Costumbrismo Digital por Juan Luis Saldaña

Cuando teníamos ocho años, el profesor de lengua nos pidió que hiciéramos una redacción. Nos indicó que debíamos utilizar frases cortas para que aquello se entendiera, eso que antes se llamaba la imitación de Azorín. Un compañero de cuyo nombre no debo acordarme abordó la complicada tarea de hablar sobre el rey de la selva, el león, y tuvo la mala suerte de ser elegido para leer en voz alta. Su redacción decía algo así: “El león tiene cola. El león tiene melena. El león tiene ojos. El león tiene garras”. La lectura siguió un rato hasta que las risas de los compañeros la ahogaron en el silencio.

Los ministros de Cultura de la Unión Europea han acudido este pasado martes a una “Reunión informal” en Cáceres para verse las caras. Es como un cumpleaños en un parque de bolas, pero con gente seria y circunspecta. Un cachondeo moderado de tacones, protocolos y corbatas. Entre una cosa y otra, han dado a luz un texto infame que han llamado “Declaración de Cáceres” y que se parece bastante a la redacción de mi compañero de colegio sobre el león. La cultura es esto, la cultura es aquello. El panfleto es bochornoso. Además, lo han pegado en una cartulina como si fuera algo importante. Les recomiendo que lo lean si tienen un minuto para que vean lo que pasa cuando los políticos se ponen a definir realidades. Son un rey Midas de latón.

Estas son algunas de las frases del texto: “Cultura es el corazón de la democracia. Cultura es tolerancia, respeto y derechos humanos. Cultura es paz. Cultura es igualdad. Cultura es bienestar físico y mental. Cultura es un elemento clave en la lucha contra el cambio climático”. Pues no, señor. Si cambiamos la palabra cultura por política en estas frases vacías, nos daría lo mismo y me temo que si la cambiamos por unas cuantas palabras más, también. Es el vacío cósmico, una explosión de confeti burocrático fabricado con una máquina de destruir documentos. Si todos los ministros de cultura de Europa coinciden en que nos une esto, a Europa solo le queda el hundimiento o confiar en que la economía y la necesidad nos mantengan unidos para siempre porque la cultura no parece ocuparse de eso. Nos limaremos las uñas mientras esperamos a que los bárbaros de turno asolen nuestras fronteras.

La definición de la UNESCO, sin ir más lejos, es decente. Diógenes Laercio, Nietzsche, Kundera, Malraux, Maurois, Vargas Llosa o Epicteto tienen sentencias memorables sobre la cultura.

Para terminar la fiesta, salió Iceta, como el ganador del concurso de redacción del colegio, a contar brevemente y con palabras ridículas de qué iba la estafa. Se atrevió a hablar de que en Europa tenemos unas raíces comunes, pero no entró en ello porque esa información, desde Grecia a Roma o desde Carlomagno a Napoleón, no es políticamente correcta. Alguien podría ofenderse, verse excluido o vaya usted a saber qué y la cultura, sobre todo, es que nadie se ofenda por nada, que todos nos callemos y sigamos con la fiesta.

Existen muchas definiciones de cultura que dicen algo, que tienen contenido de verdad. La definición de la UNESCO, sin ir más lejos, es decente. Diógenes Laercio, Nietzsche, Kundera, Malraux, Maurois, Vargas Llosa o Epicteto tienen sentencias memorables sobre la cultura. Visto lo visto, voy a aportar una sin ninguna esperanza de que quede grabada en el mármol: cultura es lo que queda fuera del alcance de los burócratas y de los políticos.