Seis millones de hogares españoles no ingresan lo suficiente para cubrir sus necesidades básicas

Gente espera en las llamadas 'colas del hambre' en Aluche (Madrid).
Gente espera en las llamadas 'colas del hambre' en Aluche (Madrid).
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Gente espera en las llamadas 'colas del hambre' en Aluche (Madrid).

Tres de cada diez hogares no ingresan lo suficiente como para cubrir sus necesidades básicas. Dicho de otra manera, seis millones de familias no se pueden permitir un mínimo de gastos relacionados con la educación, la sanidad, la comida o la ropa que garantizan una vida digna. Así lo refleja el informe que Cáritas y la Fundación Foessa han presentado este jueves, -El coste de la vida y estrategias familiares para abordarlo-, el cual revela un empeoramiento de las condiciones de vida de un gran número de hogares en España.

"La lucha del día a día es que con lo poquito que cobramos tienes que ir a comprar. Comprar ropa a tus hijos. Vas al supermercado y está todo carísimo. Que el aceite que estaba a un euro y ahora a cuatro. Que no puedes permitirte el lujo de comprar pescado fresco. Con suerte puedes comprarte algo de congelado. Ternera tampoco. Todas las comidas son con pollo. Con pollo te hago lentejas, estofado, fideos, todo lo que tú quieras". Es el testimonio de Yolanda Diez, una mujer de 47 años que forma parte de esos seis millones de hogares en una situación de vulnerabilidad. 

Ella, que vive en Valencia con su marido y sus cuatro hijos, ha tenido días en los que debía elegir entre un gasto y otro. Si compra pescado, dice, es para que sus niños cenen. "Y es que por suerte tengo la beca de comedor. Si yo no como es problema mío, pero mis hijos sin comer no se van a quedar", sostiene.  

El informe muestra las secuelas de una sociedad que no se había recuperado de una crisis y ya estaba recibiendo el golpe de otra. Recoge datos e información de finales del año 2020 y principios del 2021, y analiza las condiciones de la vida de la población en base a una nueva forma de medir. Le llaman Presupuesto de Referencia para unas Condiciones de Vida Dignas (PRCVD) y se trata de un índice elaborado en base a los ocho indicadores imprescindibles para considerar que alguien tiene cubiertas todas sus necesidades básicas: alimentación, vestido y calzado, vivienda, vehículos y transportes, educación, salud y cuidado personal, relaciones y vida social, y ocio y cultura.

De este modo, se aborda la pobreza no solo a partir de los ingresos disponibles de un hogar, sino asociándolos también a las necesidades básicas de los hogares y, en definitiva, establece el presupuesto mínimo que una familia necesita para "vivir en dignidad" en un contexto concreto. Así, por ejemplo, si un hogar unipersonal en la ciudad de Cáceres necesita unos ingresos mínimos de 1.000 euros, ese umbral asciende a 1.400 para el caso de Barcelona

Una realidad "asfixiante"

Además, no solo influye el territorio en el que se viva, sino también el tipo de hogar del que se trate. Evidentemente, cuantas más personas a cargo (ya sea por cuidado de hijos o personas dependientes), mayor es el número que se necesita para cubrir los gastos, y, por tanto, mayor es la vulnerabilidad. La conclusión es que el 31,5% de los hogares en España vive en una realidad "asfixiante", pues cuenta con menos del 85% de ese presupuesto de referencia, esto es, con esos mínimos fijados por Cáritas según la región y las condiciones socioeconómicas. 

Según ha explicado Thomas Ubrich, miembro de la Fundación Foessa, durante la presentación del estudio, los hogares con "graves dificultades" para satisfacer sus necesidades básicas se encuentran, sobre todo, "entre los que viven en alquiler, hogares con niños en edad de estudiar, personas con discapacidad o dependencia, con deudas, ausencia de ingresos estables y desempleo de alguno o todos los miembros activos del hogar".

En este caso, para un hogar de una pareja con dos adolescentes mayores de 13 años en Madrid, ese 85% del presupuesto implicaría no llegar a los 2.900 mensuales. Es decir, que para considerar que ese hogar está pudiendo cubrir sus necesidades básicas (no solo la comida, sino también el internet o los suministros de gas, luz, agua...) debe ingresar, como mínimo, 2.900 euros al mes. En Orense, esa misma pareja necesitaría 2.400. 

80 de cada 100 euros a vivienda, transporte y comida

Cabe destacar, además, que el grueso de los ingresos de las familias va a partidas de gastos esenciales, tales como la vivienda, alimentación y el transporte, que son precisamente los que están soportando el mayor incremento de los precios. Concretamente, la inflación de los gastos en vivienda y suministros alcanzó en junio de 2022 el 19%, la de transporte también, y la de alimentación superó el mismo mes el 13%. 

"La inflación constante de los últimos meses y la acusada incidencia de la misma en estos tres grupos de gastos está dibujando un escenario especialmente preocupante para las familias con menos recursos", alerta Cáritas. Y es que, si antes de la crisis los hogares con ingresos inferiores a 1.500 euros al mes destinaban a vivienda, alimentación y transporte unos 61 euros por cada cien que registraban, al terminar el año estarán dedicando 80 de cada 100. "La incertidumbre generada por la guerra en Ucrania, la evolución de los costes energéticos y las cifras de inflación observadas en los últimos meses han incrementado aún más el riesgo de enquistamiento o cronificación de estas situaciones de exclusión social", ha advertido la secretaria general de Cáritas Española.

En consecuencia a esta situación, y precisamente para hacerle frente, las familias han tenido que tomar medidas y reducir gastos para afrontar la pérdida de capacidad económica. El informe revela que siete de cada diez hogares vulnerables han renunciado o reducido sus gastos en ropa y calzado. Casi la mitad (tres millones) ha recortado su presupuesto en alimentación y el 18% de hogares con niños (casi medio millón) ha dejado de usar el comedor escolar por no poder permitírselo. 

Pero hay gastos que no se pueden recortar de una forma tan tajante, como es el caso de la luz o el gas. Seis de cada diez hogares han optado por reducir el consumo de luz, agua o calefacción, y casi un cuarto ha tenido que pedir ayudas para pagar las facturas. 

Dejar de comprar gafas, prótesis o medicamentos

Y ya en el bloque de los gastos que directamente han eliminado de sus pagos mensuales se ebncuentran los accesorios sociosanitarios o los medicamentos. Según la investigación, un tercio de los hogares con dificultades renunció a comprarse un accesorio que necesitaba, como podrían ser unas gafas, prótesis o audífonos, y el 14% dejó de comprar algún medicamento por cuestiones económicas. 

"Es incuestionable que estas estrategias no son inocuas en la vida de las personas y familias que las tienen que activar. No son decisiones, sino imposiciones marcadas por la privación, estrategias de supervivencia con consecuencias negativas directas", ha subrayado Ubrich

Se necesitan "medidas urgentes"

Por ello, las entidades reclaman "medidas urgentes" para abordar esta situación y evitar que siga empeorando. La respuesta, aseguran, debe ir por varios caminos: reforzar el sistema de protección de las administraciones, garantizando que el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) llega a todas las personas que realmente lo necesitan; ampliar el parque de vivienda social en España; y aprobar una renta universal por crianza. 

"Parece claro que las políticas sociales han de complementar los ingresos de los hogares cuando estos no son suficientes, facilitar el acceso a puestos de trabajo estables y de calidad de modo que se evite la precariedad laboral, y promover el acceso a una vivienda digna y adecuada, mediante una política pública de vivienda", ha revindicado Ubrich. 

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