La residencia no lucrativa, sin autorización para trabajar, ha dejado de ser la situación habitual de miles de jóvenes migrantes extutelados en España. En cifras, 4 de cada 5 ya tienen permiso para ingresar al mercado laboral. Es el resultado de los seis primeros meses de aplicación de la reforma del reglamento de Extranjería con la que el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones allanó el camino a un colectivo que, hasta entonces, se enfrentaba a un laberinto burocrático cuyas únicas salidas conducían en muchos casos hacia a la irregularidad y la exclusión una vez superaban la mayoría de edad.
A gran escala, desde noviembre del año pasado se han concedido más de 9.300 permisos, entre los 3.504 de residencia a menores y los 5.815 de residencia y trabajo para los jóvenes extutelados.
"Los datos han superado nuestras expectativas", ha reconocido el ministro José Luís Escrivá, durante la presentación del balance de la iniciativa que echó a andar en noviembre de 2021 y de la que, de momento, solo se manejan las cifras hasta marzo de 2022. "Los números podrían ser aún mejores", ha dicho, para añadir que existen alrededor de 1.200 expedientes de estos permisos en tramitación que "se resolverán en los próximos meses".
En cualquier caso, el balance es "muy positivo" a ojos del ministro, una vez se ha cumplido "el 60%" del objetivo que se había puesto el Gobierno con esta iniciativa": beneficiar a unos 15.000 menores y jóvenes.
Además, la incorporación de estos jóvenes en el mundo del empleo no se queda atrás: casi 2.500 han encontrado trabajo en los últimos meses y 1150 logran el alta en la Seguridad Social en el mismo mes en el que obtienen la documentación, tal y como ha explicado el titular de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones. La hostelería, la agricultura y el comercio son los principales sectores en los que trabajan, ha añadido.
"Es el resultado del nuevo marco normativo, el trabajo que se hace desde la administración y la actitud de los jóvenes de aprovechar oportunidades", ha valorado Escrivá.
"Nos ayudó muchísimo"
De los datos a las historias. Esta mañana han acompañado al ministro cinco jóvenes migrantes extutelados cuyo camino hasta conseguir un empleo ha estado plagado de adversidades. Dos ellos, Tarik y Elhoucine, han compartido su experiencia con los asistentes.
Tarik es camarero en Jerez de la Frontera (Cádiz). Habla en perfecto castellano, pues, hace siete años que llegó a España. Sufre de diabetes, una enfermedad que en su país, Marruecos, todavía "no está controlada del todo", ha dicho.
Ha vivido en centros de menores de Melilla y Córdoba y cumplió los 18 años justo al mismo tiempo en el que se implantaba la reforma de Extranjería. Gracias a ella, trabaja sirviendo "las meriendas y cenas" en un restaurante en el que sus dueños, según ha contado, lo tratan "como si fuera uno de sus hijos".
Elhoucine es un poco más mayor. Tiene 21 años y llegó en 2018 a la península. "Un camino largo y difícil", ha relatado. Ahora, su vida es más fácil. Después de realizar muchas prácticas y que nadie lo contratara por no tener papeles, ha conseguido un trabajo de hostelero. Sus años de estudio de cocina han dado sus frutos.
"Cuando salió la ley nos ayudó muchísimo", ha reconocido estando cada vez vez más cerca de alcanzar su sueño. Abrir su propio negocio de hostelería.
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