de forma coordinada y no de forma aislada, mediante un Pacto de Estado que recoja un cambio estructural y efectivo. "Si aumentamos el número de plazas nos siguen quedando vacantes, por lo que aumentamos el número de vacantes, y eso no es lo que queremos. Ocupémonos primero de que no queden puestos sin cubrir y después vemos si podemos aumentar el número de plazas. Porque no nos olvidemos que para aumentar las plazas necesitamos aumentar el número de tutores. Y ¿quién va a ser tutor?, ¿el que tiene una media de 80 pacientes al día?", asevera. 

De aquí a 2027, uno de cada tres profesionales de esta especialidad estará en edad de jubilación, lo que augura un colapso si no se toman medidas. Será, de hecho, uno de los primeros asuntos a tratar por la nueva titular de Sanidad, Mónica García, que ya avanzó que en enero dedicará un pleno monográfico del Consejo Interterritorial de Salud para tratar exclusivamente el estado de la Atención Primaria, como ya habían demandado varias comunidades. 

"Es una de las especialidades más bonitas del mundo, donde realmente el médico es el médico en el sentido general del término. El médico que se ocupa de la salud de la familia y de la comunidad. Es una pena que una especialidad tan necesaria e importante para el sistema sanitario no se esté cubriendo adecuadamente por problemas profesionales y laborales", concluye Rodríguez. 

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