El desabastecimiento se comienza a notar en los mercados: "Falta pescado de arrastre, boquerón, anchoa, sardina..."

David, en el puesto de pescado en el que está empleado.
David, en el puesto de pescado en el que está empleado.
PATRICIA ANTÓN
David, en el puesto de pescado en el que está empleado.

Desde lejos, no parece que en las pescaderías del madrileño mercado de Santa María de la Cabeza falte género. Los puestos están bien abastecidos y hay variedad. Sin embargo, al acercarse, la cosa cambia. Boquerones, sardinas, anchoas... el pescado pequeño brilla por su ausencia y, si lo hay, el precio está disparado. La guerra en Ucrania, que dura ya un mes, y el paro de transportistas, iniciado hace una semana y media, han provocado la falta de estos productos y de otros, como la leche, la pasta y la harina.

"No es cierto que esté todo desabastecido. Algunas cosas han fallado, como la pesca de arrastre, boquerones, bacaladillas, sardinas, jurelillos... pero otras no. Por lo demás, en Madrid, apenas se ha notado. Tienes merluza, pescadilla, lubina...", explica Luis, empleado de un puesto del mercado, que achaca la ausencia de suministro del género más pequeño no solo al paro de conductores, sino también al temporal de los últimos días en las costas del sur de España.

Esta falta del género de menor tamaño también la han percibido David y Rafael, empleados de otro puesto de pescado del mismo mercado, que sí que tiene boquerón en su expositor. Reconocen que, aunque escasea, han conseguido traerlo, pero con un precio mucho más elevado. Roza los diez euros el kilo. Con ellos coincide Rafael, tras el mostrador de otra tienda: "Si viene, viene más caro".

"La pesca de arrastre es la que falta: boquerón, sardinas, bacaladillas, jurelillos..."

El incremento del precio del combustible desde el inicio de la guerra en Ucrania y el consiguiente paro de los transportistas españoles para reclamar medidas para paliarlo ha puesto en jaque a muchos sectores, que no pueden enviar sus productos o les resulta imposible recibirlos. En el caso de las pescaderías, a esta coyuntura se une el amarre desde hace tres días de la flota en gran parte de los puertos españoles para protestar por el coste del gasóleo, que supone el 50% de los gastos de explotación de sus barcos.

No obstante, la Federación Nacional de Cofradías Pesqueras (FNCP) optó este miércoles por interrumpir el paro general y volver a faenar, tras el anuncio del ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, sobre las medidas del Gobierno para compensar el alza del gasóleo marino. Esta decisión llegó tras un encuentro con el Ejecutivo, que adoptará una serie de disposiciones al respecto el próximo martes. 

Roberto, pollero: "El fin de semana da miedo"

El desabastecimiento de ciertos productos por la coyuntura mundial y nacional también lo está notando Roberto, propietario de un puesto de aves, huevos y caza en el mercado. A falta todavía de hacer el pedido para el día siguiente, teme lo que le pueda decir su proveedor sobre el género disponible. "Buenas noticias no me van a dar, desde luego, pero espero que traigan algo", ironiza resignado. 

"El fin de semana da miedo. Si el paro sigue, imagino que tendremos muy poco género"

"De los pollos de corral, falta todo lo partido, todo el despiece. Antes podías pedir contramuslos, pechugas, muslitos... Ahora, cosas aparte no te mandan nada. Como salen menos, no los parten. Te los envían enteros y cada uno que se apañe", apunta tras un mostrador en el que comienzan a apreciarse los huecos. Además, lamenta que esta disminución del suministro se ha unido a un alza de los precios.

En su caso, como en el de los pescaderos, concurren varios factores para agravar esta crisis. El aumento del precio de la energía y de las materias primas, que repercuten en el coste de los piensos para alimentar a los animales, se une al paro de los transportistas, que no tiene visos de terminar. Los conductores autónomos y pymes viven su décima jornada de huelga tas rechazar por insuficiente el paquete de ayudas de 500 millones de euros ofrecido al sector por parte del Gobierno. Todo ello ha redundado en menos género y más caro.

Ahora, teme la llegada del viernes y el sábado, cuando los clientes suelen hacer sus compras en el mercado. "El fin de semana da miedo. Si el paro sigue, imagino que tendremos muy poco género. Vamos tirando poco a poco con lo mínimo y hasta donde lleguemos. Venderemos lo que haya y, cuando se termine, pues nada...", se resigna, y admite que esta situación conlleva pérdidas para su negocio. "Menuda racha llevamos. No hemos pasado la pandemia y nos llega este lío. No salimos de una y nos metemos en otra", añade.

"Aquí hay género para parar un tren. Tenemos para dar de comer a todo Madrid. ¿Sabes de lo que hay escasez? De clientes, que no viene nadie"

Más optimista sobre el abastecimiento se muestra Celestino, que regenta una carnicería en el mercado y asegura que no ha sufrido ningún problema con el suministro. "Aquí hay género para parar un tren. Tenemos para dar de comer a todo Madrid", asegura. Sobre los precios, señala que han subido, pero que esa tendencia persiste "desde hace mucho tiempo". Y agrega con rabia: "¿Sabes de lo que hay escasez? De clientes, que no viene nadie".

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