A fondo

Todo sobre la 'regla Tueller', el escudo de seis metros que protege a la Policía en EEUU ante un ataque con cuchillo como el de Andújar

La Regla Teuller que se utiliza en Estados Unidos para responder a un ataque.
La Regla Teuller que se utiliza en Estados Unidos para responder a un ataque.
Henar de Pedro
La Regla Teuller que se utiliza en Estados Unidos para responder a un ataque.
La Regla Teuller que se utiliza en Estados Unidos para responder a un ataque.
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Una sola bala pudo matar al agresor y al policía. Es lo que seguramente ocurrió en Andújar (Jaén) el pasado domingo. La autopsia practicada al agente de la Policía Nacional apunta a que habría muerto tras ser alcanzado de forma fortuita por la bala que disparó su compañero contra el individuo que le había tirado al suelo armado con un martillo y un cuchillo.

La primera hipótesis del informe preliminar de la Policía Científica sostiene que el agresor habría recibido un disparo cuando se abalanzó contra el agente. Pero esta bala habría impactado luego en el estómago del segundo policía, provocándole la muerte. En concreto, el proyectil habría impactado contra una moneda del atacante, rebotando en esta y haciéndolo cambiar de dirección para finalmente impactar contra el agente que falleció.

Ese fue el resultado final, pero todo se inició como una riña entre dos vecinos en la calle Las Monjas de Andújar. Uno de ellos estaba dando martillazos en la puerta de otro en actitud agresiva. Hasta allí se trasladó un coche patrulla de la Policía. Un primer agente, el copiloto, se bajó y el agresor se dirigió hacia él. El policía desenfundó su arma. En un primer momento no disparó y caminó hacia atrás. Después echó mano de su porra extensible.

¿Hizo el agente lo correcto?

El agresor se abalanzó sobre él y lo tiró al suelo. Se escuchó un primer disparo. Mientras agresor y policía forcejeaban en el suelo, un segundo agente -el conductor- se acercó a pie y recibió un disparo. Sufrió una parada cardiorrespiratoria y, pese a las maniobras de reanimación y su traslado a un hospital, falleció poco después.

La pelea en Ándujar (Jaén) provocó un disparo que impactó en el abdomen de otro agente de Policía, lo que hizo que este terminara perdiendo la vida. 

¿Hizo lo correcto? Es decir, ¿debió forcejear con el agresor teniendo la pistola desenfundada? El asunto remite a la regla Tueller, que toma su nombre de Dennis Tueller. Este sargento de la Policía de Salt Lake City, en Utah (EE UU) publicó en 1983 un estudio sobre el uso de armas en el ejercicio de su labor, que tituló Cuánto de cerca es demasiado cerca.

Poco más de 6 metros en segundo y medio

Tueller calculó los tiempos de seguridad y eficacia en el uso del arma reglamentaria que lleva cualquier agente. Llegó a la conclusión de que 1,5 segundos era el tiempo en el que un agente puede desenfundar y disparar su pistola.

Segundo y medio. Pero, ¿por qué sólo segundo y medio? Según sus cálculos, ese es el tiempo exacto que un agresor con arma blanca tarda en recorrer 21 pies (6,4 metros). Es decir, hay 1,5 segundos antes de que se individuo se eche encima del policía.

Esos 6,4 metros son la distancia mínima para que un agente tenga posibilidades de defenderse

Así, según Tueller, esos poco más de 6 metros son la distancia mínima para que un agente tenga posibilidades de defenderse de manera efectiva con un arma de fuego, ante una agresión con arma blanca (a partir de tener el arma enfundada y en condición de lista para hacer un disparo).

El cálculo de Tueller sostiene que un tirador entrenado puede desenfundar y efectuar un disparo en un tiempo de entre 1 y 1,1 segundos. El segundo disparo tardaría 0,2 segundos adicionales y el tercero, otros 0,2 segundos. Además, el tiempo de reacción de un policía, desde que percibe la amenaza, hasta que adopta la decisión de contraatacar, varía entre 0,16 y 0,5 segundos.

Un policía de Nueva York apunta, con su arma, a un hombre en un coche que conducía de manera errática y chocó contra varios automóviles en el vecindario de SoHo mientras la gente saqueaba y destrozaba tiendas tras manifestaciones por la muerte de George Floyd.
Un policía de Nueva York apunta, con su arma, a un hombre en un coche que conducía de manera errática y chocó contra varios automóviles en el vecindario de SoHo mientras la gente saqueaba y destrozaba tiendas tras manifestaciones por la muerte de George Floyd.
Justin Lane / EFE

La regla Tueller se enseña en la formación de todas las policías y agencias gubernamentales de los Estados Unidos. Allí es parte fundamental del entrenamiento con armas de fuego.

Demasiado estrés como para ser precisos

Sin embargo, la realidad siempre es más compleja, como ha explicado Wayne Ryan en su libro Souls Behind the Badge ("Almas tras la placa"). Este exmiembro de la Policía Montada del Canadá ya jubilado recuerda que cuando hablamos de aplicar la regla Tueller hablamos de una situación de violencia y por lo tanto de enorme estrés.

Un único disparo no suele ser inmediatamente fatal ni suficiente para detener al agresor de forma instantánea"

"Hay muchos experimentos que demuestran que los disparos efectuados bajo condiciones de estrés intenso no suelen ser precisos. También está bien demostrado que un único disparo no suele ser inmediatamente fatal ni suficiente para detener al agresor de forma instantánea", se lee en el libro de Ryan.

Chad McBroom, oficial de la Patrulla Fronteriza de EE UU ya fallecido, escribió en una revista del sector (ITS Tactical) un artículo sobre las distancias y tiempos de reacción. Allí recordaba que aunque un primer disparo del policía contra el agresor dañe severamente la aorta, un atacante decidido podría seguir avanzando (por tanto, amenazando) durante al menos cinco segundos más.

Jurisprudencia (reciente) en España

En España, la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo ha creado jurisprudencia sobre el uso de arma de fuego ante ataque con arma blanca u objeto peligroso. Ha sido recientemente, la sentencia es de abril, y ha sido citando explícitamente la regla Tueller.

En marzo de 2020, en la localidad de Alfacar (Granada), un jubilado mató de un disparo a otro que intentaba agredirle un hachazo. El Supremo le absolvió del delito de homicidio porque estaba a un metro y medio de distancia, o sea, dentro de la distancia Tueller. Por eso al acusado se le aplicó el eximente de legítima defensa.

Lejos de aconsejar encarar al agresor con el arma de fuego, la recomendación pasa por tratar de imponer entre el agresor y el atacado una distancia de seguridad"

Así dice la sentencia del caso cuando cita la regla: "No es preciso imbuirse en manuales relativos a las técnicas de combate o en los que se cuidan de abordar las intervenciones policiales, para comprender que un arma punzante, a corta distancia de la víctima (incluso aún cuando ésta disponga de un arma de fuego, ya cargada y lista para disparar), comporta una situación de riesgo grave para la vida si quien la porta está decidido a emplearla en el ataque. De hecho, la recomendación que encontraremos en ambas clases de estudios, lejos de aconsejar encarar al agresor con el arma de fuego, pasa por tratar de imponer entre el agresor y el atacado una distancia de seguridad suficiente. Se maneja en este contexto la llamada regla de Tueller o de los 21 pies (6.4 metros). Esta era la establecida como distancia mínima para tener posibilidades defensivas eficaces con un arma de fuego, enfundada y lista para hacer un disparo, frente a un ataque con arma blanca".

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