España está siendo afectada este año por condiciones meteorológicas adversas y desastres naturales que ponen en riesgo a personas, animales y vegetación de distintas partes del país. En concreto, la suma de las olas de calor, la falta de lluvias y los incendios forestales ha resultado en consecuencias desfavorables que caracterizarán este verano.

Las altas temperaturas comenzaron a ser bastante notables aún en primavera, a principios de mayo, por lo que, según la AEMET, podría decirse que "este año el calor comenzó muy pronto". Así, en la primera quincena de junio el país ya sufría su primera ola de calor, que duró ocho días y afectó a 38 provincias. 

Tres semanas más tarde daba comienzo la segunda ola, la cual duró más de dos semanas y afectó a 40 provincias, convirtiéndose en la más intensa, una de las más extensas y la segunda más larga desde que hay registros. Además, julio de 2022 también se posicionó como el mes más cálido en la historia de España.

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El calor y la ausencia de lluvias intensifican la sequía

Al calor persistente lo ha acompañado una falta de lluvias acumulada que ha provocado que, en lo que va de año hidrológico (que comienza el 1 de octubre y finaliza el 30 de septiembre), haya llovido una media de 430 litros por metro cuadrado, frente a la cifra normal de 583 litros por metro cuadrado. En este sentido, hasta el 16 de agosto ha habido un 26% menos de precipitaciones acumuladas.

Atendiendo a los datos del 10 al 16 de agosto, las cantidades no han alcanzado los valores normales en gran parte de la Península, salvo en las provincias de Granada, Almería, Murcia y la Comunidad Valenciana, así como puntos de la cornisa cantábrica y de Baleares. En Canarias, la precipitación tampoco ha superado los valores normales en ninguna de las islas, quedando por debajo del 50% de su media. 

De este modo, el calor y la falta de lluvias han propiciado el escenario perfecto para las sequías: el período desde el 1 de mayo al 15 de agosto ha resultado ser el más seco desde, al menos, 1950. Y es que un fenómeno alimenta al otro, ya que la unión de temperaturas altas con una humedad muy baja hace que se seque el terreno.

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España se encuentra en extrema sequía en varias comunidades. Según un informe acerca de la sequía y escasez de julio de 2022, del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, un 32,6% del territorio español está en una situación de "sequía prolongada". Por ello, en lugares como Andalucía, Galicia, Cataluña, Cantabria o Castilla y León ya se están adoptado medidas para gestionar sus recursos hídricos.

Así, el secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, ha declarado que la actual situación de escasez de agua es "la más grave en los últimos quince años”, puesto que las altas temperaturas y la ausencia de lluvias han llevado al límite las reservas de los embalses.

El peor año de incendios de la última década

Todos los fenómenos anteriores causan efectos negativos. Sin embargo, uno de los verdaderos peligros viene cuando la vegetación seca pasa a ser combustible y se crea un ambiente muy favorable para la aparición y propagación de incendios forestales, como los que ya han arrasado 286.418 hectáreas desde enero hasta el 19 de agosto, según Copernicus.

Estos datos reflejan que la cantidad es más del quíntuple de la media de la última década, cifrada en 54.381 hectáreas. De este modo, España se sitúa a la cabeza de los países con más superficie calcinada este verano, seguida de Rumanía con 149.172 hectáreas arrasadas.

Si los veranos van a ser así, ¿qué tiene que hacer España para evitar tantos incendios y tan destructivos?

Además, las tormentas secas que se han producido, que han estado acompañadas de fuertes rachas de viento y abundante aparato eléctrico, han llegado a complicar aún más la extinción de los fuegos e, incluso, han generado algunos por la caída de rayos, como en Catí y Albocàsser (Valencia).

En lo que va de año, los servicios de extinción de incendios han tenido que trabajar en la extinción de 43 grandes incendios. Asimismo, hasta el 7 de agosto, se han contabilizado 7.234 siniestros, de los cuales 2.298 se consideran incendios y el resto (4.936), conatos.