El PSOE apuesta por zanjar la polémica de la carne pero los barones críticos no cesan en sus reproches a Garzón

El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, y la vicepresidenta primera del Gobierno, Nadia Calviño.
El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, y la vicepresidenta primera del Gobierno, Nadia Calviño.
EFE
El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, y la vicepresidenta primera del Gobierno, Nadia Calviño.

Después de una semana plagada de tensiones en el seno del Gobierno de coalición a cuenta de la polémica por las palabras del ministro de Consumo, Alberto Garzón, sobre la industria cárnica, el PSOE quiere empezar a rebajar las tiranteces. Prueba de ello son las declaraciones que este miércoles hicieron las vicepresidentas primera y tercera, Nadia Calviño y Teresa Ribera, respectivamente, y la ministra de Defensa, Margarita Robles

Sin embargo, los barones socialistas que más han criticado a Garzón, el aragonés Javier Lambán y el castellanomanchego Emiliano García-Page, no están muy por la labor y continúan reprochándole sus palabras. Todo ello mientras la UE por fin se ha pronunciado, apoyando la calidad de la carne española, pero señalando el "problema" que suponen las macrogranjas.

"A veces se habla mucho. Hay que hablar menos y trabajar más", dijo Margarita Robles ayer, pero no en referencia al ministro de Consumo, sino como mensaje a todos los miembros del Gobierno de coalición. "El presidente, que era el único que se tenía que pronunciar, ya se ha pronunciado, así que lo que tenemos que hacer los demás es trabajar", añadió.

"Tenemos que bajar el pistón y tenemos que tomarlo como un tema aclarado. Yo es que creo que se trata de una polémica, hasta cierto punto, en gran medida artificial porque la posición del Gobierno es muy clara: compromiso con el sector que es estratégico, España es líder a nivel mundial y estamos trabajando mano a mano para que sea más sostenible medioambiental y más eficiente económicamente. No veo más que una controversia artificial que hemos dejado atrás". Así de clara fue Calviño en una entrevista en Onda Cero, dando buena muestra de que la intención del ala socialista del Gobierno de pasar página y acabar con la crisis de la carne.

Las palabras de la vicepresidenta primera fueron el colofón a un día en el que otras ministras del gabinete se pronunciaron en términos parecidos con el objetivo de rebajar la tensión acumulada en la última semana. Son pocos los miembros del Gobierno de coalición que no hayan tenido oportunidad de hablar del asunto.

Teresa Ribera, encargada de las competencias de Transición Ecológica, directamente relacionadas con lo que planteaba Garzón en su entrevista a The Guardian por el impacto medioambiental que genera la ganadería intensiva, también quiere aparcar la polémica e incluso fue más allá al afirmar que no tiene la "impresión de que el ministro Garzón deba dimitir por sus palabras". Una postura que ningún ministro había expresado de forma tan explícita. 

"El asunto está perfectamente claro. Todos apoyamos la agricultura extensiva y las pequeñas explotaciones familiares. El tema de las macrogranjas debe ser tratado con enorme cuidado y debemos reforzar los estándares sociales y ambientales de un sector clave, enormemente positivo para nuestra economía. Todo lo demás es ruido interesado", resaltó Ribera, en un tono mucho más conciliador que el transmitido en los últimos días.

En su opinión, la controversia generada en torno a la producción de carne se enmarca en intereses con la vista puesta en las elecciones de Castilla y León del mes que viene y lamentó que este tipo de debates "tienen muy poco recorrido". Para la vicepresidenta, la oposición ha hecho un uso de este asunto "que tiene poco que ver con el debate de fondo".

Garzón, blindado en el Congreso

Unido a las declaraciones para destensar, este cambio de postura tendrá efectos prácticos en el Congreso, donde el Grupo Socialista no tiene pensado votar a favor de la iniciativa del PP de pedir la comparecencia del ministro Garzón en la Comisión de Consumo para que explique sus palabras sobre el sector cárnico. 

Así lo dejó claro este miércoles el portavoz socialista en la Cámara Baja, Héctor Gómez: "Nuestro respaldo va a ser absoluto en cuanto a no entrar en la dinámica del PP y de las formaciones de derechas para destruir y restar a la acción de Gobierno todo tipo de mérito y logro que estamos consiguiendo".

Pero mientras representantes del ala socialista del Gobierno trataban de trasladar estos mensajes más conciliadores y dirigidos a acabar con la polémica, barones del PSOE se mantuvieron en la misma postura crítica al hablar de las declaraciones de Garzón.

El presidente de Aragón, Javier Lambán, ha sido desde el principio el más duro en sus reproches al ministro de Consumo y este miércoles lo siguió siendo. Esta vez utilizó un textual sacado de un artículo de opinión en Economía Digital que no dejaba lugar a dudas acerca de su postura: “Garzón ha venido a decir que donde haya un solomillo de charolais, criado de manera extensiva, que se quite la hamburguesa de vaca anónima estabulada. Pero no cualquiera puede pagarse un solomillo ni hay suficiente charolais para alimentar a 10.000 millones de bocas”.

Por su parte, el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, considera que quien tiene que hablar de cuestiones alimentarias es el ministro Luis Planas, e insistió en que si Garzón "dice que es de mala calidad la producción ganadera española, lo primero lo tiene que demostrar y lo segundo corregirlo",

Ha aprovechado además para replicar al responsable de Consumo, quien afirmó que García-Page le había acusado de haberle atacado, que no se ha referido a él "con ferocidad" y, en su opinión, lo que hace Garzón es sembrar "polémica" porque "tiene pocas competencias".

Es por estas posturas de los presidentes autonómicos por lo que Garzón sostiene que ve "contradicciones" en el PSOE con respecto a las macrogranjas. Y, en concreto, ya ha recordado varias veces que este partido apoyó una moratoria del Ejecutivo de García-Page en Cuenca contra estos proyectos.

La UE defiende la calidad de la carne española

El debate tan encendido dentro de España ya ha obtenido respuesta de la UE. El comisario de Agricultura, Janusz Wojciechowski, fue preguntado el miércoles por la polémica y no dudó en adoptar una postura equidistante.

Por un lado, considera que no hay "razón para decir que la carne española es de menor calidad que otras" en la Unión, pero al mismo tiempo ha resaltado que existe un "problema con el desarrollo de la agricultura a gran escala, especialmente en algunos sectores de la producción animal, como la carne de cerdo, las aves de corral y las gallinas ponedoras".

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