Los estudiantes convocan hoy una huelga contra la reforma educativa del Gobierno: "Es continuista con la del PP"

Varios estudiantes se movilizan en contra de las reformas universitarias de la ‘ley Castells' y la ‘ley de convivencia universitaria’, frente al Congreso de los Diputados, a 18 de noviembre de 2021, en Madrid (España).
Varios estudiantes se movilizan en contra de las reformas universitarias de la ‘ley Castells' y la ‘ley de convivencia universitaria’, frente al Congreso de los Diputados, a 18 de noviembre de 2021, en Madrid (España).
Carlos Luján / Europa Press
Varios estudiantes se movilizan en contra de las reformas universitarias de la ‘ley Castells' y la ‘ley de convivencia universitaria’, frente al Congreso de los Diputados, a 18 de noviembre de 2021, en Madrid (España).

Las asociaciones 'Estudiantes en Movimiento' y 'Frente de Estudiantes' convocaron una huelga general estudiantil para este jueves en protesta por todas las reformas educativas impulsadas por el Gobierno en estos dos últimos años. Plantan cara, según afirman, a una reforma educativa "al servicio de la Unión Europea y de las empresas, de sus intereses y necesidades", que además -denuncian- es "continuista" con las políticas impulsadas anteriormente por los gobiernos del PP. 

La huelga se plasmará en una serie de movilizaciones convocadas por todo el territorio nacional y que, según los sindicatos, supondrán "un paso más" en la protesta estudiantil, tras las movilizaciones de mayo y noviembre de 2021. "Vemos que las leyes completan una reforma educativa continuista con las políticas anteriores y que precisamente supone la actualización del entramado legal que ya anteriormente habían tejido los gobiernos del PP", denuncia a 20minutos el responsable de políticas educativas de 'Estudiantes en Movimiento', Alfonso Arnesto. "Supedita el sistema educativo a las demandas de las empresas y nos vende como la mano de obra barata que necesitan", añade. 

Ambas asociaciones difundieron un comunicado en el que desgranaban sus principales reivindicaciones, que básicamente buscan reformular las tres leyes que consolidan la reforma: la LOMLOE (conocida como 'Ley Celaá'), la ley de FP y la LOSU (conocida como 'Ley Castells').

Respecto a la nueva ley de educación, la LOMLOE, las entidades critican que "maquille" los aspectos más controvertidos de la anterior, pero "desarrollándose en las mismas coordenadas privatizadoras". De la ley de Formación Profesional -aprobada definitivamente este jueves- denuncian que implica poner a disposición de las empresas "mano de obra estudiantil infrarremunerada". Ya en el ámbito universitario, piden directamente derogar la recién ratificada ley de convivencia universitaria, por considerar que no les otorga la participación suficiente; y respecto a la LOSU -todavía en fase de negociación para esbozar un primer documento- también piensan que precariza la situación laboral de los jóvenes en prácticas. 

Reformular el sistema educativo

Ante esto, en el decálogo de demandas las entidades piden la "laborización" de las prácticas curriculares y extracurriculares "a nivel de condiciones de convenio colectivo".  "Querríamos que se garantizara que toda práctica, ya sea en FP como en universidades, sea reconocida mediante un contrato", detalla Arnesto. Asumen que es algo complejo y que no depende únicamente de los departamentos de Pilar Alegría o Joan Subirats, pero exigen encontrar "la fórmula" que reconozca que toda actividad, además de remunerarse, "se debe blindar su protección y su dignidad". 

Reclaman asimismo la gratuidad "total" del sistema educativo "a todos sus niveles, y el diseño de un sistema de becas-salario para garantizar la igualdad de oportunidad de todos los jóvenes. "Nos referimos a que a un estudiante se le pague por el hecho de estudiar. Sabemos que es una demanda que ahora mismo puede verse muy lejana, porque nos han hecho pensar eso", reconoce Arnesto, indicando que es una medida muy efectiva para frenar el abandono prematuro de los alumnos con menos recursos. 

El resto de medidas pasan por transitar hacia una educación "totalmente pública", bajar las ratios en las enseñanzas medias a 20 estudiantes por clase, proteger el "patrimonio lingüístico y cultural de todos los pueblos", y blindar un acceso a la atención psicológica gratuito y universal. 

Una "carrera de fondo" para "tensar la cuerda"

A la huelga se ha sumado también Comisiones Obreras (CC OO). Pau García, secretaria de juventud de la organización, cuenta a 20minutos que al ser un sindicato sentado en la mesa de negociación con los ministerios, conocen "de primera mano" cómo de complicado está siendo que los estudiantes sean escuchados. Consideran especialmente sangrante la situación actual del sistema de prácticas en empresas. "Llevamos denunciando el fraude y es una de nuestras líneas reivindicativas que, además, se negociará en junio", explica. 

Por el contrario, la Coordinadora de Representantes de Estudiantes de Universidades Públicas (CREUP) aboga más bien por mantener una postura de diálogo. "Entendemos las razones que motivan la convocatoria y, ante todo, defendemos el derecho a manifestación. Pero consideramos que el momento exige una posición negociadora, que es la que estamos adoptando ante el Ministerio de Universidades, a la espera de un nuevo borrador de la LOSU", cuentan a este diario.

"A partir de esta huelga va a haber una serie de movilizaciones estudiantiles y de profesorado que va a provocar efectos"

"Lo fácil es pedir migajas y no ir a contracorriente. Los que vamos en contra tenemos que superar muchas barreras", afea el representante de 'Estudiantes en Movimiento'. "Es compatible", asegura Pau García, de CC OO, explicando que, de lo que se trata, es de "tensar la cuerda" para que la voz de los alumnos sea escuchada.

Es, según asevera García, una "carrera de fondo". "A partir de esta huelga va a haber una serie de movilizaciones estudiantiles y de profesorado que sí que va a acabar provocando algún efecto. Creo que vamos a acabar en una escalada de movilizaciones si no nos escuchan este jueves", añade. 

En función de la participación y el descontento que se plasme en las protestas, los sindicatos decidirán como continuar con sus reivindicaciones. "Nuestra intención es dar continuidad a este trabajo político, pero queremos ver cómo responden los estudiantes o cómo consideran que está el panorama para decidir si continuar con otra huelga, o volver a sentarnos en las asambleas para lanzar la contestación ya en verano o el curso que viene", afirma Alfonso Arnesto.

No se atreve todavía a estimar el nivel de acogida, ya que dice que este variará en función de la ciudad. "La pandemia y el confinamiento afectó mucho al movimiento estudiantil. Casi no pisábamos las aulas, y eso nos dañó muchísimo, porque perdimos en muchas ocasiones el contacto con las masas y ahora lo estamos recuperando, pero tenemos ese lastre", concluye. 

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