España es el tercer país de la UE que recibe más peticiones de asilo, pero solo aprueba el 10% de las resoluciones

Decenas de afganos recién llegados a España hacen cola en la base de Torrejón de Ardoz.
Decenas de afganos recién llegados a España hacen cola en la base de Torrejón de Ardoz.
FERNANDO VILLAR / EFE
Decenas de afganos recién llegados a España hacen cola en la base de Torrejón de Ardoz.

El recrudecimiento de conflictos, el aumento del impacto de fenómenos climáticos y la reactivación de rutas migratorias tras la pandemia generaron en 2021 el caldo de cultivo perfecto para que se registraran cifras históricas en materia de refugio y asilo. Más de 85 millones de personas tuvieron que desplazarse de manera forzada en todo el mundo, siendo España el tercer país de la Unión Europea (UE) que atendió a un mayor número de solicitantes de asilo, según el informe anual de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR). Pero pese a duplicarse la tasa española de reconocimiento de protección internacional (un 10,5%), sigue lejos de alcanzar la media europea, que asciende a un 35%. 

Las puertas de entrada principales siguen siendo las Islas Canarias y la costa andaluza. Pero en un año todavía marcado en los primeros meses por las restricciones de viajes, se dieron una serie de circunstancias particulares, como el episodio de llegadas a nado a Ceuta de más de 8.000 personas en mayo de 2021, o la salida forzada de miles de personas de Afganistán tras la toma de poder de los talibanes en agosto.

La llegada masiva de personas de Ceuta disparó el número de solicitudes de asilo en la ciudad autónoma: de 285 en 2020 a 3.152 en 2021. Lo mismo sucedió con el caso de Afganistán: se produjeron 1.622 solicitudes frente a las apenas 34 del año anterior. Pero en CEAR destacan: si la evacuación de personas afganas fue un ejemplo de "voluntad política", en la ciudad autónoma se produjeron "falta de identificación de situaciones de vulnerabilidad y devoluciones sumarias".

Aun así, y pese a que España es el tercer país europeo receptor de solicitantes de asilo de -por detrás de Alemania y Francia-, el número de personas que demandaron protección en 2021 descendió un 26%, en línea con la tendencia a la baja que ya se registró en el ejercicio anterior. 65.404 personas buscaron refugio en el país, en comparación con las 88.762 de 2020. "Durante los dos años de esta pandemia mundial, las solicitudes de asilo en España han descendido en más del 55%", destaca el documento. El 15% de esas solicitudes procede de niños y niñas.

Entre las razones de ese descenso, según CEAR, están el impacto de las restricciones de movimiento por la pandemia, la "escasez" de citas y "retrasos" en el sistema de acogida, o "criterios dispares en el procedimiento de protección". Además, alerta la Comisión, las dificultades aumentaron "sustancialmente" por el nuevo sistema de acceso telemático al procedimiento de protección internacional a través del cual, según denuncian, la posibilidad de concertar una cita previa es "escasa o nula", lo que, tal y como señala el informe al que ha tenido acceso 20minutos, genera "un colapso invisibilizado en el acceso al procedimiento".

"No puede ser posible que, en un país como España, para formalizar una solicitud de asilo se tarden entre seis y ocho meses", ha denunciado la directora general de CEAR, Estrella Galán, durante la presentación del informe en el Congreso de los Diputados. Lo que está provocando esas trabas, según ha contado, es que hay infinidad de personas que se quedan en un "limbo", pendientes de una cita, y que además se ha generado todo un mercado negro en el que se venden citas para solicitar asilo.

Cambio en el perfil de los solicitantes

Por tercer año consecutivo, Venezuela (15.995 solicitantes) y Colombia (11.567) se mantienen como los principales países de origen de las personas que piden asilo en España. Pero, tal y como reseña CEAR, se produjo en 2021 un "cambio de tendencia" respecto al perfil de las personas solicitantes. En los últimos años, la mayoría (el 80%) de los demandantes eran personas procedentes de América Latina con grupos familiares "extensos"; pero en 2021 el perfil principal ha sido el de hombres "jóvenes, de origen africano y que migran en solitario", principalmente de Marruecos, Mali y Senegal

Y no solo ha habido un cambio en el origen. La diferencia entre hombres y mujeres también se ha ensanchado. Lo habitual es que haya una diferencia de en torno al 10% entre los hombres solicitantes de asilo y las mujeres. Pues bien, durante el año 2021, esa diferencia se ha disparado hasta un 28%: el 64,07% fueron hombres y el 35,93% mujeres. 

