El Teatro Real esquiva la huelga del coro... por el momento: "Hay terror a los despidos"

fotografo: Jose Gonzalez Pérez [[[PREVISIONES 20M]]] tema: Trabajadores del Teatro Real en huelga
Irene y Gaizka, miembros del coro, y Miriam, antigua miembro, posan frente al edificio del Teatro Real de Madrid.
José González
fotografo: Jose Gonzalez Pérez [[[PREVISIONES 20M]]] tema: Trabajadores del Teatro Real en huelga

Los jardines de la Plaza de Oriente se extienden entre el Palacio Real y el Teatro Real de Madrid, dos de los edificios más reconocibles de la capital. Entre el ajetreo de turistas y viandantes varios, cinco personas charlan a la sombra de un árbol. Son miembros del coro del Teatro Real y han estado a punto de impedir las funciones de la ópera Medea de este fin de semana con una huelga que se ha desconvocado in extremis.

Trabajar en uno de los palacios operísticos más prestigiosos del mundo, en un entorno tan idílico como este, podría ser el sueño de cualquier corista, pero su realidad es bien distinta. "En el último reconocimiento médico que nos hace la empresa me salió riesgo extremo de depresión", declara Luis -nombre ficticio-, uno de los 51 miembros titulares del coro.

- ¿Crees que es por el trabajo?

- "No tengo ninguna duda, no tengo otro motivo porque es que vivo aquí. Yo salgo de mi casa a la 10 de la mañana y vuelvo a mi casa a las 12 y media de la noche. Los horarios, hablando en plata, son una puta locura porque hay días que estoy en el bus viniendo y me llega el email diciendo que entro dos horas más tarde a trabajar. Nos deberían avisar de los cambios de horarios con cinco días y esto no ocurre nunca".

"Los horarios, hablando en plata, son una puta locura porque hay días que estoy en el bus viniendo y me llega el email diciendo que entro dos horas más tarde a trabajar"

El coro del Teatro Real de Madrid está gestionado por una empresa externa, Intermezzo, toda una rareza en el mundo de los grandes teatros de ópera del mundo. Las condiciones de trabajo son también excepcionalmente duras, con jornadas maratonianas de ensayos, muy superiores a las de otros coros, y continuos cambios de horario, según denuncian los coristas.

Sin embargo, el aspecto que más estrés y enfado está causando entre los trabajadores y que motivó un apoyo masivo a la convocatoria de huelga son las audiciones periódicas para evaluar su desempeño. No pasar esta prueba, puede motivar un despido sin derecho a ningún tipo de indemnización. La suspensión de las próximas, previstas para comienzos de octubre, así como el compromiso de una futura negociación de un convenio de empresa con el comité, han sido los dos acuerdos clave para que los trabajadores hayan decidido desconvocar la huelga.

El acuerdo entre empresa y los sindicatos CCOO y CGT se alcanzó el miércoles en lo que Gaizka, delegado de este último sindicato y representante de los trabajadores en la reunión, define como una "conciliación muy dura" que se extendió por cuatro horas. "Nosotros solicitamos la eliminación de la cláusula que establece que tenemos que someternos a estas audiciones, pero solo logramos que la empresa se aviniera a renegociarla", explica el delegado sindical y miembro del coro del Teatro Real desde 2010.

El acuerdo final, refrendado el mismo miércoles a última hora por un 60% de los trabajadores reunidos en asamblea a menos de 48 horas del inicio previsto de la huelga, exige llegar a un acuerdo sobre la cláusula que trata de las polémicas audiciones antes de iniciar unas negociaciones de un convenio de empresa propio que haga que los coristas dejen de estar sujetos al régimen de danza, circo y folklore.

El acuerdo ha servido para evitar esta huelga, pero la vaguedad del mismo -no define en qué términos se renegociarán las audiciones- y el historial de tormentosas relaciones entre Intermezzo y los comités de empresa hace suponer que el conflicto solamente se ha puesto en suspenso. "En caso de que las negociaciones no vayan como nosotros esperamos y veamos obstaculizada la negociación de la cláusula y que se atasca el inicio de la del convenio, el colectivo está decidido a continuar con sus reivindicaciones", declara Gaizka.

En un comunicado posterior a la mediación, Intermezzo se limitó a afirmar que había "demostrado en esta reunión su buena voluntad y disposición total a la negociación con el objetivo de llegar a un acuerdo favorable a ambas partes". La empresa no ha respondido a las preguntas enviadas por este medio para que pudiera dar su versión de los hechos.

Represión sindical

Cuando se anunció la convocatoria de huelga, Intermezzo emitió un comunicado justificando la realización de las audiciones en que, el del Real es "un coro de élite como corresponde a uno de los mejores teatros del mundo" y que "la evaluación periódica del desempeño de su labor es necesaria mediante la valoración de tribunales de acreditada experiencia en el mundo de la lírica, lo habitual en todos los coros de su nivel".

Antes de llegar al Teatro Real de Madrid de la mano de Intermezzo, Gaizka había trabajado para esta empresa, formalmente una organización sin ánimo de lucro, en el Gran Teatre del Liceu de Barcelona, realizando refuerzos cuando el coro titular necesitaba ser ampliado para determinadas funciones.

"Conozco perfectamente a mis compañeros del Liceu y nunca en su vida se les ha sometido a este tipo de audiciones y, además, tienen su propio convenio", declara Gaizka. "No es verdad que este tipo de audiciones se hagan en otros coros de élite, no es verdad, desconozco si en Corea del Norte las hacen, pero en los grandes teatros de Europa, no".

