Por qué no debemos darle medicamentos a los gatos junto a su comida habitual: "Puede generar rechazo y dejar de comer"

Gato comiéndose un premio.
Gato comiéndose un premio.
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Gato comiéndose un premio.

Cualquier tutor de gato que haya tenido que proporcionarle medicación a su compañero minino sabe que estos animales a veces no lo ponen nada fácil. Empezando por ser los grandes expertos en camuflar los síntomas de cualquier enfermedad, parece que también les cuesta dejarse ayudar (aunque, por supuesto, depende del gato).

En muchos casos, no nos bastará con buscar un tipo de fármaco que nuestro gato tolere (ya que hay muchos tipos de presentaciones diferentes: pastillas, jarabes, cápsulas...), si no que tendremos que utilizar nuestra imaginación para buscar formas y alimentos con los que ofrecérselos y que no los rechace.

No obstante, en este intento de administrar el fármaco necesario a nuestros mininos, muchos tutores mezclan éstos con la comida habitual de nuestros gatos, algo algunos veterinarios desaconsejan. "Si tenéis que darle medicación a vuestros gatos, NUNCA se la mezcléis con su comida habitual, podemos generar un rechazo hacia ella y que el animal deje de comer", apuntaba en su cuenta de Twitter la especialista en el área de medicina y comportamiento felino Fátima Blanco. 

"Puede generar rechazo si descubre que está ahí y nunca podemos arriesgarnos a que deje de comer por relacionar su alimento con algo indispensable", detalla. "Aunque con los premios también podría pasar, no preocupa que deje de tomarlos, ya que lo importante es su alimento completo".

Por este motivo, la experta recomienda ofrecer la medicación primero y, después premiarlo, "para que el gato relacione el momento con algo positivo". "Con mininos difíciles, a veces es muy complicado y tenemos que pasar a medicamentos inyectables", añade en relación a aquellos felinos imposibles de engañar para que se tomen pastillas o jarabes.

"Lo ideal es acostumbras desde pequeños a una buena manipulación, que se acostumbre a que se le abra la boca y se le agarre sin estrés, dándole premios después de hacerlo, ya que forzar a un gato a tomar la medicación no va a resultar a largo plazo en patologías crónicas", explica Blanco. 

De hecho, la veterinaria comenta que, forzándoles solo provocaremos que huyan o que se enfrenten a nosotros y, peor aún, que terminen vomitando. "Todo dependiendo del carácter del gato", añade. "Por eso siempre tenemos que intentar un manejo sin conflictos y las situaciones tensas".

"Con mininos difíciles, a veces es muy complicado y tenemos que pasar a medicamentos inyectables"

"Todo el proceso de dar medicación a un gato tiene que hacerse de manera tranquila", explica. "Si nos ponemos nerviosos, si lo intentamos atrapar por sorpresa, si tenemos que estar persiguiéndole… es más probable que se complique mucho más".

Tipos de medicamentos a probar

A la hora de darle medicamentos a nuestros gatos, nos resultará más o menos fácil administrárselo según el formato que escojamos (cuando podemos escoger). Por ejemplo, los jarabes suelen ser más prácticos y fáciles con una jeringuilla. "Hay unas que venden para administrar comprimidos cuya parte buena es que no arriesgamos las manos, pero la parte mala es que podemos hacer daño en la boca del gato al introducirle así la medicación", cuenta Blanco.

Las pastillas son uno de los formatos que más reto supone a los propietarios. "Hay gatos que se dejan abrir la boca y meter la pastilla sin problema y otros para los que se necesita otra persona más para poder sujetar al animal, incluso tapándolo con una mantita, para abrirle la boca, meterle el comprimido y cerrarla para que la degluta", detalla la veterinaria.

Otro de los pilares básicos para que nuestro gato esté feliz y sano es realizar las visitas la veterinario que sean necesarias. Desde que son cachorros, es importante controlar que todo esté bien, realizar las pruebas necesarias y, por supuesto, poner las vacunas obligatorias y recomendadas por nuestro veterinario de confianza. Para esto también tendremos que realizar un trabajo de adecuamiento al transportín, que será nuestro gran aliado en esas visitas al exterior, para evitar cualquier estrés al animal.
Un gato en una consulta veterinaria.
Mimzy / PIXABAY

"El gato puede morder, arañar y ponerse muy nervioso, por lo que, si esto ocurre, necesitamos cambiar de técnica, ya que estamos provocando una situación de estrés, lo que implicará que las siguientes tomas vayan a peor", advierte.

También hay cápsulas que se pueden abrir (o machacar) para introducirlas después en premios o alguna latita. "Si no descubren el contenido, es una buena forma de hacerlo", recomienda la experta en medicina felina. "También se pueden diluir en agua y dársela por jeringuilla".

No obstante, debemos saber que los fármacos específicos para gatos suelen tener saborizantes que facilitan que el felino colabore, aunque, de no ser así "pueden empezar a babarse de forma exagerada y eliminar parte de la medicación", concluye Blanco.

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