La ofensiva parlamentaria que escenificaron este jueves los once barones populares durante una larga jornada en la Cámara Alta les sirvió para cargar contra la ley de amnistía en público, exhibiendo unidad de partido y poder territorial. Pero también creen -según confirman en privado- que su gesto político contra la medida de gracia que negocia Pedro Sánchez con los independentistas les servirá también para mantener el poder de convocatoria de sus últimos actos en las calles, en las que han organizado movilizaciones para los tres próximos domingos. En concreto, en las de Toledo, Málaga y Valencia.
Ya no tanto por los discursos que entonaron los presidentes autonómicos en contra de la "injusta" medida como por las reveladoras palabras que pronunció el presidente catalán Pere Aragonès, quien avisó que la amnistía es "el punto de partida" de un referéndum como el de Escocia. Este órdago "acrecienta aún más" el rechazo social, valoran desde el PP, que hace casi un mes congregó a decenas de miles de personas en la plaza madrileña de Felipe II para protestar contra la amnistía.
Aquel acto fue el evento "más multitudinario de la historia del PP", como calificó la dirección nacional del partido. No obstante, ahora buscan otro concepto y rebajan las expectativas de asistencia. En Génova se emplean en marcar la diferencia entre el acto de "preinvestidura" a nivel nacional que Feijóo celebró en Madrid y al que acudieron la mayoría de presidentes y sus equipos y en el que fletaron decenas de autobuses, con los "actos territoriales" en Toledo, Valencia y Málaga, a los que no han invitado a otros barones autonómicos aunque sea un acto abierto.
Aun así, son varios los presidentes regionales que creen que su ofensiva en las instituciones arrastrará también a la ciudadanía y servirá para que los toledanos, los malagueños y valencianos -por el momento- "salgan a las calles" y llenen sus actos de los próximos domingos. Y es que aunque la amnistía lleve más de un mes sobre la mesa, en el PP defienden fervientemente que "la gente sigue muy cabreada" y que "no está anestesiada". Tampoco se suman a la teoría de que las negociaciones entre Sánchez con Junts estén atascadas. Al revés, el silencio de los últimos días del presidente en funciones sobre este asunto -ha coincidido con la crisis en Oriente Próximo- es un intento del presidente en funciones por reflejar que se está resistiendo a aceptar la amnistía.
Todo ello formará parte del mensaje que transmitan los populares en sus actos de protestas organizados para los próximos tres domingos consecutivos, con el fin de movilizar la calle en plenas negociaciones del candidato socialista con el independentismo. El primero de estos eventos se celebrará este 22 de octubre, en Toledo; el siguiente, 29 de octubre, en Málaga y, por último, el 5 de noviembre tendrá lugar en Valencia. Por el momento, no han avanzado nuevas fechas aunque hay territorios, como Castilla y León, que tiene previsto organizar el suyo.
Los once presidentes autonómicos coincidieron este jueves en tildar de "injusticia" esta amnistía que provoca "españoles de primera y de segunda". También manifestaron juntos su "basta ya", aunque cada uno con su fórmula. Por ejemplo, el aragonés Jorge Azcón se reivindicó como el "más rebelde frente a cualquier intento de quebrar la unidad de España"; por su parte, la madrileña Isabel Díaz Ayuso anunció que responderá a esa medida de gracia recurriendo a la ley en caso de que se apruebe. Otros, como el barón castellano leonés Alfonso Fernández Mañueco, creen que este recurso lo debe poner el grupo parlamentario popular, sea en el Senado o en el Congreso, mientras él se plantea llevar a los tribunales la financiación autonómica y la condonación de la deuda.
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