Ribera defiende un impuesto a petroleras y gasistas por su responsabilidad en el cambio climático en una previa a la "compleja" COP28

Teresa Ribera, este lunes durante su intervención en la Pre-COP28 de Abu Dabi.
Teresa Ribera, este lunes en la Pre-COP28 de Abu Dabi.
Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico.
Teresa Ribera, este lunes durante su intervención en la Pre-COP28 de Abu Dabi.

La vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha defendido este lunes la creación de un impuesto específico para petroleras, gasistas y otras empresas de sectores que en buena medida son responsables del cambio climático, para que contribuyan de esta forma a paliar los efectos del calentamiento global en los países más vulnerables. Ha planteado esta idea, sobre la que existe consenso en la UE, en Abu Dabi durante una reunión preparatoria de la COP28, la Cumbre del Clima que empezará el 30 de noviembre en el emirato y que Ribera calificaba recientemente de "extremadamente complicada" para lograr que los países del mundo revisen sus compromisos para lograr el cada vez más difícil objetivo de limitar el calentamiento global a 1,5ºC por encima de niveles preindustriales. Este lunes, han quedado claras las diferencias sobre si la prioridad debe ser la financiación o el límite al calentamiento y sobre los combustibles fósiles.

Justo un mes antes de que empiece la COP28 de Dubai, un centenar de países y organizaciones internacionales se han reunido este lunes. Ribera ha insistido en la necesidad de luchar por que el calentamiento global no supere los 1,5ºC y que las emisiones de CO2 toquen techo en 2025 para empezar a reducirse a partir de entonces, pero donde no ha hecho ninguna mención expresa a la reducción y eliminación de los subsidios que los países conceden a los combustibles fósiles, otro de los previsibles puntos clave en la Cumbre que empieza el mes que viene.

Impuesto internacional a empresas

También ha aludido a la necesidad de contar con más fondos públicos para hacer frente a las consecuencias del cambio climático, pero también financiación privada, a través de "financiación híbrida", de los bonos verdes y también de "impuestos o tasas internacionales", bajo el principio de que "quien contamina paga".

La creación de este nuevo impuesto internacional para gravar a empresas energéticas es una figura todavía sin definir que reclamará la UE en la COP28 que se dirige a grandes empresas energéticas por la responsabilidad que han tenido a lo largo de los años en el calentamiento global, por las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera.

La semana pasada, Ribera abundó un poco más en una comparecencia en la comisión de Medio Ambiente del Parlamento Europeo explicando que el acuerdo de la semana anterior entre los Veintisiete consiste en "abrir el debate formalmente" acerca de que las compañías gasistas y petroleras "no solo dediquen beneficios a transformar los servicio de energía", sino que "también financien en parte generar desarrollo climático". Este lunes, en un mensaje grabado desde Abu Dabi, ha reclamado "movilizar los recursos financieros para asegurar que todos los flujos financieros van siendo compatibles con la seguridad climática".

Además, gravar a petroleras y gasistas por su contribución al calentamiento global -en virtud del principio de que "quien contamina paga"- también sería una fuente de financiación alternativa para uno de los tres capítulos -junto con mitigación y adaptación al cambio climático- que son los tres puntos claves de las últimas cumbres climáticas.

Ahí los países más vulnerables exigen a los industrializados que contribuyan mediante un fondo nuevo a recuperarse por los perjuicios que provoca en ellos el cambio climático -en forma de tormentas, inundaciones o sequías cada vez más virulentas- del que en mayor medida se ha beneficiado el mundo rico. Esta petición quedó resuelta solo transitoriamente en la Cumbre del Clima de Egipto del año pasado, en la que bloques como la UE o Estados Unidos rechazaron crear nuevos instrumentos financieros ni a aportar más de forma concreta hasta que países como China, que forma parte del G77 de países emergentes que exige este nuevo instrumento financiero pero es una potencia económica mundial de primer orden, también lo haga, algo que Pekín rechaza. 

