Tres nombres propios figuraban en el comunicado que el PP emitió en la madrugada del jueves, donde se plasmó negro sobre blanco el resultado de cinco horas de negociación intensa entre los barones regionales y el presidente del partido. Ésa era la primera negrita: Pablo Casado, instado a dejar por escrito "su decisión de no concurrir al próximo congreso nacional". Las otras eran las de Cuca Gamarra, que será la coordinadora general del PP hasta que se celebre el congreso el primer fin de semana de abril, y Esteban González Pons, encargado de presidir el comité que lo organice. Con trayectorias dispares dentro del partido, ambos serán los encargados de pilotar la transición de emergencia hasta que Alberto Núñez Feijóo se haga previsiblemente con las riendas de la organización. 

Casado seguirá de presidente hasta el congreso de abril y apoya a Núñez Feijóo como su relevo en el PP

Con carácter siempre excepcional, es la tercera vez que el PP recurre a la figura de un coordinador general para sustentar la estructura, siendo esta la situación más frágil. La primera vez que se acuñó fue para Ángel Acebes, uno de los hombres fuertes del 'aznarismo', al que se le encomendó el puesto para adecuar la estructura interna a la de un partido en el poder, tan solo un mes después de que el PP ganara sus primeras elecciones generales. 

El nombramiento de Acebes como ministro en enero de 1999 estuvo acompañado de la supresión de una figura que se recuperó en febrero de 2017. La idea era que Francisco Martínez Maíllo supliera parte de la responsabilidad de la entonces secretaria general, María Dolores de Cospedal, nombrada ministra de Defensa. 

El papel que tendrá Cuca Gamarra de aquí al congreso extraordinario, que previsiblemente se celebrará el 2 y 3 de abril, todavía está por definir, según fuentes de Génova. "Es prematuro, se hará con tranquilidad", exponen. Las fuentes consultadas tampoco han aclarado si será ella la que intervenga en el Pleno extraordinario del próximo miércoles en el Congreso convocado por la guerra en Ucrania.

El ascenso constante de la alcaldesa de Logroño

Elegida en agosto de 2020 portavoz del grupo parlamentario en el Congreso, Gamarra consolidó su buena fama en el partido tras ganarse el favor de una bancada dividida. Entre Cayetana Álvarez de Toledo, el verso más suelto del partido, y el resto de los diputados 'populares', la relación se había enrarecido hasta un punto insostenible. Gamarra era un perfil más disciplinado con el argumentario del partido, mucho menos subversivo que la diputada por Barcelona, imposible de encorsetar.

Gamarra comenzó a llamar la atención entre sus filas tras sumar dos mayorías absolutas como alcaldesa de Logroño, un hito nunca antes conseguido en una ciudad de la que fue regidora entre 2011 y 2019. Mariano Rajoy se fijó en ella y su nombre comenzó a sonar en las quinielas para una posible cartera. Se hablaba entonces de "la favorita" de la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría. 

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De hecho, fue la candidatura que apoyó en las primarias de 2018 en las que Pablo Casado alcanzó la cúspide del partido. La versatilidad de Gamarra queda patente en el hecho de que fuera la única 'sorayista' integrada en la nueva directiva de Casado desde el primer momento. Desde Génova se hizo fuerte y se consolidó como una de las mujeres con más peso en la estructura.

Gamarra, elegida en 2016 vicepresidenta de la Federación Española de Municipios y Provincias, fue la encargada de la estrategia electoral del partido para las elecciones municipales de mayo de 2019. Un encargo engorroso: un mes antes, Casado se había estrellado en las generales, pasando de 137 a 66 escaños.

El que pudo ser secretario general de Feijóo

Lo cuenta el periodista Fran Balado en El viaje de Feijóo (La esfera de los libros, 2021): "La persona con más papeletas para ocupar la Secretaría General era el valenciano Esteban González Pons". Con dos discursos preparados el día que anunció que se quedaba al mando de la Xunta de Galicia, Feijóo habría aupado, en el caso de haberse presentado a las primarias, a González Pons hasta la Secretaría General del PP. Una muestra cristalina de la excelente relación entre el valenciano y el más que probable próximo líder del partido.

Sin salpicar por la corrupción, la de González Pons es una carrera fraguada como conseller de Francisco Camps en la Comunidad Valencia, cuajada en el escaño que ocupó en el Congreso entre 2008 y 2014 y consolidada en los fríos pasillos de Bruselas en los últimos años, donde sigue siendo eurodiputado.

A Pons, un hombre con inquietudes literarias que no hace mucho publicó una novela romántica, siempre en vaqueros y camisa blanca, lo avaló este mismo jueves un ex ministro, José Manuel García Margallo: "González Pons sería un gran secretario general para el PP".