¿Por qué se escapan los perros? El miedo, el motivo más común por el que salen corriendo y dejan de acudir a nuestra llamada

Un perro corriendo en una foto de archivo.
Un perro corriendo en una foto de archivo.
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Un perro corriendo en una foto de archivo.

¿Alguna vez has visto algún cartel de "Se busca perro"? Los perros se pierden, se extravían y también se escapan pero, ¿por qué un perro huiría de su dueño, sabiendo que éste es quién le ofrece un hogar calentito, comida y cariño? El motivo principal es muy claro: por miedo.

Existen varias razones por las que un perro puede huir durante un paseo: puede tratarse de un perro recién llegado al hogar, que todavía no nos obedezca demasiado, que salga corriendo un momento y se extravíe; puede que se trate de haya una hembra en celo y que se está dejando llevar por sus instintos y, lo más frecuente, que lo haga por miedo.

"Si hay algo que lo asusta, ya sea un ruido o el propio entorno, el perro, al igual que haríamos nosotros, tenderá a huir de aquello que le asusta", explica Sonia Losada (también conocida como Xila's Training), profesora en activo del curso profesional de Educación canina y Adiestrameinto de l'Escola d'oficis de Catalunya. 

La educadora canina detalla que "una vez el perro ha entrado en pánico, da igual que le llames o le pidas que venga a ti, el animal está ya fuera de sí y no va ni siquiera a reconocerte como su dueño por la ansiedad que está teniendo". "La única opción que queda en ese momento es atraparlo, ya que pretender alcanzarlo no suele tener buenos resultados", añade.

La importancia del vínculo

Para evitar que nuestro perro reaccione de esta forma ante un estímulo tan potente como lo es el miedo, tendremos que haber trabajado mucho antes nuestro vínculo con él, ya que es la única vía que tenemos de evitar que salga huyendo.

"Si el animal tiene un buen vínculo contigo, si justo tras haberse asustado lo llamas, puede reaccionar e ir hacia ti, ya que relacionará tu figura con algo seguro y sabrá que te lo vas a llevar de allí, el lugar donde se ha asustado", detalla Losada.

La experta en conducta canina pone un ejemplo muy típico, el del sonido de los petardos: "Si tu perro oye un petardo y se asusta, es posible que salga huyendo en dirección contraria, pero si en ese momento tú lo llamas, le estás ofreciendo la opción de irse de allí".

"Por lo tanto, si no tenemos aún un vínculo con nuestro peludo, porque lleve poco tiempo con nosotros, por ejemplo, lo mejor es no soltarlo en ningún momento del paseo y llevarlo siempre atado", aconseja Losada. "No hay que tener prisa para dejarlo libre, hay que enseñarlo bien para que atienda a la llamada y, las primeras veces, soltarlo en sitios seguros".

Si no tenemos aún un vínculo con nuestro perro, lo mejor es no soltarlo en ningún momento del paseo

Pero, ¿qué podemos hacer si ya es tarde y, a pesar de tener un buen vínculo, nuestro perro ya ha entrado en pánico y ha empezado a correr? Losada explica que "hay que intentar encerrarlo en algún sitio donde lo puedas atrapar, a base de ir contándole el paso". 

"Obviamente, hacer esto solo es complicado, pero entre varias personas se puede hacer", comenta. "Lo ideal sería que la gente de alrededor, al ver esta situación, reaccionase y, si el perro corriera hacia ellos, intentasen atraparlo, pero para eso tiene que cambiar la mentalidad de la sociedad".

A la hora de evitar este comportamiento, Losada insiste en "no soltarles antes de forjar un vínculo" y enumera algunas herramientas que pueden ser útiles para reforzar la seguridad de nuestros compañeros de cuatro patas.

"Se puede utilizar un arnés de tres tiras, la correa por el suelo de cinco o diez metros o collares con GPS que, aunque no facilitarán el atraparlo si se escapa, nos permitirán saber dónde están", enumera. "Y, por supuesto, si el perro tiene algún miedo a algo concreto, consultarlo con un educador o etólogo para tratarlo".

Cómo evitar otros escapes por celo o exploración

Aunque el miedo es el motivo principal por el que un perro puede escaparse, hemos mencionado otros como los periodos de celo, en los cuales tendremos que tener más cuidado y evitar soltarles hasta que lo pasen; pero hay más razones que pueden provocar que nuestro perro se escape o se extravíe.

Una muy común en algunas zonas donde hay gatos callejeros o conejos es que el animal salga corriendo detrás de ellos. "Cuando jugamos a la pelota con ellos, fomentamos el comportamiento de seguir cosas en movimiento, por lo que puede que nuestro perro, al ver un conejo en mitad del campo, salga corriendo tras él", comenta Losada.

"También puede ser que sea la primera vez que vea uno de estos animales, se acerque porque quiera olerlo, el gato o conejo salga corriendo, y el vaya detrás intentando seguir su olor, por simple curiosidad", añade la experta en educación canina.

Cuando jugamos a la pelota con ellos, fomentamos el comportamiento de seguir cosas en movimiento

Por otro lado, también ocurre que, en entornos desconocidos o nuevos, los perros quieran explorar. "Van olfateando, alejándose sin darse cuenta y, de repente, te pierden de vista", explica Losada. "Ahí es cuando se ponen nerviosos y, a veces, echan a correr o a caminar rápido, buscándote, sin darse cuenta que se están alejando de ti aún más".

La especialista en comportamiento canino añade que esto también pasa si nuestro perro no está acostumbrado a estar suelto. "Cuando son cachorros, época en la que se dispersan más o todavía no responden bien a la llamada, se pueden perder con facilidad si vamos a sitios nuevos por lo mismo, porque les da curiosidad algo, se distraen y se extravían", afirma.

"En cualquiera de estos casos, podemos utilizar una correa larga, de las de cinco o diez metros de longitud las cuales, si se aleja mucho o sale corriendo, todavía podemos pisarla o pedirle a alguien que la pise", propone como solución la educadora canina. "También evitar áreas en las que sepamos que puede haber gatos o conejos y tener especial cuidado en los parques con colinas o muchos árboles, donde sea fácil perderles de vista".

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