Junto a este todavía no existente fondo de Pérdidas y Daños, la COP27 concluyó designando como paliativo financiero un fondo de 100.000 millones gestionado por la OCDE que se creó en 2020 y que el año pasado solo contaba con 84.000 de aportaciones nacionales. Ribera también querría ver aquí contribuciones privadas, no solo de los presupuestos públicos. "Nos obliga a mecanismos innovadores de financiación que puedan responder a las expectativas de países en desarrollo", dijo en el Parlamento Europeo, donde también se refirió a contribuciones nacionales y de bancos internacionales y regionales de desarrollo.

COP extraordinariamente compleja

La cuestión de la financiación de la transición energética en los países más vulnerables y capacitarlos para que puedan hacer frente a los efectos del cambio climático son dos importantes elementos, pero no los únicos, de cara a la COP28 en la que Ribera, la Comisión Europea y el Parlamento Europeo son conscientes de que los acuerdos serán muy difíciles. Según dijo la semana pasada en Bruselas la vicepresidenta tercera, será "una negociación extraordinariamente compleja".

Esta dificultad ha quedado patente este lunes en la reunión previa, en las expectativas de países industrializados y en desarrollo y la distinta velocidad en el abandono de los combustibles fósiles, donde los países productores de petróleo o gas, entre ellos en vías de desarrollo, rechazan endurecer posturas o, por ejemplo, fijar un calendario hacia el fin de su uso. Argumentan que de ello depende su desarrollo económico.

El presidente encargado de la COP28 y ministro de Energía de Emiratos Árabes Unidos, Sultan al Jaber, ha indicado que existen "fuertes visiones" sobre el "lenguaje sobre los combustibles fósiles y las renovables" en el texto final de la COP28 y ha pedido "trabajar para encontrar soluciones que puedan lograr consenso, lugares comunes y alineación entre todas las partes". "Debemos ser pragmáticos y no debemos dejar a nadie atrás".

Limitar el calentamiento frente a fondos

Para España y la UE, como el resto del mundo industrializado, sigue siendo capital continuar centrando esfuerzos en la llamada mitigación, es decir, en reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y mantener vivo el objetivo del Acuerdo de París de 2015, que la temperatura de la tierra no supere 1,5ºC con respecto a los niveles preindustriales, del siglo XIX. A pesar de que es difícil, la Agencia Internacional de la Energía, la UE y, dentro de ella, España, creen que todavía es posible. De hecho, advierten -también Ribera- a los países más vulnerables que no vale "ocuparse tanto" por conseguir recursos financieros "si no tacamos el problema, reducir emisiones". Si no, dijo Ribera en la Eurocámara, "los daños y  perdidas se seguirán disparando".

Por eso, lo que defiende la UE y Ribera este lunes es tomar medidas para que el calentamiento global no supere los 1.5ºC. "Es muy probable que 2023 acabe casi con un incremento de la temperatura con respecto a la época industrial, es capital inyectar aquí toda la energía política para trazar la senda que nos permita eliminar los combustibles fósiles, multiplicar las energías renovables e incrementar la capacidad de adaptación a los efectos del cambio climático", ha dicho desde Abu Dabi al inicio de una jornada en la que ha participado en la Pre-COP en tanto que ministra española pero también como presidenta semestral del Consejo de Medio Ambiente de la UE, que ha empezado con una reunión con la High Ambition Coalition, el grupo de países -algunos islas a punto de ser tragadas por el mar-, que reclama mantener y perseguir el límite de 1,5ºC de calentamiento. La dificultad de alcanzarlo supone, según Ribera, una tentación para que quienes no están comprometidos en la lucha contra el cambio climático vean justificado abandonar y dejar de tomar medidas. 

Pico de emisiones en 2025

Por el contrario, ha trasladado que en la COP28 debe acordarse el objetivo de alcanzar el "pico de emisiones" en 2025. A partir de ese año deberían empezar a declinar para reducirse un 43% en 2030, un 60% en 2025 y alcanzar la neutralidad de carbono en 2050.

Para conseguir la "eliminación progresiva de los combustibles fósiles" y en línea con la AEI y la postura de la UE, ha planteado que hay que triplicar la energía renovable en 2030, doblar los resultados de eficiencia energética y una economía que no requiera combustibles fósiles, como "única posibilidad de garantizar una acción climática efectiva".

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