Pilotos de extinción, la complicada labor de apagar las llamas desde el aire: "Estamos viendo fuegos que no se habían visto antes"

Reportaje pilotos aviones contra incendios Aeródromo Cuatro Vientos.
Reportaje pilotos aviones contra incendios Aeródromo Cuatro Vientos.
Reportaje pilotos aviones contra incendios Aeródromo Cuatro Vientos.
Reportaje pilotos aviones contra incendios Aeródromo Cuatro Vientos.

Casi dos meses después de las primeras llamas, el incendio de Tenerife se ha reactivado obligando a evacuar a 3.200 personas y elevando el número de hectáreas calcinadas a 13.000 -según el sistema satelital Copérnicus-. Ante esta situación, los pilotos y las brigadas de bomberos han tenido que volver a ponerse manos a la obra para extinguir uno de los innumerables incendios que España ha presenciado en 2023.

Sin embargo, las condiciones en las que se encuentran trabajando son diferentes a las que se habían visto hasta los últimos temporadas. El cambio climático o la falta de cuidado de los montes están poniendo en jaque a este sector, que cada vez demanda más personal ante la creciente cantidad de incendios y su gran virulencia. En este contexto, su labor resulta primordial para proteger a la sociedad, pero ¿cómo es realmente el trabajo de las brigadas y los pilotos?

Carlos Marcos Cid, instructor de vuelo en la escuela de pilotos de helicóptero y avión European Flyers, y su compañero Luis Miñano, director de la academia, explican a 20minutos cómo se vive en primera persona la extinción de un incendio. Esta tarea es fundamental, y aunque en muchos casos pasa desapercibida, detrás conlleva un gran trabajo que recae sobre las escuelas de pilotos.  

¿Cómo se apaga un incendio?

A pesar de que muchos puedan pensar que los bomberos solo trabajan en la época estival extinguiendo incendios, su actividad va mucho más allá. A lo largo de todo el año estos profesionales acuden a diario a su base para prevenir y preparar posibles actuaciones en caso de incendio. 

Lo que hacen habitualmente es un estudio del terreno mediante "un prevuelo en helicóptero (chequeo del vehículo) y un briefing hablando de meteorología, posibles cambios del tiempo y potenciales incendios", explica Cid.

En el momento en el que las autoridades dan la voz de alarma, el helicóptero del equipo de bomberos es el primero en actuar. El binomio conformado por las brigadas (bomberos terrestres) y los pilotos se debe poner manos a la obra y prepararse a toda prisa para acudir a la zona de las llamas "mediante una serie de coordenadas".

Una vez allí deben realizar una inspección de la situación para determinar cómo deben extinguir las llamas. Para ello "orbitan alrededor de la zona, a unos 500 o 600 pies de altura (150-180 metros)" para que el técnico o ingeniero forestal, que acompaña al piloto, pueda hacer una primera valoración. En esta se estudia la "capacidad de crecimiento" de las llamas o las zonas cercanas que puedan ayudar a acotarlas, tales como "pistas forestales, cortafuegos o carreteras".

Este trabajo "siempre debe hacerse en conjunto" entre el medio aéreo (piloto y técnico) y el medio terrestre (brigada), detalla Cid, y explica que la colaboración y el trabajo en equipo es estrictamente necesario para poder extinguir las llamas: "No sirve de nada que los helicópteros viertan miles de litros si el equipo de tierra no actúa" y viceversa. "Al final los pilotos no hacemos nada sin nuestros compañeros", concluye.

Posteriormente, tras esta primera evaluación, el trabajo del equipo se centra en "acotar los flancos y la cabeza para que no pueda seguir creciendo". No obstante, su actuación depende de "si el incendio es reciente y no ha cogido mucha virulencia". "Es como si fuera una bola de nieve", pues cuanto más grande se hace, "más difícil es actuar", comenta Cid.

