La de Economía es probablemente la cartera más técnica de todo el Consejo de Ministros. No hay más que ver los currículos de sus antecesores en el cuadro de mandos desde el que se dirige la política económica de España. Economistas, altos funcionarios y banqueros se han ido turnando en un ministerio que, por su fijación con los números, a menudo se veía con antipatía desde la sociedad y otros ministerios. 

La llegada de Nadia Calviño al Gobierno en 2018 cuadraba plenamente con ese perfil: era la tecnócrata llegada de Bruselas que tenía que garantizar el máximo rigor económico posible en las cuentas de España. Cinco años después, Calviño –elegida por los países de la UE para presidir el Banco Europeo de Inversiones (BEI) desde el 1 de enero– se despide del Gobierno con un perfil bastante más amplio: ha cumplido en lo económico, pero ha completado esa línea de rigor fiscal con otra social y feminista, algo que pocos esperaban.

La pandemia fue su primera prueba de fuego: tocaba elegir entre afrontar la crisis económica con ajustes o con blindajes sociales. Calviño fue una de las ministras europeas que se decantó en ese momento crítico por que la respuesta fuese una inyección de ayudas como nunca antes se había desplegado en la Unión Europea. Los ERTE para mantener el empleo durante el confinamiento, los avales del ICO a pymes y las medidas de alivio hipotecario y de alquileres fueron algunas de las medidas que implantó en España. 

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El plan que diseñó Calviño recibió por parte del Gobierno el nombre de 'Escudo Social'. Y, aunque con ajustes, algunas de esas medidas se han mantenido hasta ahora, ya sea justificadas por las oleadas de covid o por los efectos que la guerra en Ucrania ha tenido en la inflación y, en general, en el conjunto de la economía mundial.

La prueba de la covid llegó tras los dos procesos electorales que se celebraron en el año 2019 y en los que Calviño se mantuvo como ministra de Economía. En el último fue la elegida por Pedro Sánchez para frenar las embestidas de Pablo Iglesias, otrora líder de Podemos, en el primer Gobierno de coalición de la reciente historia democrática española. Ya entonces recibió los galones de vicepresidenta, siendo la tercera. Luego, la segunda. Y, finalmente, la primera. Ese ascenso llegó haciendo suyo el mantra de combinar firmemente responsabilidad fiscal, justicia social y reformas estructurales.

La vicepresidenta abandona el Ejecutivo con un perfil social, pero también con el aval de los datos económicos. Según el último informe de la Cámara de Comercio, el PIB del país habrá crecido un 2,4% en este año. Además, España también es uno de los países de la eurozona que mejor ha controlado la inflación. El último dato de subida de los precios marca un 3,2%, lejos del 9,8% que se registró en marzo del año pasado. En gran parte, la buena marcha de la economía española está relacionada con el escudo social desplegado tras la pandemia del coronavirus.

Medidas sociales

Algunas de las medidas sociales que rodean su gestión salieron directamente de su departamento, como la imposición de una cuota femenina en los consejos de administración de grandes empresas, o la apuesta por la conectividad de las zonas rurales. También las medidas para garantizar la inclusión financiera de los mayores o la línea de avales para facilitar liquidez a empresas y autónomos a través de créditos ICO, que se dotó con hasta 100.000 millones de euros.

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Otras fueron coordinadas con otros ministerios desde la Comisión Delegada de Asuntos Económicos del Gobierno, que ha presidido Calviño desde que accedió al Ejecutivo. Entre ellas, se incluyó el desarrollo del Ingreso Mínimo Vital (IMV) para los más desfavorecidos, en este caso impulsada por el Ministerio de Inclusión y Seguridad Social de José Luis Escrivá; o la garantía del suministro de energía eléctrica, entre otras. Además, la experiencia europea de Calviño resultó crucial para que España se hiciera con 140.000 millones de euros del mecanismo de recuperación y resiliencia. Sus contactos en la Comisión también fueron clave para pactar el plan e ir cerrando las reformas comprometidas, que han pasado todas por su mesa.

Referente feminista

Una de las mejoras en la percepción pública de la vicepresidenta se produjo coincidiendo con la salida en 2021 de la vicepresidenta Carmen Calvo. Calviño se convirtió en la referente feminista del PSOE dentro del gabinete de Sánchez, frente a Irene Montero, que representaba el feminismo de Unidas Podemos desde el Ministerio de Igualdad. Así, cabe destacar que el papel central que fue asumiendo su Ministerio, como director de la política económica del Gobierno, fue acompañado de una mayor confrontación con los responsables de otros ministerios, principalmente con la vicepresidenta segunda, la líder de Sumar Yolanda Díaz.

Con todo, la vicepresidenta hizo suya la bandera del feminismo, y además no de una forma solo teórica. Por ejemplo, la llevó a la práctica cuando anunció que se negaría a posar en las fotos de los actos en las que solo hubiera hombres.

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Otra de las imágenes por las que se recordará a Calviño es la que le unió a Carlos San Juan, un médico jubilado que logró recopilar más de 650.000 firmas con la campaña Soy mayor, no idiota. La vicepresidenta logró recientemente prohibir a los bancos cobrar comisiones por retiradas de efectivo en ventanilla a los mayores de 65 años y a las personas con discapacidad. En lo referido a los bancos, Calviño celebrará su último Consejo de Ministros este miércoles con la aprobación de un nuevo umbral para que alrededor de 100.000 familias con rentas de hasta 37.800 euros anules puedan optar a las medidas aprobadas de alivio hipotecario.

En el balance social de su gestión frente al Ministerio de Economía –que hasta la formación del último gobierno incluía también el departamento de Transfromación Digital- está el propósito de acabar con la "brecha digital" que hay, sobre todo, en las zonas rurales. Lo hizo con la puesta en marcha del programa Demanda Rural. Conéctate35, un nuevo servicio de banda ancha de alta velocidad por 35 euros al mes y disponible para todo el territorio nacional.

BIO

• Economista, abogada y miembro del TECO (el cuerpo de élite de economistas del Estado), el perfil de Nadia Calviño (A Coruña, 1968) encajaba con lo que se esperaba para el Ministerio de Economía cuando fue nombrada en junio de 2018, en el primer Gobierno de Pedro Sánchez. En 2021 llegaría a la vicepresidencia que ha ocupado desde entonces.