Cuidado con las agujas cuando dejamos jugar a nuestros gatos con hilos de coser, puede terminar en tragedia

Un gato a dos patas.
Un gato a dos patas.
PEXELS
Un gato a dos patas.

Los gatos son animales curiosos a los que muchos de nuestros objetos les llaman la atención. Cualquiera que conviva con un gato sabrá que disfrutan de sus paseos diarios por la casa, observando que todo esté "en su sitio" y, de encontrar algo nuevo, no tardarán en acercarse a husmear. Este puede ser el caso de los kits de costura: muy llamativo para nuestros mininos pero extremadamente peligroso para su salud.

En un kit de costura puede haber numerosos objetos peligrosos para nuestros mininos, empezando por pequeños botones que podrían tragarse, pero también hay algunos accesorios con los que le encanta jugar, como pueden ser los hilos (recordar no dejarles jugar con lana, ya que podrían asfixiarse si se les pega a la lengua).

Un gato, por sí solo, no se va a comer una aguja, pero si ésta está atada a un hilo, ya existe una posibilidad. A nuestros mininos les encanta jugar con los hilos ya que podemos interactuar con ellos moviéndolo y hacerles perseguirlo. Sin embargo, nunca debemos dejar un hilo enganchado a una aguja a su alcance, ni dejarles jugar con este tipo de materiales si no estamos nosotros delante supervisando.

¿Por qué? Pues porque pueden empezar a tragarse el hilo (ya que el material queda enganchado en su lengua) y terminar también engullendo la aguja, con las terribles consecuencias que esto conlleva. Así le ha pasado a uno de los pacientes del Centro Veterinario Darwin en Pontevedra.

"Os voy a contar un caso en el que voy a destacar dos cosas: la importancia de hacer varias proyecciones en una radiografía y los mil ojos que tenemos que tener a veces con los gatos", expresa Fátima Blanco, veterinaria especializada en Medicina Felina y gerente del centro veterinario.

La experta ha tratado el caso de un gatito que empezó a vomitar y a mostrarse apático. "No se quiere acercar a la tutora y eso que es especialmente mimoso", relata en Twitter. "Viene ahora a consulta y me encuentro con un gato que es un amor, muy joven pero demasiado tranquilo. Le hacemos una exploración abdominal sin dolor (cosa increíble)".

Tras el examen pertinente, Blanco se pregunta si es posible que el animal haya ingerido algo, a lo que la tutora del minino asiente, señalando lo atenta que tiene que estar con él. Ante tal respuesta, Blanco decide realizar varias radiografías.

Las radiografías realizadas al gato que se había tragado una aguja.
Las radiografías realizadas al gato que se había tragado una aguja.
CEDIDA

"Si solo le hubiera hecho una radiografía igual se me hubiera pasado por alto lo que es tan evidente en la otra. De ahí la importancia de hacer siempre varias proyecciones", expresa. "Cuidado con las agujas. La aguja en si no la suelen comer porque sí, esto ocurre cuando está unida al hilo y empiezan a tragarlo y la aguja va detrás. Cuidado también con los plásticos, gomas del pelo…".

Por suerte, el equipo veterinario logró extraer la aguja y el hilo que el minino se había tragado y ahora se encuentra bien, sano y salvo. No obstante, este ejemplo nos sirve para recordar la importancia de tener siempre mil ojos puestos en nuestros compañeros felinos y, de notar cualquier síntoma extraño, no dudar en acudir cuanto antes a nuestro veterinario de confianza.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento