También a los perros el amor les ayuda a dormir mejor, un estudio muestra los beneficios de un buen vínculo con sus dueños

  • Para este estudio, han utilizado el mismo método que se utiliza para evaluar el apego entre madres e hijos.
Perro durmiendo.
Perro durmiendo.
20minutos
Perro durmiendo.

En psicología, el apego se define como un vínculo social en el que la figura del apego representa un “refugio seguro” para el apegado. Esta relación afectiva tiene un impacto directo ayudando a reducir el nivel de estrés y a generar una sensación de seguridad.

Un estudio recientemente publicado por el departamento de etología canina de la Universidad Eötvös Loránd, en Budapest, Hungría, demuestra que los perros duermen mejor y su sueño es más reparador cuando mantienen un vínculo afectivo fuerte con sus dueños. Este lazo de apego afecta a la calidad y patrón del sueño, es decir, el tiempo que pasan en las etapas del mismo, y a su actividad cerebral.

Para llegar a esta conclusión, examinaron la actividad cerebral de los perros mediante una electroencefalografía (EEG), un método no invasivo, en un entorno desconocido donde pidieron a los 42 dueños y a sus respectivos perros que han formado parte del estudio que se echaran una siesta.

Para identificar el nivel de apego, los investigadores analizaron la relación que mantenían y si el dueño, en este caso, mostraba una actitud cariñosa, de apoyo y acompañamiento a su perro en el entorno desconocido. Posteriormente, midieron el nivel de estrés de los perros cuando sus cuidadores o dueños se iban de la habitación, y sus actitudes a solas hasta que sus cuidadores regresaban (si mostraban inquietud o el tiempo que permanecían junto a la puerta). Así, pudieron codificar y puntuar la fuerza del apego entre los 42 participantes. Posteriormente, a través de los electrodos del encefalograma, y cuando perros y dueños se echaron la siesta en el laboratorio, de duración de una a tres horas, pudieron registrar la calidad del sueño y la actividad cerebral de los animales.

Cuanto más estrecha y positiva era la relación entre perro y dueño en la escala de apego, los canes pasaban más tiempo en la etapa del sueño profundo, o NREM, la etapa en la que no hay movimiento ocular rápido, por lo que se extrae que la presencia de su dueño o guía y sobre todo el vínculo afectivo que han formado, si es positivo y profundo, les proporcionaba una sensación de seguridad y un ambiente más reconfortante, favoreciendo que el perro se relajara y se sintiera a salvo.

Por el contrario, entre las parejas de perro y dueño que presentaban menos apego o vínculo entre sí, estos animales pasaron menos tiempo en la etapa de sueño profundo, de manera que su descanso era ligero y su lenguaje corporal más tenso y a la defensiva, preparados para reaccionar rápidamente en caso de una amenaza.

En los humanos, la neurociencia ya ha hallado evidencias de que el apego afectivo nos influye en la calidad del sueño, y que descansamos más y mejor cuando estamos junto a personas con las que nos unen lazos emocionales profundos. Con este estudio, los investigadores revelan que para los perros domésticos, y en un entorno desconocido, la existencia de esta relación social estrecha también supone un fuerte componente de tranquilidad y seguridad.

Tal como ha señalado en el comunicado de prensa Cecília Carreiro, la veterinaria etóloga que ha encabezado el equipo de investigadores: “Dormir en un lugar nuevo por primera vez suele ser estresante. Este estudio sugiere que, gracias a su presencia, un dueño que ha creado un vínculo afectivo con su perro le proporciona un entorno de seguridad y confianza, favoreciendo que puedan relajarse y descansar mejor”.

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