El secreto del éxito de los partidos de la 'España vaciada'... y el difícil reto que supone mantener su transversalidad

Varios simpatizantes del partido ¡Soria Ya! celebran los tres escaños obtenidos en las elecciones.
Varios simpatizantes del partido ¡Soria Ya! celebran los tres escaños obtenidos en las elecciones.
C. SERRANO / EP
Varios simpatizantes del partido ¡Soria Ya! celebran los tres escaños obtenidos en las elecciones.

Las elecciones recientemente celebradas en Castilla y León han dejado tras de sí las Cortes más fragmentadas de la historia de la comunidad autónoma. Más allá de cuál será la combinación de siglas que acabará gobernando la comunidad -sin una abstención del PSOE, los dos únicos partidos que suman para ello son PP y Vox-, el otro protagonista de los comicios ha sido Soria Ya. Con tres procuradores, esta plataforma vinculada al movimiento de la España vaciada ha irrumpido con fuerza en el parlamento castellanoleonés y se ha convertido en la formación más votada en la provincia que lleva su nombre con un 42,6% de los sufragios.

Además, otros dos partidos de ámbito regional, como Unión del Pueblo Leonés (UPL) -un viejo conocido de la política regional castellanoleonesa-, que ha triplicado sus escaños, y Por Ávila, que ha repetido con un escaño, han afianzado su presencia en un parlamento con cada vez más sensibilidades políticas. 

Sin embargo, estos dos fenómenos -España vaciada y regionalismo- no operan de la misma forma. "Hay que entender que, aunque desde Madrid todo parezca igual, ni UPL ni Por Ávila son partidos de la España vacía. Por Ávila es una escisión local del PP muy vinculada a la ciudad de Ávila y UPL es un movimiento regionalista que ni siquiera está en toda la provincia de León. Es un fenómeno muy localista y yo no lo pondría al nivel de Soria Ya o de Teruel Existe. Es otra cosa", explica Manuel Mostaza, politólogo y director de Asuntos Públicos de Atrevia.

Para Mostaza, los buenos resultados de Soria Ya, una plataforma ciudadana fundada hace 21 años, prueban que es más fácil tener éxito en unas elecciones aprovechando un movimiento ya existente que partiendo desde cero. "Crearlo de la nada, como más o menos se ha intentado hacer en Burgos, Valladolid o Palencia no suele dar buen resultado", sostiene. El politólogo se refiere a la candidatura España Vaciada, que con solo un 1,6% de los votos no consiguió representación en ninguna provincia. 

"La Ley Orgánica de Régimen Electoral General y el sistema D’Hondt no facilitan nada que estos partidos lleguen a tener una representación fuerte en el Congreso"

El precedente inmediato de Soria Ya es Teruel Existe, otra formación de la España vaciada que entró en el Congreso de los Diputados con un escaño en las últimas elecciones generales. Para Pedro Villanueva, politólogo del Colegio Oficial de Ciencias Políticas y Sociología de Castilla y León, la estrategia que siguen estas plataformas hunde sus raíces en los nacionalismos catalán y vasco. "Antes de Teruel Existe, lo que percibía la gente es que los nacionalistas catalanes y vascos llevaban políticas muy buenas para sus ciudadanos y obtenían muchas mejoras en comparación con otras comunidades. Ahora creen que esto va a pasar también con otros partidos", sostiene.

Además, Villanueva advierte de que los resultados de unas elecciones autonómicas son difícilmente extrapolables a nivel nacional. Muchas personas cambian su voto en función del ámbito de la elección, aunque las autonómicas sí que pueden señalar tendencias en la intención de voto en unas generales. 

Y es que llegar al Congreso es bastante más difícil que sacar un puñado de escaños en unas autonómicas. "La Ley Orgánica de Régimen Electoral General (Loreg) y el sistema D’Hondt no facilitan nada que estos partidos lleguen a tener una representación fuerte en el Congreso", explica Villanueva. 

Para entender esto, el ejemplo de Soria Ya es bastante ilustrativo. Mientras que en las autonómicas esta formación se hizo con tres escaños con 18.390 votos, con los mismos sufragios apenas habría obtenido un asiento en el Congreso. Esto es así porque a la provincia de Soria le corresponden cinco sillas en el parlamento regional y solo dos en el Congreso de los Diputados.

El desgaste de entrar en el sistema

Los partidos de la España vaciada se enfrentan ahora al desgaste que supone entrar a un parlamento. "Transformar una plataforma en la que mucha gente piensa diferente en un partido político y entrar en los legislativos o en los Gobiernos te va quitando transversalidad", apunta Mostaza. "Tienes que mojarte, apoyar a uno u otro", añade. Y en el proceso, estos partidos pueden perder "parte de su fuerza y de su encanto" para algunas personas. "Una cosa es una reivindicación transversal de una provincia y otra es aprobar un presupuesto", resume Mostaza.

Entrar en el parlamento, pero no en el Gobierno también tiene otro reverso peligroso. Dado que los partidos de la España vaciada todavía no son decisivos, sus votantes pueden interpretar que no son capaces de cumplir con sus promesas y retirarles el apoyo en sus futuros comicios. "Para llevar a cabo tus políticas regionalistas, si no gobiernas no puedes participar en los proyectos que habías prometido", sostiene Villanueva. 

Sociedades fragmentadas

La aparición de los partidos de la España Vaciada supone un paso más en el proceso de fragmentación que vive la política española desde que Podemos y Ciudadanos entraran en escena a nivel nacional en 2015. No en vano, las últimas elecciones generales dejaron el parlamento más colorido de la historia de la democracia española: hasta 19 listas obtuvieron representación.

"Los sistemas de partidos reflejan lo que pasa en las sociedades. La sociedad española es plural y los partidos llevan al parlamento cosas que están en la calle. Esta fragmentación es un reflejo de lo que ocurre en nuestras sociedades. Ellos [los partidos políticos] no la causan, sino que la reflejan", explica Mostaza.

"Un sistema en el que hay 16 partidos es muy representativo, pero tiene problemas de funcionamiento"

Esta fragmentación funciona sobre el sistema con un mecanismo perverso. Un parlamento con muchos partidos diferentes refleja un mayor número de sensibilidades políticas, pero hace que gobernar resulte más difícil. "Cuando solo hay dos partidos en un parlamento es evidente que hay sensibilidades que no se recogen, pero funciona de forma mucho más ágil. Un sistema en el que hay 16 partidos es muy representativo, pero tiene problemas de funcionamiento", explica Mostaza. "Esto ha pasado siempre, pero en España estábamos acostumbrados a uno de los extremos", añade.

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