Cómo es el gato siamés, la joya oriental que probablemente no hayas visto jamás

Hoy toca una raza felina que puede levantar ampollas y no está exenta de polémica por la abrumadora y abundante confusión de mezclar el nombre propio de la raza y del patrón característico de su manto.

Empecemos por lo básico y siendo claros: gatos siameses hay pocos. Poquísimos. Es una raza felina muy cara y con poca presencia en los hogares.

Solo tenemos un criador de siamés moderno en España, y del siamés tradicional, o thai, ninguno. De este último, su presencia en Europa es mínima con apenas cinco criadores en diferentes países, ya que hablamos de una raza (que tiene pedigrí como cualquier otra) que fue registrada en 2001. Es confuso, me hago cargo, ahora lo desarrollamos con más prolijidad.

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El siamés es una raza antiquísima cuyo origen desconocemos. El primer documento escrito que conservamos data del siglo XIV, en unos manuscritos de Tailandia —entonces Siam, que le daría el nombre— llamados Tamra Maew, o Libro de poemas del gato. Este recopilatorio hacía un lírico repaso de las razas de gato tailandesas que consideraban tan raras y preciosas como elementos de buena suerte.

Debido a la distancia geográfica y las dificultades propiciadas por diferentes conflictos políticos a lo largo de los siglos, hay que dar un salto a 1870 hasta que los primeros gatos siameses llegaron a Reino Unido.

Aquellos siameses no se parecían en nada al siamés moderno, pero a rasgos generales sí tenían un aspecto algo más esbelto que el gato doméstico común de pelo corto. No fue hasta las décadas de 1950-60 cuando los criadores, tanto europeos como norteamericanos, comenzaron a seleccionar ejemplares con unos rasgos físicos específicos que modificaron por completo la apariencia original de esta raza, potenciando la esbeltez extrema de huesos finos, un pelo particularmente corto ceñido al cuerpo y con cabezas triangulares de grandes orejas y larguísimos rabos.

A causa de ello, algunos criadores estadounidenses, británicos y tailandeses, disconformes con la alteración anatómica que se ha ejercido sobre la raza, crearon el Club Internacional del Siamés Tradicional (PREOSSIA) e iniciaron en el año 2000 un programa de recuperación de las líneas del siamés clásico, con ejemplares importados directamente desde Tailandia. A esta raza se la conoce como thai, y en el mundo felino hay por tanto las líneas de siamés moderno y la del siamés tradicional, con estándares separados, si bien, a día de hoy, la presencia de la raza thai sigue siendo muy inferior a la del siamés moderno. No existen ejemplares de thai en España, y cabe recordar que se trataría de una raza pura de gran valor económico, como la del siamés moderno, por lo que evitad, y denunciad, incluso, las publicaciones en portales de anuncios o redes que estafan con la venta de gatitos de ambas razas a precios reducidos.

Todo siamés es colorpoint, pero no todos los colorpoint son siameses

El gen colorpoint es un albinismo parcial, una mutación natural de origen recesivo que surgió de forma espontánea en Tailandia (pero que podría suceder en cualquier otro lugar) y que también existe en otras especies animales. Dicho de otra forma, volvemos a encontrarnos ante una singularidad genética cuyo origen no puede ni debe atribuirse a malvados experimentos de criadores o genetistas en un laboratorio oculto en un búnker. Pero de este fascinante gen os hablaré con más detalle el próximo sábado.

En algunos países anglófonos es más habitual que ya se hable con total naturalidad de gatos domésticos de pelo corto o largo colorpoint y de siameses, separando y reconociendo que no son la misma raza. Aquí tenemos esa asignatura pendiente y es frecuente que hablemos de tener un siamés cuando se trata de un gato común sin raza definida cuya única semejanza con un siamés o un thai es compartir el patrón colorpoint y los ojos azules.

Sociables, enérgicos y muy maulladores

Los siameses son gatos intrínsecamente sociales, muy juguetones y curiosos, que por lo general, crearán un vínculo más estrecho con una persona en particular. Aptos para la convivencia con otros animales y niños, los criadores expertos en la raza también advierten de que pueden generar ansiedad por separación o vocalizar en exceso durante las horas en las que les dejemos completamente solos, por lo que es importante que nos planteemos si un gato tan exigente es adecuado con nuestro estilo de vida.

Gracias a su pelo corto, apenas requieren cuidados especiales, sin embargo su variedad de pelo semilargo, el balinés, necesita más dedicación para mantener el pelaje saludable. Esta otra raza, reconocida por todas las asociaciones felinas y prácticamente desconocida en España, comparte aspecto con el siamés y también dos líneas de cría: moderna y tradicional.

No existe ninguna bolsa de adopción de siameses, thai ni balineses, por la escasez y rareza de estas tres razas, pero gatos domésticos colorpoint que buscan un hogar definitivo hay, tristemente, en abundancia, como Auryn, esta rotunda preciosidad chocolate tortuga o tortie point.