Las renuncias y la contaminación política dificultan la elección de los expertos que evaluarán la gestión de la pandemia

Archivo - Urgencias, coronavirus, planta hospital, pandemia.
El servicio de Urgencias de un hospital durante la pandemia.
JCCM - Archivo
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Los preparativos para hacer una la evaluación sobre el funcionamiento del Sistema Nacional de Salud durante la pandemia van lentos y en su recta final se están topando con los recelos entre políticos de distinto signo que tantas veces han protagonizado la toma de decisiones contra la Covid

En este caso, se trata de la elección de los expertos a los que el Ministerio de Sanidad y las comunidades encargarán el examen de lo que falló y lo que hay que corregir en el futuro, una tarea que dificulta el celo que se está poniendo para que ninguno de los expertos se considere 'contaminado' por haber asesorado al gobierno central, autonómicos o a varios y ha llevado a que algunos de los propuestos hayan "declinado" participar.  En estos momentos no se descarta incluso recurrir a alguien que trabaje fuera de España para eliminar sospechas de parcialidad.

La ministra de Sanidad, Carolina Darias, y los consejeros autonómicos acordaron a finales de junio que el grupo técnico que se había creado a tal efecto elaborara un listado de los expertos que deberían hacer la evaluación. Fue en el primer Consejo Interterritorial de Sanidad con carácter ordinario y presencial desde que empezó la pandemia, donde la ministra insistió en que el listado tenía que ser acordado por todos "por unanimidad". 

Es precisamente la búsqueda de este consenso donde está enredado el grupo técnico en un momento en el que fuentes conocedoras de sus trabajos estiman que la decisión debería llegar en poco tiempo. 

El Ministerio de Sanidad no ha querido anticipar si ministra y consejeros examinarán la cuestión o incluso tomarán alguna decisión este miércoles pero las dificultades para elaborar un listado de quién hará la evaluación sobre la gestión de la pandemia es un contratiempo más a un proyecto que se anunció allá por octubre de 2020, cuando el entonces ministro, Salvador Illa, accedió a empezar a preparar una "evaluación integral" que meses antes pidieron una veintena de especialistas en Salud Pública y Epidemiología españoles en la revista científica The Lancet. "¿Cómo es posible que se encuentre entre los países más afectados por el coronavirus", se preguntaron entonces sobre España.

Casi un año después, los trabajos están encallados en la cuestión de a quién encargar una tarea que, a la postre, señalará los errores de la gestión de la pandemia, pero sin que ninguna administración se sienta señalada por evaluadores a los que atribuya intenciones políticas.

Fuentes autonómicas señalan que de momento la lista de los candidatos sobre la que se trabaja en el Ministerio es "secreta" pero de ella ya se habrían caído varios nombres de personas que han "declinado" participar o coordinar la tarea, Mientras, otros no terminan de entrar, por el motivo de que han trabajando para diferentes gobiernos, central o autonómico o para varios. Aquí se da la paradoja de que el haber asesorado o tomado decisiones técnicas se ha convertido en un motivo de descarte de especialistas que precisamente llegaron a esos puestos por ser expertos en Salud Pública o en Epidemiología.

Según indican quienes conocen el estado de los trabajos, no se trata por tanto de que no haya personas cualificadas para evaluar qué se hizo mal y qué debería hacerse para estar preparados en el futuro ante otra eventual pandemia, sino de que la elección de los expertos no provoque recelo entre unas comunidades u otras en función de los cargos que puedan haber ocupado, en el pasado o más recientemente. 

Al mismo tiempo, se pretende que sean especialistas españoles y que trabajen en España, aunque en estos momentos no se descarta que lo hagan en organismos internacionales, de nuevo con la intención de que no haya recelos entre administraciones de distinto signo político. Un epidemiólogo que ha asesorado a varios gobiernos en puestos relevantes apunta en este sentido que no habría problema que la coordinación quedara en manos de algún experto que trabaje, por ejemplo, en el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC), con quien el Gobierno quiere además estrechar los lazos de cooperación frente a futuras crisis sanitarias.

El propio director del CCAES, Fernando Simón, citado por El País, se refería a esta dificultad durante el Congreso Nacional de Epidemiología que se celebró la semana pasada en León. "Es difícil que haya habido una revisión independiente porque todos los que conocen mejor lo que pasó han estado trabajando sin parar para hacer frente a la pandemia”.

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