El PSOE convierte en incentivo para formar Gobierno el debate del Senado contra la amnistía: "Hoy hay más ganas que ayer"

MADRID, 19/10/2023.- Los expresidentes de Extremadura, Guillermo Fernández Vara (2d), y de Valencia, Ximo Puig (d), junto al excandidato socialista a la presidencia de la Junta de Andalucía, Juan Espadas (2i), asisten a la Comisión General de las Comunidades Autónomas que se celebra en el Senado, este jueves.
Fernández Vara (2d) y Ximo Puig (d), junto a Juan Espadas (2i) en el Senado.
EFE/Juan Carlos Hidalgo
MADRID, 19/10/2023.- Los expresidentes de Extremadura, Guillermo Fernández Vara (2d), y de Valencia, Ximo Puig (d), junto al excandidato socialista a la presidencia de la Junta de Andalucía, Juan Espadas (2i), asisten a la Comisión General de las Comunidades Autónomas que se celebra en el Senado, este jueves.

Un incentivo para formar Gobierno. Es lo que supone para el PSOE -o al menos así opinan dentro del partido- el debate contra la amnistía celebrado ayer en el Senado al que acudieron todos los presidentes autonómicos del PP y el de Cataluña, Pere Aragonés, pero ninguno de los socialistas, ni tampoco nadie del Gobierno, que ha continuado criticando la "instrumentalización de las instituciones" por parte de los populares'. "[Pablo] Casado dijo que se iban a mudar de Génova y lo han cumplido, ahora su sede es el Senado", decía ayer en los pasillos de la Cámara Alta un alto cargo del PSOE.

La estrategia de Ferraz era clara. Pasaba por no dar mayor trascendencia al debate, al que estaban convocados todos los presidentes autonómicos y que terminó siendo un debate sobre la medida de gracia que el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, negocia con Junts y ERC. Además, lejos de provocar la imagen de división que en anteriores años se palpaba en las filas socialistas cuando la cuestión era si pactar con el independentismo catalán o no, el PSOE salió "unido" en torno a la idea de formar gobierno, para la que termina el plazo el próximo 27 de noviembre.

"Siempre he sido favorable a pactar para tener el Gobierno, pero hoy incluso más que ayer", decía uno de los barones del PSOE que ahora ejerce como senador tras haber sido despojado de la presidencia de una autonomía en las elecciones del pasado mes de mayo. Según esta versión, lo que se vivió ayer en la Cámara Alta ejemplificó a la perfección por qué el PSOE logró sobrevivir en los comicios de julio y tiene la posibilidad de volver a estar un nuevo mandato al frente de la Moncloa. Además, niegan que la amnistía genere debate en el partido, que lo que quiere "es que Sánchez forme Gobierno". 

En las filas socialistas hubo enfado por las acusaciones de los presidentes autonómicos del PP, que presentaron la amnistía como una moneda de cambio para que "un señor" -como definieron algunos a Sánchez- mantenga "el sillón". "Lo dicen ellos, que pactaron rápido con Vox, pese a que algunos dijeron antes, durante y después que no lo harían", decía otro socialista en referencia a Fernando López-Miras, presidente de Murcia, o María Guardiola, de Extremadura, que se negaron en un principio al acuerdo con los de Santiago Abascal pero que terminaron cediendo e introduciéndoles en sendos ejecutivos autonómicos.

En este sentido, la indignación con los 'populares' también es mayúsculo por lo que el PSOE considera como una "instrumentalización" del Senado al convertir en un debate sobre la amnistía la Comisión General de Comunidades Autónomas. Hasta el siempre crítico Emiliano García-Page, presidente de Castilla-La Mancha, se alineó con esta tesis: "Me molesta que usen las instituciones para encerronas y para intentar 'retratar' a presidentes autonómicos", dijo en El Mundo. "Es que parece que estábamos en el balcón de Génova [la sede del PP]", decía otra senadora socialista, que justifica la ausencia de los barones de su partido para no agitar la confrontación.

Aragonés, "lo esperado"

El president de la Generalitat fue la sorpresa de la jornada. Se presentó en el Senado, se reunió con EH Bildu, se negó a saludar al presidente de la Cámara Alta, Pedro Rollán, dio su discurso y marchó. En la tribuna, dibujó la amnistía como un primer paso para que los ciudadanos catalanes terminen votando en un referéndum "acordado, pactado y reconocido", en lo que supone su apertura a abandonar la vía unilateral. Para los socialistas, el discurso del republicano fue lo esperado y no cambia las perspectivas. Estas pasan por seguir de forma discreta con las negociaciones, que van bien, según las fuentes consultadas. "Ni van tan rápido como se dijo, ni están estacadas", apunta un miembro del Gobierno presente en las mismas. Lo que tampoco cambia es el límite de tiempo: si el 27 de noviembre Pedro Sánchez no ha logrado ser investido, habrá repetición electoral el próximo 14 de enero.

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