Tal como sucedió con el británico de pelo corto, el americano de pelo corto e incluso el popular gato europeo de pelo corto, la historia del gato brasileño comienza en las calles, donde la población de gatos sin hogar ha evolucionado desde que los primeros gatos de la Península Ibérica fueron llevados a Brasil alrededor del siglo XV.
Fue Paulo Samuel Ruschi, criador profesional de gatos y fundador de la Confederação de Felinos do Brasil y del Rio Cat Club, la primera organización de registro de gatos del país sudamericano, quien se dio cuenta que los gatos asilvestrados y callejeros de varias ciudades brasileñas compartían características comunes que no se observaban en poblaciones extranjeras.
En consecuencia, Ruschi inició el primer club de gatos en Río de Janeiro en 1985 y comenzó un proyecto para investigar y criar a los gatos de Brasil. Para ello, organizó varias comisiones a lo largo de todo el país, cuyos miembros debían observar y registrar a los gatos que vivían en cualquier calle o parque que compartieran las características que le habían resultado singulares. Tras el arduo proceso, y habiendo realizado un programa de cría exitoso, logró que el brasileño de pelo corto fuese reconocido como raza pura por la Federación Mundial de Gatos (WCF), lo que le otorgó el estatus para poder participar en exposiciones felinas internacionales.
Desde su reconocimiento en 1998, sigue siendo una raza rara y hay muy pocos criadores del brasileño de pelo corto, alrededor de una decena de ellos, repartidos entre Brasil y Estados Unidos.
Elegantes, expresivos y muy ágiles
Una de las características morfológicas que despertaron el interés de Paulo Samuel Ruschi fue que los gatos brasileños tienen tipología semioriental, siendo más largos que altos, aunque no tan delgados como los siameses o la raza oriental. También observó que poseían una capa de pelo corta y pegada al cuerpo, sin presencia de subpelo, y unos ojos expresivos, cuya distancia entre ambos es la misma medida de otro ojo.
Son gatos musculosos y ágiles, que tienden a rebajar sensiblemente su actividad al alcanzar la edad adulta, lo que les convierte en excelentes compañeros para cualquier ambiente y hogar. Los expertos en la raza los describen como cariñosos y tiernos, hasta el punto de que no llevan bien la soledad y se recomienda que compartan espacio con otro animal. El estándar admite todos los colores, incluido el colourpoint.
Para ampliar información sobre la raza del brasileño de pelo corto, es recomendable contactar con la mencionada asociación brasileña Confederação de Felinos do Brasil. Sugerimos que se valore la adopción responsable de un gato sin hogar, cuya decisión debe estar basada en la compatibilidad con nuestro estilo de vida.
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