Los cambios en el PSOE aplazan sin fecha la reunión que exigió Díaz a Sánchez tras chocar por el aumento del gasto militar

El presidente Pedro Sánchez y la vicepresidenta Yolanda Díaz conversan el lunes.
El presidente Pedro Sánchez y la vicepresidenta Yolanda Díaz conversan el lunes.
EFE
El presidente Pedro Sánchez y la vicepresidenta Yolanda Díaz conversan el lunes.

La reunión de la mesa de seguimiento del pacto PSOE-Unidas Podemos parece que no era tan urgente como inicialmente se planteó. Hace menos de un mes que el último gran choque en el Gobierno de coalición, a raíz de la aprobación de un crédito extraordinario de casi 1.000 millones de euros para aumentar el gasto militar, llevó a la vicepresidenta segunda y líder de los morados en el Ejecutivo, Yolanda Díaz, a exigir la convocatoria de esa comisión de forma inminente. Tres semanas después, aún no se ha producido y los recientes cambios en el PSOE van a postergar aún más esa reunión.

Así lo ha confirmado el portavoz de Unidas Podemos en el Congreso, Pablo Echenique, quien apuesta por dar algo de tiempo a los socialistas tras la remodelación de calado que impulsó el pasado sábado el secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. La reunión de la mesa de seguimiento, por tanto, sigue sin fecha y es más que probable que de celebrarse, si se celebra, sea después del parón veraniego.

En una entrevista con la agencia Europa Press, Echenique cree que lo oportuno es esperar a que se asienten en sus puestos los nuevos perfiles del PSOE para celebrar la comisión de seguimiento de la coalición, dado que ahora está en el "aire" quiénes deben componer la delegación socialista en esta mesa de interlocución.

No han sido muchos los nombres que han cambiado en el PSOE, pero la remodelación confirmada el sábado pasado por el Comité Federal del partido es profunda. No en vano, Sánchez ha sustituido a los portavoces tanto en la formación como en el Congreso: la ministra de Educación, Pilar Alegría, y el exlehendakari Patxi López se harán cargo de esas tareas, respectivamente. Por otro lado, la dimisión de Adriana Lastra como vicesecretaria general del PSOE hace una semana ha encumbrado como nueva 'número dos' a la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, que se convierte, de este modo, en uno de los grandes activos del partido. La conexión PSOE-Moncloa termina así de afianzarse para preparar el final de la legislatura y el importante ciclo electoral que se avecina en 2023.

Todos estos cambios son, para Echenique, "como cualquier otro" en un partido, por lo que descarta que puedan afectar a la estabilidad del Gobierno de coalición. Pero sí van a retrasar sine die esa mesa de seguimiento del pacto PSOE-Unidas Podemos que Yolanda Díaz dijo a principios de julio que debía reunirse de forma "urgente". 

El gasto militar, centro de la tensión en la coalición

El aumento del gasto militar en España comprometido oficialmente por Sánchez en la Cumbre de la OTAN de Madrid no gustó nada al socio minoritario de la coalición y es uno de los asuntos que resultan más problemáticos para los morados y que han generado más choques en el seno del Gobierno en los últimos meses. Ya hubo tensiones cuando el jefe del Ejecutivo anunció el envío de armas ofensivas a Ucrania -generando, a su vez, división en las filas de Unidas Podemos- y cuando fue adelantando la idea de ir incrementando progresivamente el gasto en Defensa hasta alcanzar en los próximos años el 2% del PIB, como reclama la Alianza Atlántica desde hace años.

Después de que el pasado 5 de julio la vicepresidenta segunda elevara el tono tras la aprobación del crédito extraordinario de casi 1.000 millones de euros para Defensa y de que desde Unidas Podemos se acusara al PSOE de no haberles comunicado esta decisión, la portavoz del Gobierno, la socialista Isabel Rodríguez, minimizó estas tensiones y normalizó la reunión de la mesa de seguimiento, aunque recalcó que los socios del Ejecutivo ya se reúnen "habitualmente" en distintos foros tales como, por ejemplo, el Consejo de Ministros cada martes. Y advirtió además: "La coalición no es un fin en sí mismo. Este Gobierno se debe a España, a los españoles y españolas".

Pasaron los días y la mesa de seguimiento no se reunió. Y llegó a mediados de julio el Debate sobre el estado de la Nación, con el que Pedro Sánchez confiaba en que los anuncios que iba a hacer, profundizando en la línea social del Ejecutivo, cohesionarían la coalición y rebajarían las tensiones de las anteriores semanas.

Dicho y hecho: impuestos extraordinarios durante dos años a las empresas energéticas y a los grandes bancos, así como nuevas ayudas al transporte, fueron recibidas más que bien por Unidas Podemos, que las consideran un "cambio de rumbo" del presidente.

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