El Manchester terrier, cuyo nombre ya rebela la localización geográfica donde se desarrolló, procede del cruce del extinto terrier británico black and tan (terrier negro y fuego), y del whippet.
Aunque el Manchester como tal surgió en el siglo XIX, existen descripciones de perros que probablemente fueron sus ascendientes ya en el siglo XVI. Un pasatiempo popular entre los trabajadores de las fábricas algodoneras de Inglaterra del siglo diecinueve era la caza de ratas, habitualmente situadas en el interior de las tabernas. En esta actividad, se liberaba a un terrier ratonero en un foso lleno de roedores, y se apostaba sobre los resultados esperados. En este macabro entretenimiento popular, donde los propietarios de los locales llegaban a comprar 500 ratas a la semana, destacaba el extinto terrier negro y fuego, que era algo más pesado, por lo que poseía la fuerza bruta, pero no la agilidad.
Como resultado, los aficionados y criadores de perros luchadores en los fosos de ratas quisieron desarrollar una raza que mostrara el instinto ratonero tan admirado del terrier negro y fuego, pero a su vez fuera de patas más largas y una anatomía fina, que le proporcionara gran agilidad. Para ello introdujeron whippets, lebreles que también destacaban en la caza. El resultado despertó gran entusiasmo y el nombre de Manchester terrier comenzó a usarse en la década de 1890.
El primer club de raza del Manchester terrier se fundó en 1905, pero en 1939 se fusionó con El British Manchester Terrier Club, formado en 1937, y que fueron decisivos a la hora de salvar la raza de la extinción tras la Segunda Guerra Mundial, cuando solo quedaban localizados 11 ejemplares vivos.
Pese a estos esfuerzos, actualmente la reproducción de nuevos ejemplares ha experimentado un descenso considerable, y la raza está reconocida como Raza Nativa Vulnerable de Extinción por el Kennel Club británico.
El Manchester terrier es una raza reconocida por todas las asociaciones caninas del mundo y con un estándar muy internacionalizado, con la excepción del Kennel Club americano, que admite dos variedades de tamaño: el Manchester terrier estándar y el tamaño toy.
Devotos, receptivos y con instinto de caza
Un Manchester terrier debidamente socializado, será apto y sociable con cualquier otro animal presente en el hogar, incluidos gatos o conejos domésticos, pero los expertos en la raza destacan que, de no educar debidamente a un Manchester desde edad temprana, mostrarán una predisposición difícil de controlar a perseguir animales pequeños.
Con los niños, sin embargo, no muestran problemas en la convivencia y son perros muy cariñosos y dulces con su núcleo familiar. Es una raza excepcionalmente deportista, vigorosa y resistente, con un nivel alto de alegría. Como buenos terriers, por otro lado, nunca está de más recordar que son un grupo de perros testarudos a la hora del aprendizaje y se distraen con enorme facilidad.
Su pelaje corto y liso, de una sola capa, cuyo único color admitido es el negro y fuego, requiere un cuidado mínimo y tienen un desprendimiento intermedio. Para ampliar información sobre la raza y localizar criadores legales y cuya actividad se fundamente en el bienestar animal, se recomienda acudir al Club Español de Terriers, entidad colaboradora de la Real Sociedad Canina de España.
Desde Animaleros, sugerimos que se valore la adopción reflexiva y responsable para introducir un nuevo miembro canino al hogar.
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