Incendios "a lo largo de todo el año"

El protocolo de actuación de los equipos de bomberos es claro. Sin embargo, algunos factores están provocando cambios en las características de los incendios. "Ahora no los hay pequeños, casi siempre se convierten en grandes", asegura Cid, detallando que se trata de un problema que está cambiando el devenir del sector.

El cambio climático, con sus olas de calor, sequías o las "altísimas temperaturas que se prolongan durante muchos días", también 'están ayudando' a que se produzcan "este tipo de incendios", al igual que sucedió en 2022 en Lugo, con "40ºC de día y 35º por las noches, con 0% de humedad", algo que "no se había visto en la vida", recuerda Cid.

Esto está cambiando las tornas y ahora los incendios se están empezando a ver "a lo largo de todo el año", cuando "la campaña siempre se había centrado en los meses de verano", comenta Miñano. Como culpable de esta situación 'señala' directamente a la vegetación y el "escaso cuidado de los montes".

Actualmente ya "no se limpian" las zonas de debajo del arbolado, los bosques, ni los cortafuegos, debido, en cierto modo, a las consecuencias de la despoblación y la España vaciada. "Ya no pasan las ovejas ni las cabras limpiando el monte", por lo que la vegetación es "muy gruesa y contundente". Ahora los bosques "actúan como si a una chimenea continuamente se le echara leña", explica Cid.

Falta de pilotos

Este cambio de las circunstancias está provocando que "el sector esté creciendo mucho", ya que con estas condiciones se necesitan muchos más pilotos. No obstante, Cid y Miñano recalcan que hay otros factores que también influyen en esta falta de profesionales. A esto también hay que sumarle "un cambio generacional", apostilla el director de la escuela, pues "los pilotos se han ido jubilando".

La nueva normativa tampoco les ha beneficiado, y es que el Real Decreto 750/2014, que entró en vigor a partir de 2019, también ha influido notablemente, aseguran desde European Flyers. Ahora las tripulaciones deben contar de forma obligatoria "con un segundo piloto de refuerzo". Por tanto, esta serie de circunstancias han formado un caldo de cultivo que ha provocado que "de repente hubiera mucha falta de pilotos".

Como consecuencia, algunas estaciones de bomberos han presentado problemas esta temporada. La de Daroca, en Zaragoza, o la de Tineo, en Asturias, solo han podido operar con un helicóptero debido a la falta de personal, comenta Cid. Dadas las circunstancias, actualmente se está dando una gran demanda de pilotos, pues "al final se necesita al doble de tripulaciones".

¿Qué hay que hacer para ser piloto?

Ante la delicada situación que sufre el sector, Cid y Miñano coinciden en que hay que mandar un mensaje para que los más jóvenes se animen a ser pilotos. "Hay que acercarles un poco la profesión", pues normalmente se considera un sector muy lejano. Sin embargo, "poder ayudar a la sociedad no está tan lejos", asevera el director de la escuela, que explica como trabajan en European Flyers.

Miñano, con gran experiencia en el sector, asegura que su escuela, con sede en Cuatro Vientos (Madrid), forma a una media de cien pilotos al año, y su curso para obtener la licencia como piloto de avión o helicóptero cuenta con "alrededor de 15.000 horas de vuelo, 5.000 de simulador y 800 de teoría".

El centro cuenta con varios simuladores de vuelo "para aprender la fase instrumental" y después poder pasar a la acción real. Una vez superada las pruebas teóricas, "lo primero que hay que conocer son los mandos de los vehículos", asegura Cid. Posteriormente, los instructores comienzan a volar con los alumnos "siguiendo una dirección nivelada para coger sensaciones". 

Para los nuevos pilotos, este instructor asegura que hay una serie de cualidades que indican la calidad de un futuro piloto. Una de las claves que para él es fundamental es la modestia: "Si una persona es humilde va a tener más capacidad de aprendizaje". Igualmente, también destaca que hay que fijarse en el manejo del aprendiz en momentos de tensión: "Esos momentos hay quienes lo gestionan mejor o peor".

Mostrar comentarios

Códigos Descuento