Un Sánchez omnipresente en una campaña "positiva y propositiva": el presidente acepta el envite de Feijóo y espera que el PSOE resista

  • Pese a las dudas iniciales, el jefe del Ejecutivo ha arropado a los barones para movilizar a su electorado.
  • Los anuncios realizados por el presidente al comienzo de la campaña quedaron eclipsados por Bildu.
  • Las encuestas internas del PSOE dan por ganada la Comunidad Valenciana, pero peligran Aragón y Baleares.
El secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (1d), saluda a su llegada al acto de final de campaña electoral del PSC en Tarragona, Catalunya (España).
El secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (1d), saluda a su llegada al acto de final de campaña electoral del PSC en Tarragona, Catalunya (España).
David Zorrakino / Europa Press
El secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (1d), saluda a su llegada al acto de final de campaña electoral del PSC en Tarragona, Catalunya (España).

El PSOE afronta mañana unas elecciones clave. Y lo hace tras una campaña electoral en la que la formación ha ido de más a menos. Si bien empezaron la primera semana, según defendieron entonces, liderando el debate con anuncios en vivienda, sanidad o educación, el paso de los días ha hecho mella en sus planes tras la polémica inclusión de condenados por terrorismo en las listas de EH Bildu y también por las detenciones tras los escándalos en pequeños municipios por la supuesta compra de votos. Con todo, los socialistas siguen con los ánimos en alto. Y es que la formación ha echado el resto con un Pedro Sánchez omnipresente a la cabeza, con una campaña que sus cercanos definen como "positiva y propositiva", frente a lo que consideran como una "pobre" estrategia de Alberto Núñez Feijóo.

"Puede que también movilice a la derecha, pero es nuestro pegamento y le necesitamos, para nosotros es un revulsivo siempre", respondía en uno de los actos de campaña electoral de estas últimas dos semanas un miembro de la dirección del PSOE a la pregunta sobre la gran implicación del presidente del Gobierno en los días previos a las elecciones del próximo domingo. Las urnas que se abren cambiarán o mantendrán gobiernos autonómicos y locales, pero el jefe del Ejecutivo ha logrado hacer suya la campaña, sabedor de que estas elecciones tienen un significado mayor que con el que teóricamente cuentan. 

Si bien no es una ciencia exacta, las autonómicas y municipales han ejercido como un vaticinio de lo que vendría después a nivel nacional. En 1995, cuando el PP se impuso al PSOE meses antes de que José María Aznar lograse desalojar a Felipe González tras más de 13 años en la Moncloa. En 2003, meses antes de que José Luis Rodríguez Zapatero hiciera lo propio con el expresidente 'popular'. En 2011, antes de la mayoría absoluta de Mariano Rajoy. Y en 2019, cuando el PSOE sacó un gran resultado. Aunque esta vez ocurrió al revés, pues Sánchez ganó las elecciones nacionales un mes antes que las municipales.

El gran resultado de ese año es otro de los motivos que explican la implicación de Sánchez en esta campaña, ya que del número de autonomías en las que el PSOE resista o caiga se podrá hacer una lectura en clave nacional. Sobre todas ellas destaca la Comunidad Valenciana, antaño feudo del PP y en el que actualmente el presidente Ximo Puig opta a un tercer mandato. En Ferraz dan por hecho que seguirá al frente del Govern. También Adrián Barbón, en Asturias, o Ángel Víctor Torres, en Canarias. Ven peligro, en cambio, en Aragón, pues Javier Lambán podría depender de Aragón Existe; y en las Islas Baleares. En Cantabria el escenario es de pesimismo, igual que en La Rioja.

"Decían que iba a haber un cambio de ciclo, una 'ola azul'. Ninguna cifra indica eso", defienden en la sala de máquinas de Ferraz, cuartel general de los socialistas. Desde el PSOE apuntan a una rebaja de expectativas del PP, aunque las encuestas -salvo el CIS- siguen dando un escenario complicado para los socialistas el próximo domingo. Contra ello, se aferran al "ambiente" y a los datos de participación en los mítines: más de 40.000 personas en todos los mítines del presidente y más de 125.000, si se tienen en cuenta todos los del partido. A esto también se agarran para movilizar a su electorado, algo necesario para alcanzar la victoria puesto que todavía tienen un 61% de movilización, frente a un 70% del PP, nueve décimas por encima. Además, Sánchez lleva días apelando también a los indecisos, que todavía son un 15%.

Con todo, la implicación de Sánchez también ha sido un arma de doble filo para los socialistas. Si bien los primeros días de campaña el PSOE defendía llevar la iniciativa con anuncios -que eran llevados al Consejo de Ministros en días incluso con la oposición de sus socios de Unidas Podemos- en vivienda o sanidad, la gran parte de la campaña ha estado marcada por la polémica. Por ejemplo, por la inclusión de condenados por terrorismo en las listas de EH Bildu, que le obligó a pronunciarse en el Congreso. No obstante, otras fuentes socialistas creen que su campaña en las autonomías y municipios ha funcionado porque "se ha hablado de lo que interesa, de la política útil" frente a lo que denominan como un "ruido mediático de Madrid".

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