Lejos de la tasa de reconocimiento europea

Desde la ONG reconocen cierta mejora en el número de solicitudes resueltas, aunque denuncian que España sigue todavía lejos de alcanzar la media europea. Se tramitaron 71.830 expedientes de solicitud de protección (un 37% menos que el año pasado), pero la tasa de solicitudes aceptadas se duplicó: si en 2020 solo se archivaron como favorables el 5%, en 2021 fueron el 10,5%. 

"Lamentablemente, sigue muy alejada de la media europea, que asciende a un 35%", incide el informe, señalando que, además, 104.010 personas seguían a finales de año pendientes de resolución, y "a la espera de una decisión que cambie sus vidas". 

Más de 2.000 vidas perdidas en el Mediterráneo

Las situaciones de conflicto a las puertas de Europa causaron un incremento del 52% del número de llegadas irregulares (15.417) respecto al año anterior. De ese total, 8 de cada 10 se produjeron por vía marítima, siendo Italia (45%) y España (34%) los países que más llegadas recibieron. 

Una vez más, lamenta la ONG, el Mar Mediterráneo se convirtió en "una gigantesca fosa común": el 37% de las muertes de personas migrantes de todo el mundo se dieron en sus aguas. Solo en 2021, 2.048 vidas se perdían en el Mediterráneo (622 más que en 2020); la cifra más alta desde 2016. "Son las que hemos contabilizado, pero sabemos que son muchos los desaparecidos que ni siquiera aparecen en esas cifras", ha subrayado la directora general de la ONG, Estrella Galán. 

Con todo, y a pesar de los miles de millones de migrantes que recibe la Unión Europea cada año, solo hay un país comunitario, Alemania, que se encuentre entre los diez principales países de acogida del mundo. Los datos de CEAR indican que actualmente el país germano acoge a 1,2 millones de personas, apenas un tercio de las que hay en Turquía. 

Ya a nivel mundial, la organización alerta de que cada vez hay más desplazados como consecuencia del cambio climático y la degradación ambiental. Y los más damnificados son los del Sur Global, los países subdesarrollados o en desarrollo, pese a que los principales responsables son los del Norte. "Se estima que podrían ser más de 250 millones de desplazados en 2050", advierten desde la ONG, denunciando los "vacíos normativos" que persisten para la protección de estas personas. 

La acogida a los refugiados ucranianos, un ejemplo a seguir

"Desde CEAR queremos hacer reflexión de la reciente experiencia en Ucrania, que puede servir como oportunidad para poner en marcha medidas que mejorarían nuestro sistema", ha subrayado Galán durante u comparecencia en la Cámara baja. El éxodo masivo de personas que huyen de la invasión rusa en ucrania y la gestión y la involucración de la Unión Europea pueden, con matices, calificarse como "excelentes", ha destacado la directora de la ONG. El hecho de que, en España, por ejemplo, los refugiados estén consiguiendo recibir la documentación en 24 horas es un ejemplo de que otra vía más ágil es posible y que, en palabras de Galán, "no hay excusas". 

Por ello, una de las reivindicaciones de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado es, precisamente, que se hagan permanentes y extensibles a todos los solicitantes de asilo los llamados Centros de Recepción, Atención y Derivación (CREADE), puestos de marcha a raíz del conflicto en el este de Europa. Servirían, según la organización, de "ventanillas únicas de asilo" a través de las cuales solicitar protección internacional.

"En los grandes exilios forzosos de 2021 y de este año hemos visto las dos caras de la UE y de España. Es importante aprender de las buenas prácticas y que se promueva siempre un mensaje positivo vinculado a quienes acogemos en los países de recepción para evitar los miedos y el rechazo social, garantizando el acceso a la protección como punto de partida de cualquier Estado de Derecho", ha concluido Galán.

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