La fiebre del Nilo, una zoonosis endémica en la Península Ibérica: "Solo detectamos los casos que dan la cara"

Culex pipiens, mosquito del virus del Nilo.
Imagen de un mosquito del género Culex, transmisor del virus del Nilo occidental. 
EP
Culex pipiens, mosquito del virus del Nilo.

La Fiebre del Valle del Nilo Occidental (FNO) es una zoonosis causada por determinadas cepas del virus del Nilo Occidental (VNO) que se transmite por mosquitos, que se lo contagian a las aves, que actúan como principal reservorio. En caso de llegar a mamíferos, los mayormente infectados son caballos y humanos, si bien el 80% de los casos son asintomáticos. Cuando causa enfermedad, suele ser en personas de salud delicada y edad avanzada, como el último caso tratado en España como VNO -que es el primero de Barcelona-: una señora de 76 años que ha estado ingresada en la UCI del Hospital de Bellvitge de L'Hospitalet de Llobregat.

Según han informado desde el Departamento catalán de Salud, la mujer se encuentra actualmente en un centro sociosanitario en proceso de recuperación, dado que, más allá de la infección, su estado de salud es delicado. El caso está declarado como probable por la dificultad de efectuar el diagnóstico definitivo y, de momento, Salud no ha recibido resultados del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) de las muestras enviadas para confirmar que es el VNO, una enfermedad considerada endémica y de declaración obligatoria

El último informe epidemiológico de la situación de la Fiebre del Nilo Occidental en España, publicado el pasado 30 de agosto de 2023 por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, recoge que desde el comienzo de este año han sido declarados ocho focos en équidos (dos en Barcelona, dos en Valencia y otros cuatro en Sevilla), y seis focos en aves. Concretamente, uno en un halcón cautivo en de Toledo, uno en Cáceres en un buitre leonado, uno en Córdoba en un águila imperial, otro en Jaén en otra águila imperial, uno en Barcelona en una gaviota patiamarilla y uno en Lérida en un azor común.

En humanos, solo un pequeño porcentaje de los casos presenta síntomas neurológicos, que son los más graves. El investigador de ISGlobal y jefe del Servicio de Salud Internacional del Hospital Clínic de Barcelona, José Muñoz, explica a 20minutos que la mayoría de las infecciones cursan de forma asintomática. "Solo detectamos los casos que dan la cara", afirma. por ello, recalca que "destinar recursos a la vigilancia activa en el actual contexto de cambio climático es fundamental, sobre todo en zonas donde se detecten animales infectados". En Italia, recuerda, donde el sistema de vigilancia es "muy activo", detectan más de 300 casos autóctonos al año.

Los seres humanos se infectan principalmente a través de picaduras del mosquito común del género Culex, que se contagian cuando pican a aves portadoras del virus, pero la infección también puede ocurrir a través de transfusión o trasplante de órganos, transplacentaria y por exposición accidental (fluidos, tejidos, laboratorio). La web del ISCIII indica que la mayoría de las infecciones humanas son asintomáticas (80%) y que, entre los casos sintomáticos, la mayoría son leves y presentan síntomas similares a la gripe. "Menos del 1% presentan cuadros graves con signos de encefalitis, meningoencefalitis o meningitis, más frecuentes en mayores de 50 años y en inmunodeprimidos", reza.

José Poveda, catedrático de Sanidad Animal en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, detalla a 20minutos que, de los pocos casos sintomáticos en humanos, los cuadros leves se manifiestan con síntomas inespecíficos como fiebre o dolor de cabeza o articular, quizá "puede haber un sarpullido". Si la enfermedad se presenta de forma grave, la fiebre es alta, puede haber rigidez de cuello y síntomas neurológicos como encefalitis o meningitis aséptica. "Los casos letales son pocos y normalmente en personas de avanzada edad y con otras patologías", subraya.

Casos este verano

El pasado mes de agosto falleció una mujer de 84 años de Huelva que fue diagnosticada como el primer caso de fiebre del Nilo Occidental de este año en Andalucía y que tenía patologías previas. La Comunidad Valenciana y Barcelona también notificaron este verano infecciones en casos de personas mayores que superaron la enfermedad.

El último boletín del Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés) contabiliza en 2023 y hasta el 20 de septiembre, 492 casos humanos de infección por el VNO: 237 en Italia, 131 en Grecia, 53 en Rumanía, 26 en Francia, 25 en Hungría, nueve en España, seis en Croacia, cuatro en Alemania y uno en Chipre. Además, los países han notificado 40 muertes en Grecia (18), Italia (13), Rumania (8) y España (1).

El ISCIII recuerda que en España se documentó la presencia de virus del Nilo Occidental desde finales del siglo XX. Desde 2007 se realiza vigilancia en aves, équidos y mosquitos, por lo que se conoce la presencia del virus en ciertas regiones donde existen humedales en los que cohabitan aves y mosquitos. "El primer caso identificado en humanos ocurrió en 2004 y posteriormente hubo casos esporádicos en 2010 y 2016 relacionados con dichas áreas. En 2020 tuvo lugar un aumento inusual en el número de casos humanos. Existe riesgo de aparición de nuevos casos, sobre todo durante la temporada de actividad vectorial (abril a noviembre) y en las zonas donde se han detectado aves o mosquitos infectados, focos equinos o casos humanos. Es previsible que el virus se pueda expandir hacia nuevos territorios", advierten en su web.

Por el momento no existe una vacuna para humanos que prevenga esta enfermedad ni un tratamiento específico"

El profesor Poveda señala que actualmente circulan dos linajes del virus, lo cual demuestra que este circula y evoluciona entre sus hospedadores. Hasta la fecha, "las epidemias de mayor magnitud se han producido en EE UU, Israel, Grecia, Rumania y Rusia. Los sitios donde se producen los brotes se encuentran a lo largo de las principales rutas de las aves migratorias" apunta el último informe del Ministerio del Gobierno.

Por el momento no existe una vacuna para humanos que prevenga esta enfermedad ni un tratamiento específico. Poveda comenta que sí existe una vacuna para caballos, aprobada en EE UU. Por ello, las principales medidas de prevención son el control de las poblaciones de mosquito y evitar las picaduras de estos insectos. El periodo de incubación suele durar de dos a 14 días.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda reducir el riesgo de transmisión por los mosquitos con medidas como la protección personal y comunitaria contra las picaduras mediante el uso de mosquiteros, repelente de insectos, uso de ropas de color claro (camisa de manga larga y pantalón) y "evitar las actividades al aire libre en horas en que los mosquitos pican más". Además, los programas comunitarios "deben alentar a las comunidades a destruir los criaderos de mosquitos en las zonas residenciales".

Mostrar comentarios

Códigos Descuento