Llega el 'sanchismo 3.0': Pedro Sánchez remodela el PSOE con veteranía, la mano de Moncloa y la vista puesta en las elecciones

  • El PSOE celebra hoy un Comité Federal del que se espera que salga un partido renovado y de renombre.
  • López vuelve a primera línea, María Jesús Montero tendrá mando en plaza y Pilar Alegría será la voz del socialismo.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, sonríe en un turno de réplica durante el debate sobre el estado de la nación.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, sonríe en un turno de réplica durante el Debate sobre el estado de la Nación.
Chema Moya / EFE
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, sonríe en un turno de réplica durante el debate sobre el estado de la nación.

Pedro Sánchez vuelve a tirar de su Manual de Resistencia. No está en su biografía, eso sí, el 'sanchismo 3.0', un último movimiento con el que el presidente del Gobierno pretende darle la vuelta a las encuestas y llegar en buena posición a las elecciones generales de 2023, en las que intentará revalidar La Moncloa. Este sábado, está previsto que el Comité Federal dé el visto bueno a la revolución que el también secretario general de los socialistas ha planeado, con veteranía, nombres queridos dentro del partido y con la intención de que el palacio presidencial tenga peso en Ferraz, el cuartel general de los socialistas.

El pragmatismo es la seña más reconocible de un Sánchez que ha demostrado que no le importa dejar en la estacada a quien le acompañó desde el principio. La mejor prueba de ello es Adriana Lastra. Copiloto del Peugot con el que el presidente recorrió España para resurgir de sus cenizas, su papel se fue diluyendo hasta anunciar el pasado lunes su dimisión. Quizá Pablo Casado hubiera sobrevivido más tiempo si hubiera entendido que a veces hay que dejar caer a los escuderos. Al menos, si te lo piden desde el partido, como pasó con Teodoro García Egea, o si las encuestas no acompañan, como en el caso del PSOE, que este mes ha sido superado por el Partido Popular de Alberto Núñez Feijóo en el CIS por primera vez desde 2018 -las encuestadoras privadas llevan meses reflejándolo-.

El lugar de la política asturiana lo ocupará un peso pesado del Gobierno: María Jesús Montero. Con buena relación con la prensa tras ser portavoz del Ejecutivo entre enero de 2020 y julio de 2021, también lleva el Ministerio de Hacienda. Hábil negociadora -no en vano, ha logrado aprobar dos Presupuestos Generales del Estado con una coalición sin mayoría absoluta-, su nombramiento también es un mensaje político en sí mismo. Además de la guerra fiscal declarada a las energéticas y a las entidades financieras con el impuesto que vendrá a gravar sus beneficios extraordinarios, es un contrapeso perfecto para taponar la fuga de votos socialistas que podría suponer Juanma Moreno, recién reforzado con una mayoría absoluta inédita en Andalucía.

Con todo, no será el de Lastra el único movimiento del Comité Federal de este sábado. Su pragmatismo le permite a Sánchez corregirse, desdecirse, de unos cambios que acometió hace menos de un año. Era septiembre de 2021 cuando anunció que la propia Lastra dejaba de ser la voz del PSOE en el Congreso para dejar paso a Héctor Gómez, desconocido entre el público general pero cercano a Sánchez. Un mes más tarde, Felipe Sicilia, del ámbito de Lastra, fue ascendido a la portavocía del PSOE, hasta entonces ocupada por un desaparecido Óscar Puente, alcalde de Valladolid. Ninguno de los dos será ratificado hoy, tras unos meses de tensión en Moncloa por lo que consideran fallos comunicativos.

En su lugar, Sánchez opta por dos nombres que aportarán veteranía y contentan al partido, porque cosen en cierta medida las rencillas abiertas en 2016. Cabe recordar que Montero fue la portavoz de la candidatura a las primarias de Susana Díaz, en la que también participó el otro gran fichaje de Moncloa para el PSOE: Pilar Alegría. A partir de hoy, la ministra de Educación será su portavoz. La ministra venía sonando con fuerza por los pasillos de Ferraz como figura emergente, algo que queda confirmado ahora con su fulgurante ascenso. Hace siete años fue nombrada consejera de Innovación, Investigación y Universidad de Aragón. En 2019 ganó las elecciones municipales de Zaragoza, aunque no pudo gobernar, y hace un año fue nombrada responsable de Educación.

En esas primarias fueron tres las candidaturas. Además de la vencedora -la de Sánchez- y la de Díaz, también se presentó Patxi López, que ahora será el portavoz del PSOE en el Congreso. Su nombre estaba en boca de todos, aunque eso siempre ha sido así cuando el partido ha pasado por horas bajas. También cuando descabezaron a Sánchez. Su tarea ahora será diferente, pues deberá intentar que los logros parlamentarios del Ejecutivo, que estando en minoría ha aprobado más leyes que Mariano Rajoy en su primera legislatura, se destaquen más y no se oiga tanto el ruido que se genera cada vez que los socialistas pactan con ERC o Bildu.

Está por ver si todos ellos se integran en un grupo al máximo nivel dentro del PSOE que estudia crear Sánchez en el que estarían varios ministros y, también, su jefe de Gabinete, Óscar López. De esta forma, vuelve a introducir en la primera línea de Ferraz a un hombre de partido que ya rescató el pasado año para Moncloa. López, Sánchez y también Antonio Hernando -otro defenestrado por el 'sanchismo' y recuperado hace pocos meses por el presidente- trabajaron juntos en el equipo de Pepe Blanco cuando éste era secretario de Organización. Después, Sánchez se convirtió en secretario general, Hernando en portavoz en el Congreso y López en el rostro de los socialistas en el Senado, aunque la abstención para hacer presidente a Rajoy rompió la relación entre los tres.

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