"No es verdad que este tipo de audiciones se hagan en otros coros de élite, no es verdad, desconozco si en Corea del Norte las hacen, pero en los grandes teatros de Europa, no"

En los tres días que transcurrieron desde que Intermezzo publicase su respuesta en la red social Instagram y el acuerdo del miércoles, el post se llenó de respuestas de miembros de coros de otras instituciones de Europa y Latinoamérica negando que audiciones evaluativas como las realizadas al coro del Real fueran una práctica habitual. Los integrantes del coro del Liceu también emitieron una carta mostrando su apoyo al coro del Real, así como los de la Opera Ballet Vlaanderen, en Bélgica, en un comunicado apoyado por el sindicato y la propia dirección del teatro.

Precisamente en este teatro belga trabajó durante cuatro años Irene, actual miembro del coro del Real desde 2020. Mientras que en su etapa en el norte de Europa compaginaba su trabajo como corista con otros proyectos de "música antigua, jazz y recitales líricos con orquestas", al llegar al teatro madrileño, se le exigió exclusividad.

"A nivel personal ha sido bastante duro porque a mi lo que me mueve es poder expresarme, me considero una persona creativa y si he hecho el esfuerzo de dedicarme a esta profesión es porque eso me mueve", declara Irene. "Y accedes a un puesto muy complicado en un sitio donde se supone que vas a poder dedicarte a tu profesión pero sin derecho a expresarte, tienes derecho a formar parte de ese colectivo como un peón, que es lo que somos".

"Se supone que vas a poder dedicarte a tu profesión pero sin derecho a expresarte, tienes derecho a formar parte de ese colectivo como un peón, que es lo que somos"

Con 30 años, Irene es la integrante más joven de los coristas que charlan en la madrileña Plaza de Oriente. También está por debajo de la edad media que el presidente de Intermezzo, Jon Plazaola, aseguró al comité que quería que no superaran sus miembros: 40 años.

A su lado, Miriam, de 52 años, optó por buscar una salida ante el despido de varios compañeros y sintiendo que pronto llegaría también su hora. "Estuve aquí hasta febrero de 2020, las condiciones eran incluso un poco mejores de las que son ahora, han ido a peor en estos años. A medida que íbamos avanzando en los años iban echando a la gente que les molestaba o pedían derechos", declara la corista, actualmente del Teatro de la Zarzuela.

"A medida que íbamos avanzando en los años iban echando a la gente que les molestaba o pedían derechos"

Para los cinco, las audiciones, que comenzaron en 2015, están íntimamente vinculadas con la represión de cualquier voz disidente dentro del coro. Las primeras víctimas, de hecho, fueron los miembros del comité de empresa que se conformó un año antes. En 2018, el Tribunal Supremo ordenó su readmisión por despido improcedente.

"En el 2015 se cargaron al comité de empresa y en el 2017 aprovecharon las audiciones para echar a sus dos mejores amigos alegando que era por la baja nota", explica Miriam. "Aunque no te echen en el momento, usan las notas como justificación de que has ido perdiendo la calidad".

Cuando se les pregunta si había preocupación en el coro ante las próximas audiciones, que estaban previstas para octubre, la contestación es unánime: "Hay terror, por eso está todo el colectivo unido -la huelga fue apoyada por el 93,8% de la plantilla-, porque todos sabemos los que pasa ahí dentro".

Precariedad y salarios estancados

En 2009, el coro del Teatro Real también convocó una huelga y, como ha ocurrido en esta ocasión, el paro fue desconvocado pocos días antes de la fecha prevista. Aquel coro dependía directamente de la orquesta -el otro gran cuerpo fijo de todo teatro de ópera-, pero a raíz de aquel conflicto, el coro de la orquesta fue desmantelado y el Real decidió subcontratar uno nuevo. La empresa elegida fue Intermezzo.

"La base del problema radica en la externalización de un cuerpo estable de un teatro de ópera, donde el coro es un elemento imprescindible. La subcontrata lo que hace es precarizar las condiciones laborales y derechos,  como vemos en el hecho de que ni convenio propio tenemos", explica Gaizka, del comité de empresa.

"La subcontrata lo que hace es precarizar las condiciones laborales y derechos, como vemos en el hecho de que ni convenio propio tenemos"

Carmen -nombre ficticio-, tiene 42 años y lleva desde los 30 trabajando, a través de Intermezzo, para el coro del Teatro Real. En principio como refuerzo y, desde 2015, con un puesto fijo. La falta de un convenio propio la ha llevado, como al resto de la plantilla, a la imposibilidad de conciliar su vida personal con las largas jornadas de ensayos y funciones.

"No se respetan los descansos de los miembros del coro, hay cambios de horarios continuos que no te permiten hacer previsiones para hacer viajes, las horas extras son obligatorias cuando deberían ser voluntarias…", enumera Carmen. "El fondo de la cuestión está en que todo lo que pide el Teatro Real lo hace Intermezzo, no hay límites, por eso no tenemos convenio, no se respetan los derechos, te ponen sanciones de trabajo y así hemos llegado a esta situación y mucho hemos tardado".

Aunque no ha realizado ningún comunicado respecto a este último conflicto, el Teatro Real, siempre ha defendido que la contratación externa del coro cumple con la Ley de Contratos del Sector Público. La situación no tiene visos de cambio, más aún cuando el borrador de la Ley del Teatro Real, que equipará a esta institución el funcionamiento del Museo del Prado, o la Biblioteca Nacional, contempla que el coro siga estando externalizado. La nueva ley, impulsada por el ministro Miquel Iceta, está pendiente de ser aprobada en el Congreso cuando se conforme un nuevo Gobierno. 

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