“Va a cambiar el tiempo, mi gato está como loco”. Esta frase es, con toda probabilidad, muy reconocible por casi todos los que conviven o han convivido con un gato. Cuando se acerca un cambio de tiempo, como una tormenta, lluvia o un frente frío, los gatos parecen comportarse de forma diferente.
En concreto, muchos de los gatos reaccionan con arrebatos de energía extremos, zoomies y vocalizaciones, horas antes del cambio meteorológico que se avecina. Lo cierto es que los gatos, debido a su alta sensibilidad sensorial, pueden captar cambios en la presión atmosférica, y también percibir sutiles cambios en el olor y en el sonido del entorno.
Los gatos no son los únicos animales que pueden predecir el tiempo, y existe evidencia científica de que las aves y los peces pueden detectar cambios en la presión del aire o del agua y en la temperatura, lo que les permite buscar un refugio antes de que llegue la tormenta.
Qué factores influyen en el tiempo
El tiempo atmosférico, que define las condiciones en un lugar y momento específicos, se ve afectado por múltiples factores, como la temperatura, la presión, la humedad, el viento, las nubes y las precipitaciones. La presión atmosférica, determinada por la fuerza del aire sobre la superficie terrestre, juega un papel crucial. Las áreas de alta presión suelen generar un clima estable y despejado, mientras que las áreas de baja presión crean un clima inestable y nublado.
Los cambios en la presión están vinculados a la llegada de frentes, regiones de transición entre masas de aire con distintas características. Los frentes fríos, cuando el aire frío avanza sobre el cálido, pueden traer tormentas y descensos de temperatura. En contraste, los frentes cálidos, donde el aire cálido avanza sobre el frío, suelen generar nubes, nieblas y aumentos de temperatura.
Cómo pueden los gatos percibir los cambios
Los gatos tienen unos sentidos muy desarrollados, que les permiten captar estímulos que pasan totalmente desapercibidos para los humanos. Entre estos sentidos se encuentra el oído, que les permite escuchar sonidos de alta frecuencia que nosotros no podemos oír. También pueden percibir cambios en el canto de las aves o en el zumbido de los insectos, que reaccionan incluso antes que los gatos ante un cambio atmosférico inminente, y que ayudan al gato a interpretarlos como indicadores.
Paralelamente, los gatos tienen un órgano llamado órgano de Jacobson u órgano vomeronasal, situado en el paladar, que les permite detectar feromonas y otros compuestos químicos presentes en el aire, como el olor metálico de los relámpagos debido al gas ozono.
Además, los gatos poseen unos receptores nerviosos llamados corpúsculos de Pacini, que se encuentran en la piel y en algunos órganos internos, y que responden a los cambios de presión mecánica. Estos receptores podrían ser sensibles también a los cambios de presión atmosférica.
Otra característica anatómica que puede ayudar a los gatos a predecir los cambios son sus vibrisas. Estos pelos son altamente sensibles y están conectados a terminaciones nerviosas profundas, permitiendo al gato detectar sutiles cambios en el entorno. Las vibrisas actúan como sensores táctiles, proporcionando información sobre la velocidad y la dirección del aire. Durante cambios atmosféricos, como las tormentas inminentes, es posible que los gatos noten alteraciones en la corriente de aire.
Finalmente, la electricidad estática, un fenómeno común durante las tormentas eléctricas, también puede influir en el comportamiento de los gatos. Pueden experimentar una mayor interacción con la electricidad estática en el aire y podría explicar los cambios en su comportamiento, como inquietud, maullidos o búsqueda de un escondite, ya que los gatos podrían percibir de alguna manera la acumulación de carga eléctrica en su entorno.
La combinación de todos estos sentidos ayudan a los gatos a percibir los cambios de atmosféricos, ya que estos cambios también producen variaciones en los sonidos ambientales y en la composición del aire.
Posibles reacciones ante un cambio de tiempo
Debido a que los gatos son animales muy sensibles al estrés, cualquier cambio en su entorno puede alterar su estado emocional y su comportamiento. Los cambios de tiempo pueden ser uno de esos factores. Algunas de las reacciones más comunes que se han observado en los gatos ante los cambios de tiempo son:
- Que se vuelvan irritables.
- Que maúllen más de lo habitual.
- Que los gatos sociables busquen escondite y se muestren más antipáticos.
- Que muestren una explosión de energía poco usual.
Ninguno de estos comportamientos debe preocuparnos ni supone un motivo para acudir al veterinario, al tratarse de una reacción asociada a un hecho específico y que forma parte de su naturaleza. Como responsables de su bienestar, debemos proporcionarles un ambiente tranquilo y permitir que utilicen un refugio acogedor.
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