La DANA, que este martes dejó fuertes lluvias, inundaciones y clases suspendidas en algunas provincias del sureste, ha cambiado su rumbo. Cataluña ha cogido el relevo del temporal y este miércoles se ha llevado la peor parte, con importantes granizadas y lluvias de hasta 71 litros por metro cuadrado que han provocado importantes inundaciones. Navarra, La Rioja y el norte de Aragón también han sufrido precipitaciones, aunque más leves y sin especial relevancia. 

Almería, Murcia, Alicante y Valencia, las provincias más castigadas el martes, han visto cómo en esta jornada el temporal ha pasado de largo, con chubascos, pero sin incidentes. Las lluvias que se han registrado han sido menores, lo que ha provocado la desactivación de toda alerta por el temporal. 

El granizo castiga Cataluña

Una intensa granizada ha anegado sin embargo Sant Hilari, un pueblo de Girona. Las precipitaciones han provocado inundaciones en domicilios, garajes convertidos en piscinas, y el colapso del alcantarillado. Las excavadoras y los operarios se han visto obligados a salir al rescate de algunos vecinos que han quedado atrapados en los coches, después de ver cómo un metro de hielo y agua colapsaba las calles. Las lluvias han llegado a dejar 71 litros por metro cuadrado.

El temporal también ha dejado lluvias, aunque menos intensas, en lugares como Torà, en Lleida, donde se han registrado hasta 38 litros por metro cuadrado. Asimismo en Sant Julià de Vilatorta, en Barcelona, se han acumulado 24. Todo esto ha provocado que se haya mantenido la alerta naranja en Girona hasta las 21.00 horas. Igualmente, se han registrado otros episodios de temporal violento en zonas como Jussà, Noguera, Bages, Moianès, Osona, Berguedà, Solsonès, Alt Urgell y Segarra.

El sureste se recupera 

De forma totalmente opuesta, el sureste peninsular se va recuperando progresivamente de las graves consecuencias sufridas este martes. Los Servicios de Emergencias de la Comunidad Valenciana no han registrado ninguna intervención de los bomberos en Alicante ni Valencia a partir del mediodía. Debido a esta situación, el Centro de Comunicación de Emergencias rebajaba así el nivel naranja de preemergencia por lluvias y tormentas. Finalmente, han sido desactivados todos los avisos en Valencia, Alicante, Murcia y Almería. 

A pesar de esta ausencia de alertas, se han registrado precipitaciones importantes de hasta 67 litros por metro cuadrado en Jávea (Valencia) o 35 en Águilas (Murcia), unas cifras que distan notablemente de los 300 litros acumulados el día anterior en Cuevas de Almanzora (Almería). Por otra parte, la red alicantina de tranvía ya ha restablecido su comunicación, aunque todavía no se han reanudado las clases, al igual que tampoco lo ha hecho Murcia. 

La comunidad comandada por Fernando López Miras se va sobreponiendo poco a poco a los estragos sufridos. Por ello, la alcaldesa de Cartagena, Noelia Arroyo, y el propio presidente murciano, han reconocido que la ciudad portuaria ya se va recuperando. Respecto a las carreteras, actualmente ya no sufren cortes ni condicionantes, lo que deja claro la mejoría de la situación en estas provincias. 

Las lluvias por la DANA caen en las cuencas más afectadas por la sequía pero son solo "testimoniales" con cierto alivio en el campo

Una de cal y otra de arena

La parte más positiva de estas lluvias tiene que ver con la agricultura. Como certificaba este miércoles la Asociación Jóvenes Agricultores (ASAJA), estas precipitaciones suponen auténtica "agua de mayo" para el campo alicantino y "un respiro" para la producción de hortalizas, cítricos y almendros, si bien han llegado "demasiado tarde" para el cereal, cuyas cosechas "estaban perdidas en un 90% en la comarca de l'Alcoià". 

Sin embargo, estas lluvias torrenciales no son positivas en todos los aspectos. Por ello, Asaja también ha mostrado su preocupación por los olivares, que pueden sufrir con la abundancia de agua. 

En la misma línea, la presidenta provincial de Asaja en Almería, Adoración Blanque, ha señalado que en torno a unas 200 hectáreas de cultivo al aire libre de sandía se han visto perjudicadas. Además, las precipitaciones han afectado a la planta desaladora del Bajo Almanzora, inutilizada desde septiembre 2012.